Año 6 • No. 237 • septiembre 11 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Cambios reales, proponen en el Foro de Educación Ambiental de la UV
Edith Escalón
Mientras políticas públicas no respalden propuestas de educación ambiental, seguirán esfuerzos costosos y resultados lentos: Ruge
Ante las evidencias científicas del deterioro ambiental, que se concretan en términos de contaminación, depredación, saqueo y devastación de todo tipo de recursos naturales, urge una ética global que condene enérgicamente el abuso irracional de los recursos, que deje atrás el consumismo como sinónimo de “bienestar” y dé su justo valor a la naturaleza como sostén imprescindible de la vida.

En estos puntos centraron las condiciones fundamentales para hacer sociedades sustentables, tras 10 horas continuas de discusión y análisis, los más de 200 participantes –entre universitarios, ciudadanos, autoridades gubernamentales y representantes de organismos civiles– del foro de educación ambiental, que en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario 2006, organizó el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) y el Área Biológico Agropecuaria de la Universidad Veracruzana (UV).

Además de presentar las experiencias y opiniones de coordinadores de programas formales de educación ambiental en cuatro universidades mexicanas, organizaciones no gubernamentales de EU y un centro cubano de gestión medioambiental, el encuentro sirvió como preámbulo de lo que será, en 2007, el eje del Segundo Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable, que la UV llevará a cabo con la participación de especialistas de talla internacional.

José Sarukhán Kermez.

Cambios reales, no discursos
José Sarukhán, una de las voces más respetadas en el mundo en lo que a biodiversidad se refiere, justamente por su trayectoria científica y el trabajo que ha hecho desde hace décadas para la conservación de los recursos, habló en su participación de la necesidad de llevar a cabo cambios reales –individuales y sociales– y no sólo elevar la retórica del discurso de la conciencia ambiental.
Adoptar una nueva ética del desarrollo sustentable, dijo, implica lograr un cambio de la dimensión del que condenó mundialmente la esclavitud en 1700: “Un cambio de esa naturaleza es el que tiene que haber para aceptar que debemos procurar otro comportamiento respecto al medio ambiente, y tiene que ser mucho más rápido, porque la velocidad en la que estamos modificando nuestro planeta no nos permite, por nuestro propio bien, darnos el lujo de esperar”.

Aunque reconoció que la propuesta contradice todo lo que han construido las sociedades en el último siglo, se pronunció por dejar atrás el consumismo como sinónimo de “bienestar”, y dar su justo valor a la naturaleza como sostén imprescindible de la vida. “Tenemos que cambiar nuestros parámetros de vida, y eso, por simple que parezca, es el dilema ético más serio para nuestra generación”.

Se refirió por ejemplo al estilo de vida que nos lleva a usar coche por estatus o comprar ropa por moda (y desecharla con la misma celeridad), pues de alguna manera esos hábitos reflejan el culto al consumismo y la indolencia ante los problemas que genera nuestra forma de vivir: “Cambiar nosotros puede permitir cierta justicia a los más de 4 mil millones de personas de este planeta que necesitan elevar sus estándares de vida”, comentó.

Necesitamos cambios reales –individuales y sociales– y no sólo elevar la retórica del discurso de la conciencia ambiental: José Sarukhán

Tiahoga Ruge.

Legislación y financiamiento
Para Tiahoga Ruge, directora de Educación y Capacitación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la fragilidad de la educación ambiental en México se deriva en gran parte de la falta de apoyo institucional y presupuestos: “Mientras no existan políticas públicas que soporten las propuestas de educación ambiental, los esfuerzos seguirán siendo costosos y los resultados lentos”.

Dijo que avanzar en el marco jurídico que norme las acciones en esta materia en el plano nacional, y el indispensable financiamiento de instancias como la Secretaría de Educación Pública y las estatales relacionadas con la educación y el medio ambiente, son los “pendientes estratégicos” para avanzar en la estrategia nacional de esta materia.

Es su presentación, Tiahoga Ruge dijo que uno de los logros más importantes de la dependencia a su cargo ha sido la descentralización de la estrategia, pues hoy existe en cada estado de la república –incluido Veracruz– un plan estatal de educación ambiental en el que cada entidad asume la responsabilidad que le corresponde para impulsar acciones en sus municipios, especialmente el desarrollo de proyectos para el manejo de residuos sólidos en las poblaciones urbanas, rurales y suburbanas, y el manejo de aguas residuales, que se concretan en acciones puntuales en cada entidad.

Añadió que las universidades deben ser ante todo un ejemplo de las acciones que genera la educación ambiental: “Deben ser una escuela para el desarrollo sustentable, demostrar que sí son compatibles esos dos conceptos”, de ahí el respaldo que ha dado el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU), a iniciativas como la que dio origen al encuentro.

Proponen rechazar el consumismo como sinónimo de bienestar y dar su valor a la naturaleza como sostén imprescindible de la vida

Arturo Gómez Pompa, a su lado, Edgar González Gaudiano.
Cercenada, la dimensión social
En México la educación ambiental ha sido malinterpretada, subordinada a instrumentos de gestión, considerada sinónimo de contenidos de ciencias naturales, o cercenada en su profunda dimensión social al restringir su significado integral al concepto de naturaleza, como aseguró Edgar González Gaudiano, asesor de medioambiente de la Secretaría de Educación Pública.

