Año 6 • No. 246 • noviembre 13 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  La departamentalización, opción de desarrollo

Gina Sotelo
• Evaluar aciertos y desaciertos del MEIF antes de intentar otros cambios, solicita director de Sociología

• "El modelo institucional debe ser reestructurado y actualizado de acuerdo a las demandas de la sociedad y del mercado laboral": Rogelio Hernández

Que la Universidad Veracruzana (UV) transite del modelo "napoleónico" al departamental es una necesidad inmediata, puesto que el primero ya fue rebasado: el maestro como portador de conocimientos y el alumno pasivo que aprende de memoria lo se expone frente a grupo no es suficiente para la formación de recursos humanos que demandan la sociedad y el mercado laboral del mundo actual.

Sólo que antes de dar un paso hacia la implantación de un nuevo modelo institucional, las autoridades universitarias deben considerar todos aquellos factores que permitan una transición exitosa, concluyeron maestros e investigadores de esta casa de estudios al ser entrevistados a propósito de la posibilidad de cambiar el sistema institucional.

Los universitarios Rogelio Rendón Hernández y Luis Magaña Cuéllar, directores de las facultades de Economía y Sociología, respectivamente, además de Angélica Gutiérrez, Alfredo Zavaleta Betancourt y Pedro García, investigadores de los institutos de Investigaciones y Estudios Superiores, Económicos y Sociales (IIESES), de Investigaciones Histórico y Sociales (IIHyS), y del Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología, coincidieron en que se debe cambiar de modelo.

"Los cambios observados en los ámbitos económico, político y social, no sólo en el país sino en el mundo entero, marcan la necesidad de capacitar y formar recursos humanos con nuevos enfoques a través del fortalecimiento de la educación a nivel universitario, por lo que considero que el modelo institucional debe ser reestructurado y actualizado de acuerdo a las demandas de la sociedad y del mercado laboral en el que se insertarán nuestros egresados", comentó Rogelio Hernández.

El director de Sociología también se manifestó a favor, aunque sugirió a las autoridades universitarias impulsar una evaluación colectiva de los pros y contras de este modelo: "Se debe evaluar los aciertos y desaciertos de la implantación del MEIF antes de intentar otros cambios". 

También propuso realizar una "reflexión regular de nuestros quehaceres, una efectiva simplificación administrativa y un nuevo marco jurídico-laboral que sirvan para el fortalecimiento de la academia", cambios que considera necesarios porque "lo que ahora tenemos es una tendencia a aceptar acríticamente las nuevas tecnologías en el campo de la docencia, una legislación rebasada por la realidad y una academia refrenada por la tarea administrativa", aseguró.

Todo esto, argumentó, por la forma en que implementó el MEIF –de forma inconclusa aún– y que trajo diversos inconvenientes, como el aumento del trabajo administrativo en detrimento del académico, o la incomprensión de algunos sectores de académicos del significado o intención del concepto de flexibilidad.

Por su parte Angélica Gutiérrez, Pedro García y Alfredo Zavaleta coincidieron en que el modelo napoleónico es inactual por lo que la transición hacia un modelo organizacional departamentalizado puede contribuir a mejorar las oportunidades de la enseñanza y el aprendizaje, a vincular mediante redes académicas la docencia, la investigación y la divulgación científica.
Departamentalización, vía para alcanzar el desarrollo en la UV

Un modelo organizacional departamental, dijo Alfredo Zavaleta, diseñado mediante un debate público, racional e informado entre los agentes de nuestra Universidad, incrementará las posibilidades de profesionalización de los estudiantes, la construcción de conocimiento científico y las propuestas para el debate y la solución de los problemas estructurales de la sociedad veracruzana y del país.

