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Cambios
reales, proponen en el Foro de Educación Ambiental de la
UV
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Edith
Escalón |
Mientras
políticas públicas no respalden propuestas de educación
ambiental, seguirán esfuerzos costosos y resultados lentos:
Ruge |
Ante
las evidencias científicas del deterioro ambiental, que se
concretan en términos de contaminación, depredación,
saqueo y devastación de todo tipo de recursos naturales, urge
una ética global que condene enérgicamente el abuso
irracional de los recursos, que deje atrás el consumismo como
sinónimo de “bienestar” y dé su justo valor
a la naturaleza como sostén imprescindible de la vida.
En estos puntos centraron las condiciones fundamentales para hacer
sociedades sustentables, tras 10 horas continuas de discusión
y análisis, los más de 200 participantes –entre
universitarios, ciudadanos, autoridades gubernamentales y representantes
de organismos civiles– del foro de educación ambiental,
que en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario
2006, organizó el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO)
y el Área Biológico Agropecuaria de la Universidad Veracruzana
(UV).
Además de presentar las experiencias y opiniones de coordinadores
de programas formales de educación ambiental en cuatro universidades
mexicanas, organizaciones no gubernamentales de EU y un centro cubano
de gestión medioambiental, el encuentro sirvió como
preámbulo de lo que será, en 2007, el eje del Segundo
Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable,
que la UV llevará a cabo con la participación de especialistas
de talla internacional. |
José
Sarukhán Kermez. |
Cambios
reales, no discursos
José Sarukhán, una de las voces más respetadas
en el mundo en lo que a biodiversidad se refiere, justamente por
su trayectoria científica y el trabajo que ha hecho desde
hace décadas para la conservación de los recursos,
habló en su participación de la necesidad de llevar
a cabo cambios reales –individuales y sociales– y no
sólo elevar la retórica del discurso de la conciencia
ambiental.
Adoptar una nueva ética del desarrollo sustentable, dijo,
implica lograr un cambio de la dimensión del que condenó
mundialmente la esclavitud en 1700: “Un cambio de esa naturaleza
es el que tiene que haber para aceptar que debemos procurar otro
comportamiento respecto al medio ambiente, y tiene que ser mucho
más rápido, porque la velocidad en la que estamos
modificando nuestro planeta no nos permite, por nuestro propio bien,
darnos el lujo de esperar”.
Aunque reconoció que la propuesta contradice todo lo que
han construido las sociedades en el último siglo, se pronunció
por dejar atrás el consumismo como sinónimo de “bienestar”,
y dar su justo valor a la naturaleza como sostén imprescindible
de la vida. “Tenemos que cambiar nuestros parámetros
de vida, y eso, por simple que parezca, es el dilema ético
más serio para nuestra generación”.
Se refirió por ejemplo al estilo de vida que nos lleva a
usar coche por estatus o comprar ropa por moda (y desecharla con
la misma celeridad), pues de alguna manera esos hábitos reflejan
el culto al consumismo y la indolencia ante los problemas que genera
nuestra forma de vivir: “Cambiar nosotros puede permitir cierta
justicia a los más de 4 mil millones de personas de este
planeta que necesitan elevar sus estándares de vida”,
comentó.
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Necesitamos
cambios reales –individuales y sociales– y no sólo
elevar la retórica del discurso de la conciencia ambiental:
José Sarukhán |
Tiahoga
Ruge. |
Legislación
y financiamiento
Para Tiahoga Ruge, directora de Educación y Capacitación
de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT),
la fragilidad de la educación ambiental en México
se deriva en gran parte de la falta de apoyo institucional y presupuestos:
“Mientras no existan políticas públicas que
soporten las propuestas de educación ambiental, los esfuerzos
seguirán siendo costosos y los resultados lentos”.
Dijo que avanzar en el marco jurídico que norme las acciones
en esta materia en el plano nacional, y el indispensable financiamiento
de instancias como la Secretaría de Educación Pública
y las estatales relacionadas con la educación y el medio
ambiente, son los “pendientes estratégicos” para
avanzar en la estrategia nacional de esta materia.
Es su presentación, Tiahoga Ruge dijo que uno de los logros
más importantes de la dependencia a su cargo ha sido la descentralización
de la estrategia, pues hoy existe en cada estado de la república
–incluido Veracruz– un plan estatal de educación
ambiental en el que cada entidad asume la responsabilidad que le
corresponde para impulsar acciones en sus municipios, especialmente
el desarrollo de proyectos para el manejo de residuos sólidos
en las poblaciones urbanas, rurales y suburbanas, y el manejo de
aguas residuales, que se concretan en acciones puntuales en cada
entidad.
Añadió que las universidades deben ser ante todo un
ejemplo de las acciones que genera la educación ambiental:
“Deben ser una escuela para el desarrollo sustentable, demostrar
que sí son compatibles esos dos conceptos”, de ahí
el respaldo que ha dado el Centro de Educación y Capacitación
para el Desarrollo Sustentable (CECADESU), a iniciativas como la
que dio origen al encuentro. |
Proponen
rechazar el consumismo como sinónimo de bienestar y dar su
valor a la naturaleza como sostén imprescindible de la vida |
Arturo
Gómez Pompa, a su lado, Edgar González Gaudiano.
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Cercenada,
la dimensión social
En México la educación ambiental ha sido malinterpretada,
subordinada a instrumentos de gestión, considerada sinónimo
de contenidos de ciencias naturales, o cercenada en su profunda dimensión
social al restringir su significado integral al concepto de naturaleza,
como aseguró Edgar González Gaudiano, asesor de medioambiente
de la Secretaría de Educación Pública.
