Año 6 • No. 246 • noviembre 13 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera
Carolina Cruz

Fotos: Edith Escalón
El Sistema Arrecifal Veracruzano (SAV) será declarado este mes de noviembre por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como parte de la Red Mundial de Reservas del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) que desde hace más de treinta años promueve el desarrollo sostenible sobre bases científicas. De esas reservas, 18 se hallan en México.

Con esta declaratoria, se obtendrán recursos para acelerar el Programa de Manejo y Conservación, que deberá ajustarse además a las normas internacionales. Las gestiones se dieron por parte de la Dirección del Parque Arrecifal con quien la Universidad Veracruzana (UV) ha trabajado estrechamente en el diagnóstico y elaboración de dicho programa.

El sistema arrecifal está siendo sometido por parte de diversas instancias a un proceso de planeación de acciones que coadyuven de manera ordenada y sistemática en el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y culturales de esta riqueza veracruzana y ahora mundial.

Sin embargo, el documento rector aún no ha sido terminado, aunque en general se considera que el arrecife se encuentra en buen estado de conservación, impactos en su mayoría antropogénicos –como ampliaciones y construcciones en la zona costera, el desarrollo portuario, el crecimiento de la ciudad, las pesquerías, turismo mal planeado, colisiones de embarcaciones, contaminación por descargas de aguas negras e industriales, derrames de hidrocarburos y otras sustancias nocivas en el mar, extracción furtiva de artesanías, sobreexplotación y colecta de especies arrecifales con fines comerciales e incluso docentes y de investigación, así como el saqueo de elementos arqueológicos e históricos-, han deteriorando el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV).

El principal daño natural es ocasionado por los sedimentos que en épocas de lluvias intensan son arrastrados por los ríos cargados de muy finas partículas de limos y arcillas que se depositan sobre los arrecifes y asfixian las colonias de corales, además de los “nortes” y tormentas, acusa el biólogo Juan Manuel Vargas Hernández, del Centro de Ecología y Pesquerías (CEP) de la UV, institución que junto con otras instancias estudian la salud del PNSAV y elaboran un Programa de Manejo y Conservación.
Las sedimentaciones que arrastran los ríos van en aumento según el grado de deforestación, a mayor pérdida de suelo, mayor arcilla, por lo cual el manejo de la cuenca de los ríos, incluyendo la agricultura y la ganadería, debe ser un factor a considerar en el desgaste arrecifal, explica Virgilio Arenas, director del CEP, quien señala además que incluso el cambio climático está afectando.

Estos ecosistemas se conocen como mutualistas porque los arrecifes funcionan como barreras para que el oleaje no llegue directo a la costa veracruzana, protegiéndola de los fuertes vientos que producen los “nortes”; de no ser así habrían problemas y degradaciones graves en la zona costera. Por otra parte, son el sustento pesquero de numerosas familias de pescadores de la zona de Antón Lizardo, Veracruz y Boca del Río.

A la fecha no existe el documento rector del Programa de Manejo y Conservación, pese a que fue declarada Área Natural Protegida desde el año de 1992, lo que sí hay son acciones permitidas y/o prohibidas que determina la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Semarnap y particularmente la Administración del Parque Sistema Arrecifal Veracruzano.

El Sistema Arrecifal Veracruzano
Los arrecifes que conforman al PNSAV son Anegada de Afuera, Santiaguillo,
Anegadilla, Topetillo, En medio, Rizo, Chopas, Polo, Blanca, Punta Coyol, Ingeniero, Sacrificios, Pájaros, Verde, Bajo Paducah, Anegada de Adentro, Blanquilla, Galleguilla, Gallega, Punta gorda, Punta Antón Lizardo y Hornos.

Aunque existen alrededor de 37 especies de corales, las del género montastrea, colpolfilia y en menor grado el diploria, son las que mayormente estructuran al SAV, que alcanza las 52 mil hectáreas.

Frente a Antón Lizardo se localizan 11 y el resto delante del Puerto de Veracruz; el SAV se enlaza al noroeste con el Sistema Arrecifal Veracruzano Lobos-Tuxpan, situado enfrente de la Laguna de Tamiahua y al este con el Sistema Arrecifal de Campeche y Yucatán (en proceso de ser declarado Área Natural Protegida).