"Sólo si la Universidad cambia el modelo educativo podremos tener la posibilidad de prepararnos para hacer frente a las demandas que la sociedad del conocimiento nos está urgiendo realizar para contar con el capital humano que se requiere en este siglo" aseguró, por su parte, Angélica Gutiérrez, quien ve en la departamentalización una opción para educar a los estudiantes a lo largo de la vida, bajo un paradigma centrado en los aprendizajes múltiples y en el desarrollo "permanente" de competencias laboral-académicas según cambien las exigencias.

Al respecto Pedro García infirió que "si la sociedad está exigiendo mayor profesionalización, quiere decir que no se están cubriendo las expectativas, por lo que se deben proponer cambios en el modelo" y sugirió que sería prudente iniciar un "proceso de departamentalización", al cual considera conveniente "ya que podríamos ofrecer a los alumnos una mayor profundidad en el conocimiento que se les imparte; se facilitaría a los académicos compartir experiencias", pero, subrayó: "No se debe olvidar que se debe dar un enfoque a cada experiencia educativa enfocándolo hacia el área a la que se están desarrollando los profesionistas".

El director de la Facultad de Sociología opinó que este modelo departamental "sí ayudará a la UV a alcanzar el desarrollo siempre y cuando la estructura de la misma cambie en todos sus niveles para que tenga un impacto positivo y durable; tomando en cuenta, claro está, la nueva realidad nacional e internacional y, parejamente, los fines de toda universidad auténticamente pública, que, por cierto, riñen con la idea de universidad que trata de imponer el Banco Mundial".

Y el director de Economía, consideró que el modelo vigente en la UV no logró dar los resultados planeados para que ésta alcanzara el desarrollo deseado.
Ampliación de la oferta educativa

Incrementar el número de carreras en la UV debe planificarse como parte de una reforma organizacional y bajo el consenso de toda la institución, tomando en cuenta los problemas regionales, locales, nacionales e internacionales a los que habrían de dar respuesta las carreras que se pudieran crear, y no sucumbir ante la tentación de ampliar la oferta sólo por moda, o porque tales o cuales profesiones gozan de una gran demanda, a pesar de que su mercado laboral esté restringido, opinaron los cinco entrevistados.

Aseguraron que la creación espontánea de carreras y posgrados por concesión a grupos de académicos solo incrementará la dispersión institucional y la inversión deficitaria de los recursos.

Alfredo Zavaleta sostuvo: "Es urgente una política de planificación del posgrado para evitar las paradojas que se han producido en este campo en los años recientes: aprobación de programas de ocurrencia mientras los programas consolidados enfrentan una dificultad cada vez mayor para el ingreso al Padrón Nacional de posgrados, o la propuesta de una universidad de investigación con posgrados institucionalizados sin ningún tipo de apoyo para su consolidación, o bien, el trato financiero por igual a los posgrados profesionalizantes y de investigación".

Angélica Gutiérrez comentó que sí debe ampliarse la oferta educativa siempre y cuando ésta se adecue a "la demanda de recursos humanos de cada región, según su especialidad y su vocación natural requiere".
Destacó que en los últimos diez años, ante las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el avance de la globalización y la necesidad de fortalecer el desarrollo regional es urgente analizar la oferta educativa actual y planificar con una visión de largo aliento los requerimientos de recursos humanos por región con la finalidad de adecuar la oferta educativa a la demanda de profesionales.

Pedro García, sugirió realizar sondeos entre los empleadores (cámaras, asociaciones, empresas de la iniciativa privada, dependencias de gobierno, etcétera) a fin de conocer las necesidades y áreas de especialización en las que requieren profesionistas, además de detectar cuáles son las fallas de las carreras de mayor auge y qué conocimientos deberían tener los egresados para enfrentar la competencia laboral.

Rogelio Rendón, también se pronunció a favor del incremento de la oferta educativa, pero ofreciendo nuevas carreras y de diferente nivel (TSU o licenciatura) que se enfoquen a resolver problemas específicos de la sociedad, con el objetivo de mejorar la estructura productiva y por consiguiente el nivel de vida de la población.

