Año 6 • No. 241 • octubre 9 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Urge su protección real, reconocen universitarios
Manglar “Arroyo Moreno”,
en peligro de extinción
Edith Escalón

Boca del Río, Veracruz.- Pese a ser un área protegida por decreto estatal, el manglar “Arroyo Moreno”, confinado en las inmediaciones de Boca del Río y Medellín de Bravo, es un ecosistema que se encuentra prácticamente en peligro de extinción, pues ha perdido casi la mitad de su superficie en los últimos 15 años al pasar de 450 a 287 hectáreas, y si continúa la tasa de deforestación podría perder otras 37 para el 2010.

“Las afectaciones son muchas y muy graves”, aseguró Yetlaneci Aguilar, coordinadora de proyectos de Áreas Naturales Protegidas (ANPs) del Área Biológico Agropecuaria de la Universidad Veracruzana (UV), durante el simposio que en el marco del Congreso Norteamericano de Ornitología mostró a los participantes la riqueza biológica de la entidad, así como los retos para su estudio, manejo y conservación.

Explicó que Arroyo Moreno recibe descargas de aguas residuales domésticas, industriales y agrícolas sin tratamiento alguno, contaminándolo y limitando el uso directo del agua que provee, lo que representa en principio una amenaza para la salud humana y para el funcionamiento de otros sistemas acuáticos, como el Sistema Arrecifal Veracruzano.

Los impactos evidentes son, según la universitaria, una amenaza constante para la conservación del ecosistema. Por un lado la descarga de aguas negras no tratadas que arroja en él la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y por otro, la elevada temperatura del agua que vierte la central termoeléctrica Dos Bocas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que, en ocasiones, supera los 40 grados centígrados.

Además, señaló que el canal de la Zamorana arroja a este ecosistema natural aguas residuales de la ciudad, dejándole a “Arroyo Moreno” el papel natural de fosa de sedimentación y oxidación, es decir, el papel que debería cumplir una planta de tratamiento de aguas residuales.

El problema, dijo, es que el manglar, que en su mayoría pertenece a propiedad ejidal (bajo regularización) y privada, es un ecosistema que prácticamente quedó envuelto dentro de la mancha urbana de los municipios de Boca del Río y de Medellín de Bravo.

“En algunos accesos a la zona se puede notar que la transformación de los tipos de vivienda es muy drástica. Al inicio encontramos casas tipo mansión, luego casas tipo vivienda media, hasta muy sencillas en donde las casas son de lámina y cartón principalmente, que además carecen de servicios públicos”.

Riesgos latentes
Luego de subrayar que de utilizarse “Arroyo Moreno” para expandir la mancha urbana, la zona se convertiría en vulnerable y de alto riesgo para la población que ahí habitara, por lo que la universitaria aseguró que los altos costos de urbanización que significarían poblarla no darían viabilidad a ningún proyecto urbano.

Enfatizó que es fundamental conservar el ecosistema, pues éste funciona como regulador del ciclo hidrológico local, además de ser un refugio de flora y fauna nativa, patrimonio natural de importante belleza y valor recreativo y educativo.

“Si sumamos todos estos impactos por efecto de la fragmentación y aislamiento del manglar, y otros procesos naturales, y si no se detiene el deterioro, las afectaciones pueden ser realmente graves, sobre todo para la gente que habita en los alrededores”, sostuvo.