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Gina Sotelo |
Distintas
mitologías a lo largo de la historia dan testimonio del deseo
ferviente del hombre por alcanzar el cielo. Dédalo confeccionó
para su hijo Ícaro un par de alas que le costaron la vida;
Pegaso, el caballo alado que en el Olimpo transportaba los rayos de
Zeus… Y qué decir del espléndido caballero águila,
digno representante de los guerreros aztecas.
Como ellos, la ceramista Elsa Naveda sueña, fantasea y se cuestiona
sobre cómo llegar al firmamento. Es a través de torres
que la artista cordobesa hace su propia propuesta. Y es En la búsqueda
del cielo donde encontramos un claro ejemplo de este ferviente anhelo.
Inaugurada recientemente en la Galería Universitaria Ramón
Alva de la Canal, la colección de edificios es una clara analogía
con el ser humano y su eterno deseo de alcanzar el cielo. Pero no
sólo eso –dice Naveda–, sino también de
llegar a un crecimiento espiritual. |
Las
hay muy pequeñas y otras monumentales, pero todas con un carácter
fuerte. La museografía muestra al visitante una ciudad en miniatura,
idea que surgió de manera casual, pues la artista remite que
en vísperas de montar la exposición, las ordenó
como si fueran un conjunto y se creó ante sus ojos esta ciudadela
de barro: “Una ciudad que está muriendo en algunos casos
es una urbe accidentada, quemada y con algunas piezas que están
buscando luz y aire, que luchan por sobrevivir. El trazado de las
calles nos permiten indagar más sobre lo que aquí pasa,
la desolación que aún tiene una esperanza”.
Son 25 piezas horneadas a alta temperatura, en su mayoría esmaltadas
con sal. Torres babélicas que van desde los 25 centímetros
hasta el metro de altura.
Algunas, además de esmalte, tienen engobes o tierras coloreadas,
lo que da una variedad de las piezas como un lenguaje propio, sin
tener que aplicarle una segunda piel, texturas que Naveda propone
pero que, como siempre y al final, el horno tiene la última
palabra. |
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Hay
que Quitarse los ojos
En la misma galería comparte espacio el pintor Vinicio Reyes
con su trabajo conceptual Quitarse los ojos. Se trata de una novedosa
exposición que «comenzó a crearse» el
día de su inauguración y que quedará concluida
en el justo momento de ser levantada, el próximo 16 de julio.
El día de la inauguración, en la segunda planta de
la galería, había un centenar de cristales empotrados
en las paredes. Al fondo, un pequeño laboratorio fotográfico
digital montado ex profeso para esta muestra. Los asistentes al
evento fueron retratados uno a uno por Alfredo Ayala, quien a petición
del pintor fue montando las fotos recién reveladas de los
presentes en los cristales.
Estas fotografías –que irán variando con el
paso de los días– sumarán unas 200 imágenes,
lo que da que la “obra” estará finalizada hasta
el momento de ser quitada del lugar. Al respecto, Vinicio Reyes
dice: “Quería presentar una actividad de características
conceptuales, en donde la idea prevalece sobre el mirar. Es ésta
una invitación al público a ver no con los ojos sino
a través de otros mecanismos como lo son los procesos racionales”.
Lo obra se está realizando en el momento. Desde hace mucho
tiempo, tradicionalmente, sabemos que las exposiciones se enfatizan
para un público que ve pintura, escultura o fotografía,
y muchas veces la pregunta del artista es si el espectador podrá
o no verse reflejado en las obras que percibe. El pintor responde:
“Se dice que en los museos o galerías lo que se hace
es dirigir los gustos del publico y que, finalmente, éste
tendría una actitud pasiva y no interviene directamente en
lo que está viendo; esta situación dirige en la mayoría
de las ocasiones el consumismo y esta muestra plantea que el espectador
sea el motivo y el centro de la exposición”.
Autor de una extensa obra en dibujo de gran formato y de pinturas
caracterizadas por la disolución de capas de color con profusiones
atmosféricas, Ayala es originario de Oaxaca. Y opina: “En
el sentido de los riesgos y los excesos semánticos que conllevan
el uso de determinados criterios sobre lo que hemos dado en llamar
‘arte conceptual’, realizo un tipo de propuesta sobre
la figura del espectador. Quizá en muy contadas ocasiones
nos detenemos a reflexionar sobre nuestro propio quehacer de quien
asiste a un determinado evento y al que llamamos público”.
En la búsqueda del cielo y Quitarse los ojos pueden visitarse
hasta mediados de julio en la Galería Ramón Alva de
la Canal, ubicada en la calle de Zamora 27. La entrada a este espacio
es libre. |
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