Año 6 • No. 247 • noviembre 20 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Afirma académico madrileño
La arquitectura es el mejor
y más importante negocio del universo
Alma Espinosa

Los siguientes son el narcotráfico y el turismo

La mano es la que fabrica el cerebro, la sensibilidad y la arquitectura: Seguí de la Riva

La arquitectura es el mejor y más importante negocio del universo, seguido del narcotráfico y el turismo, aseguró Javier Seguí de la Riva, de la Universidad Politécnica de Madrid, durante las jornadas académicas para festejar el 50 aniversario de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV).

Durante su exposición, el investigador resaltó que el tercer negocio más lucrativo está estrechamente relacionado con la arquitectura, pues los turistas visitan sitios de los que no entienden, pero aprenden sus historias. Ante esta situación explicó que para hacer visible la arquitectura se deben contar historias, ya que no se ve con los ojos, sino con palabras, usos y afabilidad; si no hay palabras las cosas desaparecen.

Javier Seguí de la Riva, de la Universidad Politécnica de Madrid, durante los festejos del 50 aniversario de la Facultad de Arquitectura.

Ante el auditorio de la Facultad de Arquitectura abarrotado, Javier Seguí comentó los aprendizajes que se ha llevado de sus múltiples visitas al país, específicamente a la capital veracruzana, entre las que se encuentra la visión de la arquitectura como un ente que abraza. “El arquitecto es un soñador de abrazos, por eso la arquitectura no se puede imaginar desde dentro. Otra cosa que descubrí es que enseñar la disciplina es sentirse envuelto”, confió.

Otro de sus viajes –en los que su mejor guía ha sido Pedro Páramo de Juan Rulfo– le ayudó a comprender que las relaciones que se tienen con otros es lo verdaderamente arquitectónico. “El arquitecto en última instancia sueña con interiores, estancias y en componer una cáscara. Y si ésta es buena la arquitectura lo único que hace es acompañar, hacer que la persona que está adentro se sienta atractiva”.
No puede hacer ninguna otra cosa, agregó, porque la arquitectura no vale para cambiar la política, ni el gusto, nada; y aseguró que un arquitecto está siempre al servicio del poder, de los que tienen dinero, de los promotores, por lo que la figura del arquitecto pareciera desvanecerse.

En otro viaje descubrió el papel de las manos en la proyección. Hacer arquitectura o proyectarla tiene algo que ver con miniaturizar el mundo. Para hacer mundos hay que hacer otros pequeños con las manos, que finalmente mueven el pensamiento, no éste a las manos. “La mano es la que fabrica el cerebro, la sensibilidad y la arquitectura. Si se mueven bien las manos, se tiene curiosidad y paciencia es suficiente”, expresó.

El conferencista dijo que en todas las escuelas de arquitectura existe una crisis, y Madrid no es la excepción, por lo que se tiene comunicación con otras instancias educativas como de Perú y Chile para cambiar planes de estudio. Además, la universidad madrileña está en la búsqueda de conocer y analizar los proyectos emprendidos en otras partes del mundo, por lo que pidió a los estudiantes le enviaran sus trabajos para conocerlos y trabajar con base en éstos.