Los primeros intentos de protección del Sistema Arrecifal Veracruzano se dieron en 1975, al considerar al arrecife La Blanquilla como zona de refugio para la protección de flora y fauna marina. Los arrecifes Anegada de Afuera, Isla de En Medio, Rizo, Punta Antón Lizardo e Isla Verde fueron propuestos también como zonas de protección.

“Los corales están formados por animales diminutos, llamados pólipos –explica Vargas Hernández– que se encuentran agrupados por cientos, formando colonias fijas a un sustrato firme en el océano; la mayoría presenta un esqueleto de carbonato de calcio con una infinidad de formas y tamaños. Estos organismos son los formadores en su mayor parte de los arrecifes y con menor participación podríamos mencionar a las algas calcáreas; necesitan condiciones especiales para prosperar, tales como aguas poco profundas, salinidades entre los 25 a 40 partes por mil; temperaturas entre los 25 y 35 grados; altas concentraciones de oxígeno y buena iluminación.

“Los arrecifes coralinos son los sistemas marinos que presentan la mayor diversidad de riqueza en especies por espacio. Su principal constituyente son los corales duros, animales muy pequeños que conforman colonias y segregan carbonato de calcio gracias a la simbiosis con unos microorganismos llamados zooxantelas, que son un grupo especial de algas dinoflageladas”. Esta simbiosis hace que sean muy eficientes en la acumulación de carbonato de calcio que les permite conformar esas grandes estructuras biológicas.

La extracción y el saqueo
Inevitablemente el PNSAV ha sido desde tiempos prehispánicos objeto de explotación de sus recursos naturales, extraídos con fines ornamentales; durante la Colonia se sustrajo coral o piedra muca o múcara (bloques de coral duro), además de material que se utilizó para “pegar” estos bloques, formado por coral blando, restos de coral duro triturado y otros organismos con esqueletos de carbonato de calcio, con los que se construyeron casas y edificios públicos, algunos de los cuales permanecen hasta hoy en día.

La situación que priva es la siguiente: “De la Colonia para acá han desaparecido cuando menos cinco arrecifes, algunos anexos a San Juan de Ulúa, uno más que se encontraba cerca al de Hornos –que está ya fracturado a lo largo de la línea costera– y el de La Lavandera, que se encuentra prácticamente destruido, al igual que el de Los Monjes”, dice Vargas Hernández. La bióloga Elvira Carvajal Hinojosa –administradora del PNSAV–, resalta tres actividades que impactan negativamente a los arrecifes: “La primera de ellas es la pesca excesiva de especies de valor comercial, ocasionando que algunas especies de peces y moluscos se encuentren en estado de sobreexplotación, sin que hasta la fecha se hayan evaluado estos efectos; la segunda actividad que perturba al bajo, es la constante extracción de corales que por su belleza, tienen un atractivo comercial para su venta como artesanía; y la tercer actividad que ejerce una presión negativa, es la extracción de flora y fauna arrecifal para su venta con fines acuarísticos”.

La riqueza de la biodiversidad
Una idea de la biodiversidad es el registro que reporta 10 Phyla (género de la familia Verbenaceae) 361 familias, 536 géneros y mil 101 especies. La diversidad florística es exuberante: por ejemplo, hay plantas herbáceas o rastreras muy cercanas a la línea costera y adaptadas a alta salinidad, Halófitas costeras, Palmar con cocotero, matorrales costeros, manglares, microalgas, macroalgas, pastos marinos. Entre la fauna destaca la Iguana iguana (iguana verde), el Ctenosaura similis (garrobo) y las lagartijas de los géneros Anolis y Sceloporus.

