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La
departamentalización, opción de desarrollo |
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Gina Sotelo |
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Evaluar aciertos y desaciertos del MEIF antes de intentar otros
cambios, solicita director de Sociología
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"El modelo institucional debe ser reestructurado y actualizado
de acuerdo a las demandas de la sociedad y del mercado laboral":
Rogelio Hernández
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Que
la Universidad Veracruzana (UV) transite del modelo "napoleónico"
al departamental es una necesidad inmediata, puesto que el primero
ya fue rebasado: el maestro como portador de conocimientos y el alumno
pasivo que aprende de memoria lo se expone frente a grupo no es suficiente
para la formación de recursos humanos que demandan la sociedad
y el mercado laboral del mundo actual.
Sólo que antes de dar un paso hacia la implantación
de un nuevo modelo institucional, las autoridades universitarias deben
considerar todos aquellos factores que permitan una transición
exitosa, concluyeron maestros e investigadores de esta casa de estudios
al ser entrevistados a propósito de la posibilidad de cambiar
el sistema institucional.
Los universitarios Rogelio Rendón Hernández y Luis Magaña
Cuéllar, directores de las facultades de Economía y
Sociología, respectivamente, además de Angélica
Gutiérrez, Alfredo Zavaleta Betancourt y Pedro García,
investigadores de los institutos de Investigaciones y Estudios Superiores,
Económicos y Sociales (IIESES), de Investigaciones Histórico
y Sociales (IIHyS), y del Centro de Investigación en Micro
y Nanotecnología, coincidieron en que se debe cambiar de modelo.
"Los cambios observados en los ámbitos económico,
político y social, no sólo en el país sino en
el mundo entero, marcan la necesidad de capacitar y formar recursos
humanos con nuevos enfoques a través del fortalecimiento de
la educación a nivel universitario, por lo que considero que
el modelo institucional debe ser reestructurado y actualizado de acuerdo
a las demandas de la sociedad y del mercado laboral en el que se insertarán
nuestros egresados", comentó Rogelio Hernández.
El director de Sociología también se manifestó
a favor, aunque sugirió a las autoridades universitarias impulsar
una evaluación colectiva de los pros y contras de este modelo:
"Se debe evaluar los aciertos y desaciertos de la implantación
del MEIF antes de intentar otros cambios".
También propuso realizar una "reflexión regular
de nuestros quehaceres, una efectiva simplificación administrativa
y un nuevo marco jurídico-laboral que sirvan para el fortalecimiento
de la academia", cambios que considera necesarios porque "lo
que ahora tenemos es una tendencia a aceptar acríticamente
las nuevas tecnologías en el campo de la docencia, una legislación
rebasada por la realidad y una academia refrenada por la tarea administrativa",
aseguró.
Todo esto, argumentó, por la forma en que implementó
el MEIF –de forma inconclusa aún– y que trajo diversos
inconvenientes, como el aumento del trabajo administrativo en detrimento
del académico, o la incomprensión de algunos sectores
de académicos del significado o intención del concepto
de flexibilidad.
Por su parte Angélica Gutiérrez, Pedro García
y Alfredo Zavaleta coincidieron en que el modelo napoleónico
es inactual por lo que la transición hacia un modelo organizacional
departamentalizado puede contribuir a mejorar las oportunidades de
la enseñanza y el aprendizaje, a vincular mediante redes académicas
la docencia, la investigación y la divulgación científica. |
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Departamentalización,
vía para alcanzar el desarrollo en la UV
Un modelo organizacional departamental, dijo Alfredo Zavaleta, diseñado
mediante un debate público, racional e informado entre los
agentes de nuestra Universidad, incrementará las posibilidades
de profesionalización de los estudiantes, la construcción
de conocimiento científico y las propuestas para el debate
y la solución de los problemas estructurales de la sociedad
veracruzana y del país.
