Año 6 • No. 241 • octubre 9 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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La plaga de la palomilla del nopal
fue detectada en Quintana Roo
Elizabeth Vázquez

Usada en el siglo pasado como agente de control biológico en Australia y Sudáfrica, hoy constituye una amenaza para uno de los cultivos más tradicionales de México
Hace más de medio siglo, Australia recibió los servicios de una pequeña palomilla introducida a esas tierras como agente de control biológico para combatir –con eficacia que resultó ejemplar– seis especies invasoras de Opuntia. Sin embargo, lo que en otro tiempo resultó una solución exitosa, hoy, por uno de esos muchos giros de la naturaleza, se ha transformado en una amenaza no sólo para la lucrativa industria del nopal en México, sino también para la rica diversidad de todas las especies Opuntia en la mayor parte de Norteamérica.

Viajero constante por las cualidades que dio a conocer a nivel mundial, este insecto –conocido con el nombre científico de Cactoblastis cactorum– está actualmente presente en la mayoría de las islas caribeñas como consecuencia tanto de la introducción accidental o deliberada por parte del hombre como por medios de propagación naturales.

De acuerdo a un aviso que puede consultarse en la página de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) –http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/cactoblastis/doctos/cactoblastis.html– en agosto de este año el Comité de Sanidad Local de la Sagarpa confirmó el dictamen positivo de C. cactorum en la zona sur de la Isla Mujeres, Quintana Roo, identificándose en plantas de nopal ornamentales introducidas, de la especie O. stricta.

En un informe, que puede consultarse también en esa página electrónica, el famoso entomólogo Helmuth Zimmermann –junto con otros dos investigadores expertos en el tema– advierte que “a pesar de que existe evidencia convincente de que el Cactoblastis llegó a la Florida (desde 1989) como consecuencia del comercio de plantas de vivero, también existe la posibilidad de la propagación natural inducida por patrones meteorológicos de los ciclones”, situación que pudo haberse repetido para el caso de México.

Ya en el 2000, en la publicación Biodiversitas de la Conabio, Gunter Zimmerman y otros investigadores señalaban que dado el impacto que ha tenido el C. cactorum en las poblaciones en donde se ha liberado y su baja especificad de hospederos, el riesgo para las poblaciones silvestres y cultivadas de Opuntia no puede subestimarse.

En nuestro país, existen 83 especies de Opuntias, de ellas 53 son endémicas y, de acuerdo con reportes recientes, 19 de estas últimas tienen el potencial de ser dañadas. Por otra parte, las condiciones climáticas en México favorecen la invasión de esta polillla y estudios preliminares sugieren que la zona norte, que produce grandes cantidades de tuna y nopal forrajero, sería la más afectada. La invasión de la palomilla del nopal podría afectar tanto las nopaleras silvestres como las cultivadas, con impactos importantes sobre la biodiversidad y la producción de nopal, verdura y tunas.

Las extensas poblaciones silvestres de Opuntia ocupan cerca de tres millones de hectáreas del territorio nacional, de las cuales alrededor de 360 mil son cultivadas para obtener forraje, fruta y nopal de consumo humano.

Actualmente, se desarrollan diversas investigaciones y experimentos en Sudáfrica y Estados Unidos, aún sin resultados concluyentes, para combatir esta plaga; sin embargo se reconocen importantes avances. Los expertos buscan técnicas amigables que no tengan efectos secundarios negativos sobre el medio ambiente, una de ellas es la del “insecto estéril” que contempla la cría y esterilización de palomillas.

En un video de divulgación sobre el C. cactorum –dirigido por Gunter Zimmerman y producido por la Universidad de Witwatersrand, de Johannesburgo, Sudáfrica, con el patrocinio del Organismo Internacional de Energía Atómica– se explica de una manera clara y breve cuál es la historia de la palomilla del nopal: cómo llegó y se quedó en distintos lugares del mundo y cómo pasó de ser una heroína a una peligrosa adversaria.

La versión en español de este video, que es coordinada por la investigadora Mayra Pérez Sandi Cuen, se pone durante todo el mes de octubre a disposición de nuestros lectores, a través del Boletín Electrónico que aparece en la página Web del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (http://www.uv.mx/CITRO/). Posteriormente, los interesados en conocerlo pueden comunicarse al Citro escribiendo a citro@uv.mx.

Existe un consenso general entre quienes trabajan en el control de esta plaga respecto a que el reporte oportuno de la presencia del C. cactorum es la mejor medida para detenerla, por lo que hacen una invitación a todos los productores y encargados de los servicios de aduanas y fitosanitarios, así como al público en general a que estén alertas.