En su participación en el foro, dijo que su concepto, que debiera ser integral e implicar educación cívica, valores, ejercicio de ciudadanía y relaciones de convivencia, se ha reducido a proporcionar información sobre qué es y cómo funciona el medio ambiente, a acciones inmediatistas como el reciclaje y la promoción de eventos sociales cada vez que se celebra algún acontecimiento relacionado con el tema.

“En la educación básica, por ejemplo, en el mejor de los casos ha sido asumida como parte de los contenidos de las ciencias naturales, dejando de lado la trasversalidad que debería incluirla en cada una de las áreas del conocimiento, desde las matemáticas hasta las ciencias sociales, por lo que es urgente hacer de ella una prioridad nacional y definir políticas públicas que la sustenten”.

Acorde con la perspectiva de Sarukhán, aseguró que el eje central de la educación ambiental es “ayudarnos a repensar nuestros hábitos y costumbres cotidianos, tanto en lo individual como en lo colectivo, para remodelar nuestras actitudes y comportamientos en tanto sujetos individuales como organizacionales e institucionales, pues de eso depende nuestra supervivencia”, comentó.
Acciones para la conservación
Para Marta Roque Molina, del Centro de Información, Gestión y Educación Ambiental de Cuba, se requiere una legislación que establezca las responsabilidades de los distintos niveles estatales y grupos sociales, así como del aparato instrumental y la capacidad institucional para el control de su cumplimiento en que puedan sustentarse políticas públicas coherentes.

“Para que los docentes y educadores estemos en condiciones de enfrentar estos retos tendremos que hacernos dueños del poder que da el conocimiento y de las habilidades que nos permitan prevenir cambios muy rápidos, pronosticar contingencias, interpretar fenómenos complejos, saber mirar a larga distancia para tener en cuenta el porvenir en las decisiones de corto y medio plazos”.

En su oportunidad, Miguel Aguilar Robledo, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, se mostró convencido de que la educación superior tiene un papel esencial para contribuir a la prevención y solución de las problemáticas ambientales y para superar los desafíos de la sostenibilidad a través de sus funciones de educación, investigación y vinculación, así como de sus procesos
de gestión.

Cabe mencionar que la UASLP fue merecedora al Premio al Mérito Ecológico 2006 en el sector académico, un reconocimiento que se otorga a los integrantes de la sociedad que realicen o hayan realizado acciones relevantes en materia de protección, conservación y mejoramiento del ambiente, así como en el manejo sustentable de los recursos naturales.

Representando a la organización estadounidense The Rainforest Alliance, María Ghiso dijo que en el tema de la educación ambiental los niños son la apuesta más importante, no sólo porque hoy son un grupo de consumo clave, sino porque también se convertirán en los líderes del mañana y heredarán una sociedad que, desafortunadamente, prioriza a la tecnología y al desarrollo frente a la conservación de los recursos naturales y la conformación de una sociedad más justa y equitativa.

Frente a este panorama, The Rainforest Alliance –entre muchas otras acciones dirigidas a la protección de ecosistemas y, por ende, a las comunidades y la fauna que dependen de ellos mediante el impulso de iniciativas de desarrollo sostenible– promueve alrededor del mundo un programa de educación ambiental, cuyo propósito es ayudar a la gente de todas las edades, y especialmente a los niños, a entender el rol que juega cada uno de nosotros en la conservación de la biodiversidad.

Safhía Súcar Súccar, coordinadora desde 2001 del Programa Institucional de Medio Ambiente de la Universidad de Guanajuato, realizó en el Foro un análisis del papel que los programas ambientales institucionales han desempeñado en las universidades mexicanas en los últimos años, y cómo, a través de su articulación y posicionamiento, pueden contribuir a la sustentabilidad de las comunidades en las que las instituciones se encuentran inmersas.

Se refirió, por ejemplo, a la formación de redes de universidades con programas ambientales de carácter institucional, uno de los mayores avances que se han logrado en esta materia.

Ernesto Rodríguez Luna y Carmen Vergara anunciaron
el Congreso de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable
que se llevará a cabo en 2007.
Educación ambiental, eje de congreso mundial en 2007

La educación ambiental será el eje del Segundo Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable que, en 2007, la Universidad Veracruzana llevará a cabo con la participación de especialistas de talla internacional, anunció Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico Agropecuaria de la UV y uno de los principales promotores del encuentro.
Al inaugurar los trabajos del Foro Educación Ambiental como herramienta para las sociedades sustentables, que se realizó en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2006 y que reunió a especialistas de México y Cuba, Rodríguez Luna resaltó la importancia de trabajar en colectivo para socializar las estrategias exitosas que representen soluciones reales a problemáticas sociales y ecológicas.
Recordó que en el encuentro de 2005, que organizó la UV en Boca del Río, participaron ponentes de 22 países de todo el mundo y 17 estados de la república mexicana, que presentaron experiencias relacionadas con agua, desarrollo agropecuario, manejo forestal, áreas naturales protegidas, energía, desarrollo urbano, ecoturismo y comunidades indígenas, lo que proyectó al encuentro como el más importante de desarrollo sustentable
en el país.
Aunque esos casos permitieron contrastar ideas y proyectos prácticos sobre qué es el desarrollo sustentable y cuáles son los elementos necesarios para echar a andar proyectos que solucionen los problemas actuales, Rodríguez Luna reconoció que esas soluciones “no pueden darse sin una base de educación ambiental que a su vez sea la base de una conciencia crítica y un compromiso ecológico”.