"Sólo si la Universidad cambia el modelo educativo podremos
tener la posibilidad de prepararnos para hacer frente a las demandas
que la sociedad del conocimiento nos está urgiendo realizar
para contar con el capital humano que se requiere en este siglo"
aseguró, por su parte, Angélica Gutiérrez, quien
ve en la departamentalización una opción para educar
a los estudiantes a lo largo de la vida, bajo un paradigma centrado
en los aprendizajes múltiples y en el desarrollo "permanente"
de competencias laboral-académicas según cambien las
exigencias.
Al respecto Pedro García infirió que "si la sociedad
está exigiendo mayor profesionalización, quiere decir
que no se están cubriendo las expectativas, por lo que se deben
proponer cambios en el modelo" y sugirió que sería
prudente iniciar un "proceso de departamentalización",
al cual considera conveniente "ya que podríamos ofrecer
a los alumnos una mayor profundidad en el conocimiento que se les
imparte; se facilitaría a los académicos compartir experiencias",
pero, subrayó: "No se debe olvidar que se debe dar un
enfoque a cada experiencia educativa enfocándolo hacia el área
a la que se están desarrollando los profesionistas".
El director de la Facultad de Sociología opinó que este
modelo departamental "sí ayudará a la UV a alcanzar
el desarrollo siempre y cuando la estructura de la misma cambie en
todos sus niveles para que tenga un impacto positivo y durable; tomando
en cuenta, claro está, la nueva realidad nacional e internacional
y, parejamente, los fines de toda universidad auténticamente
pública, que, por cierto, riñen con la idea de universidad
que trata de imponer el Banco Mundial".
Y el director de Economía, consideró que el modelo vigente
en la UV no logró dar los resultados planeados para que ésta
alcanzara el desarrollo deseado. |
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Ampliación
de la oferta educativa
Incrementar el número de carreras en la UV debe planificarse
como parte de una reforma organizacional y bajo el consenso de toda
la institución, tomando en cuenta los problemas regionales,
locales, nacionales e internacionales a los que habrían de
dar respuesta las carreras que se pudieran crear, y no sucumbir ante
la tentación de ampliar la oferta sólo por moda, o porque
tales o cuales profesiones gozan de una gran demanda, a pesar de que
su mercado laboral esté restringido, opinaron los cinco entrevistados.
Aseguraron que la creación espontánea de carreras y
posgrados por concesión a grupos de académicos solo
incrementará la dispersión institucional y la inversión
deficitaria de los recursos.
Alfredo Zavaleta sostuvo: "Es urgente una política de
planificación del posgrado para evitar las paradojas que se
han producido en este campo en los años recientes: aprobación
de programas de ocurrencia mientras los programas consolidados enfrentan
una dificultad cada vez mayor para el ingreso al Padrón Nacional
de posgrados, o la propuesta de una universidad de investigación
con posgrados institucionalizados sin ningún tipo de apoyo
para su consolidación, o bien, el trato financiero por igual
a los posgrados profesionalizantes y de investigación".
Angélica Gutiérrez comentó que sí debe
ampliarse la oferta educativa siempre y cuando ésta se adecue
a "la demanda de recursos humanos de cada región, según
su especialidad y su vocación natural requiere".
Destacó que en los últimos diez años, ante las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
el avance de la globalización y la necesidad de fortalecer
el desarrollo regional es urgente analizar la oferta educativa actual
y planificar con una visión de largo aliento los requerimientos
de recursos humanos por región con la finalidad de adecuar
la oferta educativa a la demanda de profesionales.
Pedro García, sugirió realizar sondeos entre los empleadores
(cámaras, asociaciones, empresas de la iniciativa privada,
dependencias de gobierno, etcétera) a fin de conocer las necesidades
y áreas de especialización en las que requieren profesionistas,
además de detectar cuáles son las fallas de las carreras
de mayor auge y qué conocimientos deberían tener los
egresados para enfrentar la competencia laboral.
Rogelio Rendón, también se pronunció a favor
del incremento de la oferta educativa, pero ofreciendo nuevas carreras
y de diferente nivel (TSU o licenciatura) que se enfoquen a resolver
problemas específicos de la sociedad, con el objetivo de mejorar
la estructura productiva y por consiguiente el nivel de vida de la
población.
