La
población mexicana ha incrementado en las últimas décadas
su esperanza de vida. Las cifras oficiales señalan que los
índices de mortandad se reducen al paso del tiempo, aunque
esto no quiera decir que la calidad de sus habitantes de mayor edad
sea más saludable. Por el contrario, la salud es cada vez más
precaria, y en la mayoría de los casos los ancianos no cuentan
ni con un plan de jubilación ni con servicios médicos
esenciales.
La expectativa de vida, entonces, no necesariamente crece a la par
que la salud de los ancianos en México, así lo expresó
Enrique Hernández Guerson, director del Instituto en Salud
Pública (ISP) de la Universidad Veracruzana (UV), durante la
conferencia "Envejecimiento y salud". |
Enrique
Hernández Guerson, director del Instituto en Salud Pública
(ISP). |
La charla versó sobre cómo el envejecimiento está
ligado con cuestiones de salud, enfermedad y atención. Tema
fundamental en nuestro país por la transición que estamos
viviendo en términos de envejecimiento poblacional y por las
cuestiones de polaridad que enfrentamos.
En México –expresó– no estamos preparados
para llegar a la etapa de envejecimiento con una salud considerada
como "propia de la edad". Las causas más frecuentes
de morbilidad en el país tienen que ver principalmente con
enfermedades crónico degenerativas, entre éstas la hipertensión
arterial, diabetes, cardiopatías y neuropatías, así
como aquellas relacionadas con la salud mental, ubicándose
la depresión en primer sitio.
Según las cifras presentadas por el investigador, el estado
de Veracruz, además de tener aquellos padecimientos especiales
vinculados con la población vieja, también enfrenta
la problemática de las enfermedades aún infecto-contagiosas
agudas. Siglo
XXI: un siglo de viejos
El presente siglo tendrá la mayor concentración de
habitantes mundialmente envejecidos (Consejo Estatal de Población,
COESPO), estimando una población anciana de más de
6 mil millones de habitantes. Megalópolis como China e India
–dijo el investigador–, al igual que México,
están disminuyendo sus tasas de mortandad: "Nosotros
somos la undécima nación más poblada del mundo".
En promedio, ahora se viven más años, hay un incremento
importante en el número de habitantes, aunque el nivel educativo
de los adultos mayores sigue siendo muy limitado: "Un gran
porcentaje de ancianos, más del 35 por ciento, son analfabetas.
De este número, la población femenina está
en desventaja, siendo el 41 por ciento", reconoció Hernández
Guerson.
No obstante de que es favorable el llegar a vivir más años
en México, la seguridad social para los ancianos no representa
cifras tan alentadoras: No más del 30 por ciento de los ancianos
tienen acceso a estos servicios, problema que se acrecienta si se
toma en cuenta que los ancianos contribuyen al mantenimiento de
sus hogares de manera muy significativa (INEGI, 2001): "La
esperanza de vida es mayor, lo que no significa que sea en buena
condición y ahí está el enorme reto al que
nos enfrentamos como promotores de la salud pública",
dijo el académico.
Respecto a los problemas de longevidad que se derivan del envejecimiento
paulatino de la población, señaló que en el
instituto a su cargo asumen la responsabilidad de diseñar
las estrategias y programas necesarios para promover los recursos
indispensables en la implantación de dichos programas:
"El tema del envejecimiento es trascendental para la salud
pública, dado que el incremento en los números absolutos
y relativos de las personas en edades avanzadas indican que la población
se encuentra inmersa en un proceso de envejecimiento demográfico.
Las proyecciones estadísticas vaticinan que para el 2030
uno de cada 10 mexicanos tendrá 60 años o más,
y los efectos ya se están comenzando a sentir".
Para saber más del tema se puede acudir directamente al Instituto
de Salud Pública de la UV en Av. Luis Castelazo Ayala s/n,
col. Industrial Animas en Xalapa, Veracruz; a los teléfonos
(228) 841 89 33, 841 89 34, o al correo electrónico isp@uv.mx
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