Año 6 • No. 235 • agosto 28 de 2006
Xalapa • Veracruz • México
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En Paracho, Michoacán
Obtiene la UV segundo lugar
en concurso de guitarras
Gina Sotelo

Ana Lilia Cabezas Fernández, del CIMI-UV, con sus 14 años de edad, debutó en el más importante concurso nacional de guitarra
Hablar del concurso de ejecutantes de guitarra de Paracho, Michoacán, es hablar de la reunión en esta disciplina artística de mayor tradición en la República, evento que es capaz de reunir a niños, jóvenes y profesionales de por lo menos 15 estados del país. Realizado en los primeros días de agosto, el concurso de más trayectoria en México –se realiza desde hace más de 30 años– sigue siendo un buen termómetro para medir el nivel de las nuevas generaciones de guitarristas.

La XXXIII edición no ha sido la excepción. Fue la oportunidad ideal para que la pequeña Ana Lilia Cabezas Fernández, con sus 14 años de edad, debutara en el competido ambiente de los concursos y no sólo eso, sino que además obtuviera el segundo lugar en la categoría juvenil gracias a su espléndida interpretación del Preludio 4 de Villa-Lobos y los 20 y 21 de Manuel M. Ponce.

Ana Lilia Cabezas Fernández.

Es importante señalar que en ésta –al igual que en anteriores ocasiones– el concurso tuvo especial cuidado de buscar minuciosamente un buen jurado, el cual ayuda a escoger obras a interpretar. En este caso, por ejemplo, contó con la presencia del pilar en la historia de la guitarra, John Williams, quien expresó muy favorables comentarios sobre la manera de tocar de la pequeña Ana Lilia.

Egresada del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI), desde que tiene ocho años inició sus estudios de la mano del maestro Cutberto Córdova, quien actualmente es también su maestro en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), donde estudia el séptimo semestre.
“La guitarra me gusta mucho por su amplio repertorio. Sé que hay muy pocas mujeres guitarristas; de hecho soy la única mujer del semestre, pero aun así estoy encantada con el instrumento”, explica la pequeña abiertamente, quien además expresa sentirse contenta y satisfecha con este segundo lugar en su primer concurso.

Recuerda los comentarios del jurado casi apenada, y reconoce que entre los elogios que recibió fueron por su musicalidad, tranquilidad, excelente sonido y buena mecánica de la mano izquierda a la hora de ejecutar, por sólo citar algunas felicitaciones.

A pesar de ser muy joven aún, sabe que la guitarra le significa un compromiso y una gran responsabilidad, pues está consciente de que todo su trabajo desembocará en un beneficio para ella: “Tengo mucha presión en la secundaria por estar todo el día en la Facultad, por eso cuando pase a la preparatoria elegiré el sistema semi escolarizado para seguir estudiando la guitarra”.

En su casa siempre la apoyan, sobre todo su hermana Irene del Carmen, quien toca el violín; tiene 16 años y estudia la preparatoria y el séptimo semestre de este instrumento. Ellas hacen un estupendo equipo de estudio y de respeto por su trabajo.

Sobre el desempeño de la joven Ana Lilia, su maestro, el guitarrista y compositor Cutberto Córdova, dice que como tutor hace énfasis en la técnica y en la posición que tengan sus alumnos, elementos que a esa edad son fundamentales para su formación y que se transforman en las bases que les darán el avance constante.

Sobre cómo despertar en todos sus alumnos la chispa del talento, comenta: “Es básico que ellos tengan ganas de aprender, disponibilidad y habilidad. La habilidad se trabaja, pero también hay que buscar hacer amenas sus clases, que sean de su interés y que trabajen su inteligencia”.

El año entrante Ana Lilia buscará participar de nueva cuenta en la que es la cuna de los conciertos de guitarra en el país. Seguirá sus estudios de preparatoria y espera seguirle dedicando el mayor tiempo posible a su entrañable instrumento.

El primer concurso de ejecutantes de Paracho se organizó en 1974 y contó con la presencia de Alfonso Moreno como jurado, quien además otorgó un concierto. En la actualidad la tradición de los festivales guitarrísticos ha ido creciendo. De hecho, existen otros que se realizan en Taxco, Chiapas, Pachuca, Coahuila y Morelia, pero el de Paracho es, sin duda, el de mayor relevancia.