Cientos
de comunidades de América rechazaron que la privatización
del agua sea una alternativa para lograr la conservación
de este recurso, como queda de manifiesto en Voces del agua y En
defensa del agua, dos textos que reúnen el panorama general
de la crisis del agua y las memorias de la reflexión colectiva
que en abril de 2005 realizaron representantes comunitarios de más
de 20 países de este continente.
“Pareciera que si se paga lo suficiente el recurso se va a
conservar, cuando en realidad hay muchísimos ejemplos que
muestran que esto no sólo no ocurre, sino que pasa lo contrario,
pues la gestión empresarial es altamente depredadora porque
está buscando vender mucha más agua o vender sólo
a aquellos que tengan la capacidad adquisitiva de pagar el costo
real”.
Así resumió la propuesta colectiva Octavio Rosas Landa,
académico de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), al hacer la presentación oficial de sendos textos
publicados por la editorial Itaca, mismos que presentan datos precisos
sobre las distintas facetas de la crisis del líquido vital
en nuestro país y las reflexiones del encuentro comunitario.
El también integrante del Centro de Análisis Social
de Información y Formación Popular, señaló
que para las comunidades que habitan las zonas donde se genera el
recurso acuífero la privatización es una respuesta
equivocada, pues no considera a quienes, a fin de cuentas, están
defendiendo el agua de todos.
De acuerdo con el análisis realizado por las comunidades
americanas, las instancias gubernamentales o empresariales sólo
hablan de resolver la crisis del agua con criterios de eficiencia:
“Para ellos de lo que se trata es de homogeneizar o reducir
paulatinamente los subsidios para que la gente pague el costo real
del agua; esa es una visión eficientista-empresarial”.
Además, dijo que esta solución neoliberal al problema
del agua no está tomando en cuenta que los consumos industriales,
por ejemplo, no sólo depredan el recurso sino que además
lo contaminan y luego hacen negocio con esa misma contaminación.
El
agua como un complejo integral de la naturaleza
En contraposición, la visión de las comunidades consiste
en ver al agua no como un recurso en sí mismo, sino como
parte de un complejo integral de necesidades y de capacidades tanto
territoriales como ambientales y sociales: “No ven el agua
sólo como agua, sino como vinculada estrechamente con la
tierra, de tal modo que no se puede pensar el recurso si no se piensa
en la conservación de los suelos, de los cultivos, de los
bosques y de todo aquello que constituye la vida”.
Sostuvo que el punto que contrasta las dos visiones no es el hecho
de que se tenga que valorar realmente el agua, pues en eso todos
están de acuerdo, sino que las comunidades no sólo
están defendiendo el recurso para su beneficio personal,
como sucedería en caso de que la privatización se
aceptara como la solución al problema.
Por otra parte, señaló que los actores políticos
han dejado de considerar el hecho de que todas las culturas, especialmente
las tradicionales mexicanas, son harto respetuosas del agua, que
han aprendido a lo largo de su historia a convivir y a conservar
el vital líquido como un elemento fundamental.
En cambio, dijo, el modelo urbano y el proceso de industrialización
lo que ha producido es la desecación y contaminación
de ríos, lagos y lagunas, la desaparición de lugares
donde abundaba el agua, la sobreexplotación de mantos acuíferos
y la expansión de la frontera urbana, agrícola e industrial
que se ha convertido en una amenaza para las zonas de recarga de
acuíferos.
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