En cuanto a las aves, se han registrado 81 especies, entre ellas el Pelícano pardo, La Fragata, el Cormorán oliváceo, la Ibis, Garza garrapatera, Garza blanca, Garceta Azul, Zopilote aura, Gavilán pescador, Gaviota de franklin, Gaviota reidora, Golondrina tijereta, Zanate mexicano, Garza morena, Chipe dorso verde, Halcón peregrino y Gorrión savanero, algunas de ellas en riesgo. Por ejemplo en la flora la Pseudophoenix sargentii, está clasificada como amenazada; la Avicennia germinans y la Rhizophora mangle, sujetas a protección especial; entre la fauna destaca el mamíferos Tursiops truncatus, sujeto a protección especial lo mismo que las aves Falco peregrinus y Sterna antiullarum; entre los reptiles están amenazados el Ctenosaura similis y la Boa constrictor y en peligro de extinción las especies Careta careta, Chelonia mydas, Eretmochelys imbricada, Lepidochelys kempi y la Dermochelys coriacea, además de los invertebrados Acropora Palmata, Acropora cervicornis, Plexaura homomalla, sujetos a protección especial.

El trabajo de la UV
En el año 2000 la UV fue contratada por la Federación para elaborar el proyecto del Plan de Manejo y Conservación, que entregó a la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, documento que ha servido como base para preparar el Programa de Manejo y Conservación (aún en proceso), a cargo ahora del Consejo Asesor del Parque, de cual forma parte también nuestra Casa de Estudios.

Actualmente el Centro de Ecología y Pesquerías trabaja en varias líneas de investigación que permitan el aprovechamiento sustentable del extraordinario lugar: “Es un área fundamental porque nuestro objeto de estudio es la interacción entre el hombre y los recursos naturales”, indica Arenas Fuentes.

En relación a las pesquerías, destaca que el CEP lleva un seguimiento de la actividad pesquera trabajando en convenio con los pescadores para saber cuándo pescan y qué pescan, qué volúmenes extraen, en qué sitios y cuánto representa en ingresos.

“En general el SAV se encuentra en estado de sobreexplotación y la pesca, aunque es de subsistencia, no deja de ser una actividad extractiva que lesiona al sistema, además de que los mecanismo de pesca que utilizan no son los adecuados”. La UV, junto con los pescadores, busca alternativas con proyectos productivos como el cultivo de algunas especies, entre ellas el pulpo y el robalo que favorezcan la socioeconomía de la región y disminuyan la sobreexplotación.

Para conocer cómo varían las corrientes (cuya tendencia se relaciona con la cantidad y deposito de la materia orgánica y otros contaminantes), la UV monitorea y está implementando un monitoreo a las condiciones oceanográficas y biológicas (temperatura, salinidad, oxígeno, biomasa) y la productividad de los distintos arrecifes, buscando identificar a futuro mediato qué clase de alteraciones se pueden presentar.

Otro monitoreo que realiza el CEP, es el de la biodiversidad, a través de la instalación de bandas bióticas, una estrategia para abordar el seguimiento de la biodiversidad a lo largo del tiempo: “El programa consiste en ubicar en extensiones de cuatro metros de ancho por 600 de ancho, a los organismos visualmente identificables”, señala Virgilio Arenas.

Este trabajo es complejo pues “es difícil darle seguimiento a la biodiversidad, cada especie tiene una dinámica poblacional que se ve afectada por las condiciones ambientales, la depredación y la competencia”. Hasta el momento se han establecido 6 bandas bióticas ubicadas dos en isla Verde, 2 en isla de En Medio y 2 en la isla de Sacrificios, que estarán siendo monitoreadas durante un largo plazo.

Entre los objetivos del Programa, destaca a corto plazo zonificar, ordenar y regular las actividades; diseñar y operar mecanismos para la obtención de financiamiento; formar recursos humanos debidamente capacitados para la operación y manejo del Parque; fomentar la participación comunitaria en la protección, conservación y uso racional de los recursos naturales y del patrimonio cultural; promover la actividad de investigación científica y tecnológica.

A mediano plazo se espera lograr establecer los mecanismos de control y evaluación sobre las actividades determinadas para cada zona, promover la generación de la cartografía necesaria del PNSAV y a largo plazo, contar con una base de datos con la información derivada de los proyectos de investigación desarrollados en el área y establecer un Sistema de Información Geográfica.