Año 6 • No. 248 • Noviembre 27 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Juan Galicia tiene sólo 11 años y es todo un ganador
Para la UV, primer lugar
nacional de piano
Gina Sotelo

Logró triunfar aún cuando carece de un buen instrumento
Desde que tenía seis años Juan de Jesús Galicia decidió que quería ser pianista. Ahora tiene 11 y estudia el tercer semestre de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), carrera que cursa a la par que el sexto año de primaria en la escuela Salvador Díaz Mirón. A su corta edad, Juan ha logrado destacar en su instrumento y recientemente obtuvo el primer lugar en el Segundo Concurso Infantil Ollin Yoliztli que se efectuó del 6 al 8 de noviembre en la Ciudad de México.


Juan de Jesús Galicia.
Y logró triunfar aún en medio de la carencia, pues ha perfeccionado sus estudios musicales debido en un piano muy viejo, descompuesto al grado que si su familia tuviera las posibilidades, resultaría más barato comprar uno nuevo que reparar el antiguo.

Juan es un niño muy positivo, así lo demuestra en su charla y trato. Sabe lo que cuesta ganar las cosas y eso ha avivado en él valores como el de la amistad y la solidaridad. Con el premio obtenido en este concurso, además de comprarse la trilogía en cine de los X Men, invitó a sus amigos más cercanos a ver El ilusionista: “Es que además de la música, el cine me gusta mucho”.
Egresado del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI) de la UV, Juan tenía un proyecto y lo defendió hasta el final. Así lo demostró en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, donde interpretó estupendamente música de Bach, Clementi, Beethoven y Armengo, dejando atrás a casi una veintena de pequeños pianistas provenientes de los estados de Aguascalientes, San Luís Potosí, León, Estado de México y Distrito Federal.

En la Ciudad de México, Juan participó además en dos muy importantes conciertos: el de premiación y el de gala en el Teatro de la Ciudad, compartiendo el escenario con los primeros lugares de todas las categorías que compitieron en este concurso.

Su afición por la música la heredó de su padre, José Juan Galicia, a quien desde muy niño acompañaba a donde se presentaba tocando, como las misas de la iglesia de la Divina Providencia.

Por sus detalles, Juan es diferente; diariamente llega de la escuela, avienta su mochila y se va al piano a tocar, a media comida se levanta de la mesa y se va corriendo a tocar el piano. Tiene una manera espontánea de desarrollar su vocación y talento.

Como cualquier niño gusta también de jugar fútbol, prefiere ser portero y sus equipos favoritos son las Chivas, el Manchester y el Barcelona. En música prefiere a Mozart y las piezas infantiles de Armengol porque se le hacen muy sencillas: “A mis amigos les gusta el reggaeton. A mí no; me suena un poco simple”.

Entre sus sueños está también el ser doctor: “Pero como vamos, creo que mejor seré pianista profesional. Me gustaría dar conciertos y ser maestro” dice esbozando una enorme sonrisa.

A Juan el piano le da mucha felicidad. Para no ponerse nervioso antes de ofrecer un recital, camina directo al piano sin mirar a la gente, este ensimismamiento lo ha llevado incluso a olvidar saludar al público: “Lo único que pienso es no mirar a la gente y concentrarme en lo que voy a tocar para no equivocarme. Así no me distraigo”.

Su maestra es Gladis Tragoura Santana. Ella dice de su tutorado que Juan destaca por su dedicación y su sensatez: “Es un niño que desde pequeño tiene una visión de lo que es la música. Ha podido aprender a organizarse en el trabajo diario; además sé que si sigue estudiando así, va a lograr todo lo que desea. Este fue un resultado esperado”.

La pianista recuerda emocionada que cuando fueron a México a participar en este concurso, les preguntaban su lugar de procedencia: “Y cuando decíamos que veníamos de la UV inmediatamente reconocían que la Universidad tiene muy buen nivel. Indudablemente el primer lugar era para Juan”.

Añade que el concurso evidencia algo muy temporal y que es el trabajo diario el que lo hará seguir destacando: “Suelo observar las características de cada niño, el ambiente en el que se desarrollan, los invito a que no sólo ejecuten bien sus piezas, sino que tengan una visión más global, que estén feliz en clases. Que se diviertan, que se cansen”.

Psicóloga clínica y maestra en teoría psicoanalítica, la maestra lleva una relación diferente con los alumnos sin llegar a verlos como pacientes. De origen cubano es ejecutora del instrumento y maestra de piano titulada en la Habana. Actualmente es docente en el CIMI y la Facultad de Música de la UV.