"La ampliación de la oferta académica debe ser
estratégicamente útil y contar con su mercado laboral.
Sólo así se justificaría la ampliación
de la oferta, pues sería racional. No tomando en cuenta esos
dos elementos, las nuevas profesiones no harían más
que engrosar las filas del desempleo. Con todo, hay que trabajar duro
para elevar la calidad de la oferta existente", aseguró
Magaña Cuéllar. |
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Práctico,
vincular la investigación con la docencia
La vinculación
de la investigación con la docencia es el principal reto que
tiene la UV, aseguró la directora del IIESES, Angélica
Gutiérrez, porque posee una masa crítica de investigadores
cuyo trabajo está y debe seguir siendo aprovechado para formar
a los jóvenes de licenciatura y de posgrado.
La investigación es una oportunidad para educar, continuó;
"a través de ésta los alumnos no sólo aprenden
a aplicar una metodología de trabajo, análisis y evaluación
sino que reconocen la importancia del trabajo en red y en equipo;
se acercan, conocen, visualizan y cuestionan una problemática
social a través del trabajo en campo y se dan cuenta de la
importancia de la colaboración en equipo Inter o Multidisciplinario,
en un diálogo permanente entre quienes investigan, como una
forma más de enseñanza-aprendizaje (comunidades de aprendizaje)".
Pedro García, también consideró que vincular
docencia e investigación es el principal reto que la UV enfrenta
porque la investigación aplicada no se desarrolla y no se involucran
a los alumnos en estas prácticas.
Y Alfredo Zavaleta planteó que unir investigación y
docencia es un hecho "imprescindible", y por ello es necesario
deshacerse de algunas mitologías que bloquean el debate racional
sobre las fortalezas y las debilidades de la departamentalización:
"Un modelo organizacional de este tipo no destruye la diferenciación
funcional de la docencia y la investigación sino que las especializa
e hibrida, es decir, abre esas actividades al contacto con otras actividades.
Las carreras no desaparecen sino que se abren, los institutos no desaparecen
sino que se interrelacionan con las carreras. Los profesores no se
especializan como investigadores sino que enseñan lo que producen
colegiadamente con algunos investigadores. Los investigadores no se
convierten en docentes sino que enseñan los procedimientos
y los productos de sus investigaciones".
Esa diferenciación funcional, explicó Zavaleta, por
especialización e hibridación es improbable en un modelo
organizacional rígido que por defecto bloquea toda experiencia
de intercambio interdisciplinario y profesional entre los docentes
y los investigadores.
Respecto a la vinculación de la investigación con la
docencia, "creo –dijo Magaña Cuéllar–
que sería útil procurarla de manera orgánica,
ya que las dos funciones en manos de un mismo profesor se alimentarían
recíprocamente, pero no es algo que se deba implantar por decreto".
"No debemos perder de vista que no todo investigador es automáticamente
un buen docente, ni todo docente es automáticamente un buen
investigador. Hemos de aprovechar las lecciones que la experiencia
nos ha brindado: hay profesores excelentes que se sienten felices
como tales y que no muestran ningún interés por la investigación,
y creo que eso está bien, y hay excelentes investigadores a
quienes la docencia no les atrae o no son buenos en ella, y no hay
nada que reprocharles", refirió.
Hizo hincapié en que no se trata "de cambiar por cambiar,
ni a todos se nos debe meter en un mismo costal. Se trata de vocaciones
que hay que tomar en cuenta. A mí me gustaría que se
empezara por sentar las bases para que todos los académicos
de la UV que tienen la categoría de investigadores generen
productos de gran calidad en el ámbito que les compete y que
todos los que nos dedicamos a la docencia podamos ser excelentes docentes,
con todo lo que esto implica. La tarea es compleja, difícil,
pero no imposible; es un asunto de esfuerzos y voluntades, tanto colectivos
como individuales".
Por último, el director de Economía, aseguró
que sí se debe unir la docencia con la investigación
"toda vez que los académicos de carrera (por su forma
de contratación) no disponen del tiempo necesario para realizar
investigación, mientras que muchos investigadores no le dan
importancia a la actividad docente". |
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