Año 6 • No. 247 • noviembre 20 de 2006

“Con la reforma se dijo adiós a la intolerancia político-religiosa; no la considero como el inicio de transición democrática, pero sí como la liberalización de la oferta política”, aseguró el funcionario durante su participación en el Primer Simposio Veracruzano de Otoño “La política en México”, que reunió en la Universidad Veracruzana (UV) a destacados estudiosos de la política y sociedad mexicana.

Explicó que antes de la reforma, sólo cuatro partidos conformaban la oferta política en México: Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Popular Socialista (PPS) y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).

Lujambio, ex presidente de la Comisión de Fiscalización de Partidos Políticos, reconoció que en aquel entonces la oferta era limitada, pero aseguró que con la incorporación del Partido Comunista de México se concretó el espectro ideológico del sistema de partidos, al que se sumaron después el Partido Demócrata Mexicano y el Partido Socialista de los Trabajadores.

“La reforma quería atraer la izquierda hacia las instituciones y lo logró”, aseguró, y explicó que esto fue derivado de la imposibilidad que enfrentó en 1976 el Partido Comunista de participar en elecciones federales con su candidato presidencial Valentín Campa; mismo año en que una crisis interna dividió al PAN al grado de no presentar candidato presidencial.

Añadió que las reformas posteriores que impulsaron la representación proporcional en los congresos han apoyado esa pluralización, y aseguró que a México lo único que le falta es permitir que los electores puedan reelegir a sus representantes, como se hace en 18 países del mundo.