Esta
área busca la vinculación de los universitarios con
empresas donde éstos puedan desempeñarse al término
de su carrera, ya sea de alimentos, cosméticos o farmacia,
con la cual está trabajando actualmente la dependencia universitaria:
“Pero lo verdaderamente interesante es que esta vinculación
se dio por iniciativa de los mismos alumnos. Y es que gracias al
MEIF, ellos buscan sus propias investigaciones, no están
esperando a que el maestro les dé todo teóricamente,
sino que participan, indagan y son autónomos”.
Convenio con Unifarm
La académica Sosa Thomas comentó que son tres áreas
de vinculación con las que trabaja la Universidad Veracruzana
(UV), a partir de un convenio firmado por el rector de la máxima
casa de estudios y los representantes de las instituciones, que
pueden ser privadas –empresas particulares–, públicas
–como IMSS, ISSSTE, DIF, Hospital Civil, CEMEV, etcétera–
y el área de investigación y educación: “De
acuerdo con su interés, los jóvenes deciden lo que
más les atrae y asisten durante sus periodos vacacionales
o los que tengan disponibles”.
Esta labor conjunta se manifiesta en un beneficio mutuo: “El
laboratorio tiene la disposición de brindar el apoyo porque,
al mismo tiempo, se siente favorecido. Por eso buscan químicos
farmacobiólogos y, especialmente, a los de nuestra Facultad,
porque saben la seriedad y el compromiso que caracteriza a la UV”,
señaló Sosa Thomas. Araceli de las Cuevas, jefe de
Selección y Capacitación de Unifarm les dio todas
las prestaciones para que su estancia en el laboratorio se pudiera
realizar.
“Adquirí
una experiencia que no se puede tener en la escuela”: Javier
Andrade Soto estuvo en el Área de Desarrollo Farmacéutico,
donde se encargan, en principio, de la investigación bibliográfica,
después, de todos los principios activos y materias primas
hasta el desarrollo del fármaco: “Primero se hace una
investigación para saber qué fármacos no hay
en el mercado y, por lo tanto, qué se necesita; se evalúa
si se puede hacer y empieza la investigación bibliográfica,
que es la parte fundamental para poder realizar el fármaco.
Hicimos pruebas, preformulaciones y formulaciones. Es un área
muy interesante porque se puede apreciar todo el proceso desde el
principio del fármaco”.
Para Javier, gracias al MEIF pudo vivir la experiencia de lo que
es trabajar en la industria, y que es algo que no se puede adquirir
en el aula: “Me dieron mi línea de investigación,
igual que a los demás miembros que ya tienen más tiempo
trabajando ahí. La fui desarrollando desde cómo empieza
uno con la investigación bibliográfica, lo cual puede
resultar tedioso, pero como es la base se tiene que hacer porque
es lo más importante.
”Uno no se da cuenta de eso al principio, pero cuando vemos
lo que va a significar esa investigación, hasta redoblamos
esfuerzos porque sabemos que todo ese tiempo y esfuerzos empelados
van a terminar en algo productivo. Eso es muy emocionante y no se
lo imagina uno en la escuela, aunque aquí hacemos prácticas,
pero empezar desde cero es diferente. En la práctica hasta
podemos llegar a crear nuestro propio medicamento, nuestra propia
patente”.
Para el joven universitario eso sería muy importante: “Así
que me quedo con esa experiencia y con las ganas de regresar. En
Unifarm, la UV tiene las puertas abiertas, están muy agradecidos
y nosotros más con ellos por habernos dado esa oportunidad
y un trato amable”.
La
tarea
El trabajo consistió en desarrollar una investigación
bibliográfica para justificar un fármaco de uso veterinario
y así fortalecer a los animales, administrado por vía
oral y que actualmente Colombia no había aceptado: “Nuestra
propuesta fue hacerlo para vía inyectable, por lo que ese
país pidió que se justificara para un registro de
salud, es decir, que explicáramos por qué hacerlo
en forma inyectable y por qué las dosis que ponemos en la
caja. A Javier le tocó justificar todo eso: principios activos,
materias primas, etcétera, para lo cual invirtió tres
días y así demostrarle a Colombia que su medicamento
era igual y con la ventaja adicional de que por ser inyectable se
absorbe más rápido”.
La idea, explicó Andrade Soto, surgió a partir de
un convenio que tiene Unifarm con la Facultad de Medicina Veterinaria
y Zootecnia en Veracruz, quienes propusieron la idea de crear un
fármaco con estos dos principios activos: “Juntamos
gentamicina –que es un desparasitante– con diclofenaco
–que es un antiinflamatorio–. En una semana y media
me encargué de hacer la formulación. Se hicieron muchas
pruebas porque es muy difícil de juntar esos componentes
por tener diferentes PH. Le dedicamos casi ocho horas diarias a
la preformulación, que es hacer pruebas de solubilidad, estabilidad
y otras más. Es muy interesante tratar de llegar al nuevo
fármaco, seguir el proceso desde cero hasta que se concluye”.
Gracias a esta experiencia que le dio el MEIF, ahora Javier está
convencido de lo que será su futuro profesional: “Me
gustó estar en el área de desarrollo. Tengo ganas
de desempeñarme ahí porque podemos involucrarnos en
las demás áreas: desde control de calidad, fabricación,
hasta preformulaciones. Tenemos que ver con todo el proceso y por
ello es un punto muy clave dentro de todo el proceso.
“La
responsabilidad es muy grande, pero nuestros conocimientos nos respaldan”:
Christian
Sánchez Hernández estuvo en el área de control
de calidad, donde tuvo participación en cinco etapas: Tratamiento
de aguas –en donde se tratan las aguas que abastecen a toda
la planta–, Área de Inspección –que son
los responsables del área de almacén–, Fabricación
–donde se encargan de tomar muestras del producto intermedio,
Microbiología –que hace todas las pruebas para identificación
de microorganismos–, Fisicoquímicos –que se encarga
de los análisis del producto intermedio.
“Estar en el área de análisis de control de
calidad de materias primas y excipientes conlleva una gran responsabilidad,
porque uno tiene la misión de sacar bien la materia prima,
además, realizar el análisis y estar cien por ciento
seguros de lo que estamos haciendo, porque no es lo mismo que estar
en el aula. Me enfrenté con muchas cosas nuevas, aunque me
dio gusto ver que yo llevaba un conocimiento aprendido en la Universidad,
así que no fui con los ojos cerrados, ya llevaba una base,
lo que me ayudó a trabajar con muchos equipos como espectrofotómetros,
infrarrojos, ultravioletas, hice cuantificaciones, valoraciones
y todo lo que implica el análisis de las materias primas”.
Para este universitario, haber realizado su estancia fue una experiencia
muy agradable, donde aprendió mucho y reforzó sus
conocimientos. Ahora, sabe perfectamente qué va a ser cuando
egrese de su Facultad: “Desde sexto semestre estaba interesado
en el área de farmacia y, después de esta experiencia,
estoy convencido de qué es lo que quiero, me gusta y estoy
trabajando con algo que sé que puedo hacer”. |