"La ampliación de la oferta académica debe ser estratégicamente útil y contar con su mercado laboral. Sólo así se justificaría la ampliación de la oferta, pues sería racional. No tomando en cuenta esos dos elementos, las nuevas profesiones no harían más que engrosar las filas del desempleo. Con todo, hay que trabajar duro para elevar la calidad de la oferta existente", aseguró Magaña Cuéllar.
Práctico, vincular la investigación con la docencia
La vinculación de la investigación con la docencia es el principal reto que tiene la UV, aseguró la directora del IIESES, Angélica Gutiérrez, porque posee una masa crítica de investigadores cuyo trabajo está y debe seguir siendo aprovechado para formar a los jóvenes de licenciatura y de posgrado.

La investigación es una oportunidad para educar, continuó; "a través de ésta los alumnos no sólo aprenden a aplicar una metodología de trabajo, análisis y evaluación sino que reconocen la importancia del trabajo en red y en equipo; se acercan, conocen, visualizan y cuestionan una problemática social a través del trabajo en campo y se dan cuenta de la importancia de la colaboración en equipo Inter o Multidisciplinario, en un diálogo permanente entre quienes investigan, como una forma más de enseñanza-aprendizaje (comunidades de aprendizaje)".

Pedro García, también consideró que vincular docencia e investigación es el principal reto que la UV enfrenta porque la investigación aplicada no se desarrolla y no se involucran a los alumnos en estas prácticas.

Y Alfredo Zavaleta planteó que unir investigación y docencia es un hecho "imprescindible", y por ello es necesario deshacerse de algunas mitologías que bloquean el debate racional sobre las fortalezas y las debilidades de la departamentalización:
"Un modelo organizacional de este tipo no destruye la diferenciación funcional de la docencia y la investigación sino que las especializa e hibrida, es decir, abre esas actividades al contacto con otras actividades. Las carreras no desaparecen sino que se abren, los institutos no desaparecen sino que se interrelacionan con las carreras. Los profesores no se especializan como investigadores sino que enseñan lo que producen colegiadamente con algunos investigadores. Los investigadores no se convierten en docentes sino que enseñan los procedimientos y los productos de sus investigaciones".

Esa diferenciación funcional, explicó Zavaleta, por especialización e hibridación es improbable en un modelo organizacional rígido que por defecto bloquea toda experiencia de intercambio interdisciplinario y profesional entre los docentes y los investigadores.

Respecto a la vinculación de la investigación con la docencia, "creo –dijo Magaña Cuéllar– que sería útil procurarla de manera orgánica, ya que las dos funciones en manos de un mismo profesor se alimentarían recíprocamente, pero no es algo que se deba implantar por decreto".

"No debemos perder de vista que no todo investigador es automáticamente un buen docente, ni todo docente es automáticamente un buen investigador. Hemos de aprovechar las lecciones que la experiencia nos ha brindado: hay profesores excelentes que se sienten felices como tales y que no muestran ningún interés por la investigación, y creo que eso está bien, y hay excelentes investigadores a quienes la docencia no les atrae o no son buenos en ella, y no hay nada que reprocharles", refirió.

Hizo hincapié en que no se trata "de cambiar por cambiar, ni a todos se nos debe meter en un mismo costal. Se trata de vocaciones que hay que tomar en cuenta. A mí me gustaría que se empezara por sentar las bases para que todos los académicos de la UV que tienen la categoría de investigadores generen productos de gran calidad en el ámbito que les compete y que todos los que nos dedicamos a la docencia podamos ser excelentes docentes, con todo lo que esto implica. La tarea es compleja, difícil, pero no imposible; es un asunto de esfuerzos y voluntades, tanto colectivos como individuales".

Por último, el director de Economía, aseguró que sí se debe unir la docencia con la investigación "toda vez que los académicos de carrera (por su forma de contratación) no disponen del tiempo necesario para realizar investigación, mientras que muchos investigadores no le dan importancia a la actividad docente".