En su participación en el foro, dijo que su concepto, que debiera
ser integral e implicar educación cívica, valores, ejercicio
de ciudadanía y relaciones de convivencia, se ha reducido a
proporcionar información sobre qué es y cómo
funciona el medio ambiente, a acciones inmediatistas como el reciclaje
y la promoción de eventos sociales cada vez que se celebra
algún acontecimiento relacionado con el tema.
“En la educación básica, por ejemplo, en el mejor
de los casos ha sido asumida como parte de los contenidos de las ciencias
naturales, dejando de lado la trasversalidad que debería incluirla
en cada una de las áreas del conocimiento, desde las matemáticas
hasta las ciencias sociales, por lo que es urgente hacer de ella una
prioridad nacional y definir políticas públicas que
la sustenten”.
Acorde con la perspectiva de Sarukhán, aseguró que el
eje central de la educación ambiental es “ayudarnos a
repensar nuestros hábitos y costumbres cotidianos, tanto en
lo individual como en lo colectivo, para remodelar nuestras actitudes
y comportamientos en tanto sujetos individuales como organizacionales
e institucionales, pues de eso depende nuestra supervivencia”,
comentó. |
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Acciones
para la conservación
Para Marta Roque Molina, del Centro de Información, Gestión
y Educación Ambiental de Cuba, se requiere una legislación
que establezca las responsabilidades de los distintos niveles estatales
y grupos sociales, así como del aparato instrumental y la capacidad
institucional para el control de su cumplimiento en que puedan sustentarse
políticas públicas coherentes.
“Para que los docentes y educadores estemos en condiciones de
enfrentar estos retos tendremos que hacernos dueños del poder
que da el conocimiento y de las habilidades que nos permitan prevenir
cambios muy rápidos, pronosticar contingencias, interpretar
fenómenos complejos, saber mirar a larga distancia para tener
en cuenta el porvenir en las decisiones de corto y medio plazos”.
En su oportunidad, Miguel Aguilar Robledo, de la Universidad Autónoma
de San Luis Potosí, se mostró convencido de que la educación
superior tiene un papel esencial para contribuir a la prevención
y solución de las problemáticas ambientales y para superar
los desafíos de la sostenibilidad a través de sus funciones
de educación, investigación y vinculación, así
como de sus procesos
de gestión.
Cabe mencionar que la UASLP fue merecedora al Premio al Mérito
Ecológico 2006 en el sector académico, un reconocimiento
que se otorga a los integrantes de la sociedad que realicen o hayan
realizado acciones relevantes en materia de protección, conservación
y mejoramiento del ambiente, así como en el manejo sustentable
de los recursos naturales.
Representando a la organización estadounidense The Rainforest
Alliance, María Ghiso dijo que en el tema de la educación
ambiental los niños son la apuesta más importante, no
sólo porque hoy son un grupo de consumo clave, sino porque
también se convertirán en los líderes del mañana
y heredarán una sociedad que, desafortunadamente, prioriza
a la tecnología y al desarrollo frente a la conservación
de los recursos naturales y la conformación de una sociedad
más justa y equitativa.
Frente a este panorama, The Rainforest Alliance –entre muchas
otras acciones dirigidas a la protección de ecosistemas y,
por ende, a las comunidades y la fauna que dependen de ellos mediante
el impulso de iniciativas de desarrollo sostenible– promueve
alrededor del mundo un programa de educación ambiental, cuyo
propósito es ayudar a la gente de todas las edades, y especialmente
a los niños, a entender el rol que juega cada uno de nosotros
en la conservación de la biodiversidad.
Safhía Súcar Súccar, coordinadora desde 2001
del Programa Institucional de Medio Ambiente de la Universidad de
Guanajuato, realizó en el Foro un análisis del papel
que los programas ambientales institucionales han desempeñado
en las universidades mexicanas en los últimos años,
y cómo, a través de su articulación y posicionamiento,
pueden contribuir a la sustentabilidad de las comunidades en las que
las instituciones se encuentran inmersas.
Se refirió, por ejemplo, a la formación de redes de
universidades con programas ambientales de carácter institucional,
uno de los mayores avances que se han logrado en esta materia. |
Ernesto
Rodríguez Luna y Carmen Vergara anunciaron
el Congreso de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable
que se llevará a cabo en 2007. |
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Educación
ambiental, eje de congreso mundial en 2007
La educación ambiental será el eje del Segundo Congreso
Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo Sustentable que, en
2007, la Universidad Veracruzana llevará a cabo con la participación
de especialistas de talla internacional, anunció Ernesto Rodríguez
Luna, director del Área Biológico Agropecuaria de la
UV y uno de los principales promotores del encuentro.
Al inaugurar los trabajos del Foro Educación Ambiental como
herramienta para las sociedades sustentables, que se realizó
en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU)
2006 y que reunió a especialistas de México y Cuba,
Rodríguez Luna resaltó la importancia de trabajar en
colectivo para socializar las estrategias exitosas que representen
soluciones reales a problemáticas sociales y ecológicas.
Recordó que en el encuentro de 2005, que organizó la
UV en Boca del Río, participaron ponentes de 22 países
de todo el mundo y 17 estados de la república mexicana, que
presentaron experiencias relacionadas con agua, desarrollo agropecuario,
manejo forestal, áreas naturales protegidas, energía,
desarrollo urbano, ecoturismo y comunidades indígenas, lo que
proyectó al encuentro como el más importante de desarrollo
sustentable
en el país.
Aunque esos casos permitieron contrastar ideas y proyectos prácticos
sobre qué es el desarrollo sustentable y cuáles son
los elementos necesarios para echar a andar proyectos que solucionen
los problemas actuales, Rodríguez Luna reconoció que
esas soluciones “no pueden darse sin una base de educación
ambiental que a su vez sea la base de una conciencia crítica
y un compromiso ecológico”. |
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