Cuando
aquí son las 8 de la noche, en Sonora y Baja California apenas
son las 6 de la tarde. Es decir, nosotros ya estamos sobre el conteo
preliminar cuando aquéllos apenas se disponen a cerrar las
casillas de votación, señaló Ignacio Méndez
Ramírez |
Uno
de los riesgos supremos referente al conteo de votos es la emisión
de un resultado preliminar en el que un aparente ganador presente
una mayoría de sufragios que pudiera revertirse, en la medida
en que avance el conteo mismo, refirió Ignacio Méndez
Ramírez, investigador de la UNAM, durante su exposición
en el auditorio de la Facultad de Estadística e Informática
de la Universidad Veracruzana (UV) en torno de los procedimientos
para realizar la suma de sufragios en las elecciones del 2 de julio
pasado.
Méndez Ramírez fue uno de los especialistas asignados
desde muchos meses atrás para realizar la suma de las boletas
que contuvieron todos y cada uno de los votos por ciudadano mexicano
elector. Mencionó que tuvo la oportunidad de participar en
esta actividad en comicios pasados, por lo que comentó de
las riesgosas posibilidades de que un severo inconveniente pudiese
afectar, por ejemplo, el conteo de los votos reunidos en casillas
de regiones expuestas a ciclones o terremotos.
“En caso de una desgracia regional –señaló–
las cosas podrían complicarse de muchas formas. Las elecciones
son en domingo y hay comunidades que sólo cuentan con casetas
de telefonía rural que, por coincidencia, no funcionan ese
día. En tales condiciones, comunicarse puede ser un verdadero
problema, de modo que es mentira que todo México es territorio
Telcel. Hay regiones en que un celular para nada sirve…”
Aludió a que para el conteo de 130 mil 500 casillas, ubicadas
en 300 distritos electorales distribuidos en todo el país,
se recurrió a varios simulacros previos con datos inventados.
Esto se tradujo en un problema porque, con estos datos ficticios
y probabilidades supuestas, se encontraron con que el Partido Acción
Nacional ganaba en Colima, lo cual produjo una reacción nada
agradable entre los colimotes.
“Tuvimos que explicar que se trataba de un resultado que no
correspondía a la realidad, que lo habíamos obtenido
mediante datos nunca apegados a la estadística real”,
afirmó el investigador de la UNAM.
Al mencionar que el procedimiento de análisis es simple aunque
riguroso en extremo, los estados del norte siempre presentan el
inconveniente de estar desfasados dos horas atrás con relación
al horario central. “Cuando aquí son las 8 de la noche,
en Sonora y Baja California apenas son las 6 de la tarde. Es decir,
nosotros ya estamos sobre el conteo preliminar cuando aquéllos
apenas se disponen a cerrar las casillas de votación.”
Los sufragios en 1994, 1997 y 2000 funcionaron como experiencia
previa y es de anotarse que hubo la cantidad de 23 mil 914 capacitadores-asistentes
electorales, los denominados CAE, uno por cada casilla.
“Para el desempeño de nuestra labor, nos concentramos
en un búnker del Instituto Federal Electoral, en medio de
impresionantes medidas de seguridad y con policías impedidos
de ver cómo hacíamos nuestro trabajo”.
Lo anterior arrojó como resultado lo que ya en todo el país
se conoce, de modo que –como era de esperarse– algunas
observaciones de los asistentes apuntaron hacia la duda en la efectividad
del conteo y en la legitimidad de ese resultado. |