Año 6 • No. 248 • Noviembre 27 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Jean Marzin:
la defensa de la francofonía
Jorge Vázquez Pacheco

Tratamos de que no se convierta en el latín del siglo XXI, expresó el promotor de la lengua gala
Muchos opinan que la lengua francesa corre el riesgo de convertirse en el equivalente histórico del latín en el siglo XXI, expresó Jean Marzin, personaje asociado indisolublemente a las Alianzas Francesas en el mundo y a la actividad de promoción y difusión de la lengua procedentes de las Galias.

Maestro que vive de hecho viajando por el mundo, ha visitado nuestro país en por lo menos 15 ocasiones, Marzin ha puesto en práctica el humor como “una forma liviana de decir cosas serias o a la inversa, una forma seria de referirnos a cosas livianas”, en la conferencia dictada por él mismo en el auditorio de El Ágora de la Ciudad y denominada “La lengua francesa y la diversidad cultural”.

Jean Marzin.

Marzin, quien domina cinco idiomas, reconoce que “en el mundo existen francófilos y francófobos, y que Francia puede ser un país tan hermoso como insoportable. Empero, la lengua es para los franceses una suerte de monumento nacional que debe permanecer contra viento y marea, aunque muchos le observen como una anciana sofisticada que en vano afila sus espolones ante los embates de los vecinos y hasta de sus propios hablantes”.

La globalización y la amplísima difusión del inglés como idioma universal ubican a la lengua francesa en aquella incómoda posición, de modo que vale la pena preguntarse: ¿existe algún futuro para la misma?
Al referirse a las Alianzas Francesas en México, comentó que es elevado el número de mexicanos que estudian el francés en las mismas. Así, “de cada 13 estudiantes de francés en el mundo, uno es de México y eso mismo parece verse correspondido por la increíble aceptación de todo lo mexicano en Francia”.

Pero no debería existir el temor ante la penetración del inglés en el habla de los franceses, y Marzin expuso varios ejemplos de la aplicación de palabras inglesas en el alemán sin que éste pierda una pizca de autenticidad. Una buena manera de defender el idioma sin levantar barreras.

La profusión de palabras francesas en terrenos diversos (gastronomía, hotelería, etcétera) es asunto que Marzin consideró de enorme interés. Nadie se escandaliza por el empleo de términos como bufet, ambigú, plaqué, soufflé, chef, bon vivant, pied cochon y demás. Esto, incluso, registra un impacto positivo en la publicidad para las Alianzas Francesas en América Latina.

Los mitos –añadió Marzin– se defienden demasiado bien, ni duda cabe. Incluso, la pronunciación de la “u” es asunto de análisis. No es lo mismo pronunciar “u” que “iu”, lo cual implica un movimiento con los labios como para depositar un ósculo. “Se dice que uno hablará bien el francés a condición de que bese bien”. Pero una Babel mundial siempre es más una bendición que una maldición; la riqueza del mundo reside en su pasmosa diversidad.

El hecho de que por lo menos tres mil lenguas se encuentren en peligro de extinguirse es contemplado como un asunto tan grave como una tragedia ecológica. Hay razones para preocuparnos; una expresión en español no es lo mismo en lengua francesa, y Marzin se refirió concretamente a una realización filmográfica que le encantó. Se llama Danzón.

Esta cinta mostró en Europa la imagen del espíritu veracruzano en su más pura esencia. “Pero Danzón es otra cosa cuando se dobla al francés. Pierde toda su pureza y autenticidad”, expresó.

Sin embargo, algunas expresiones francófonas se han hecho representativas en otros países. En Rusia un “belmondo” (expresión alusiva al actor francés Jean-Paul Belmondo) es un hombre atractivo y deseable, lo mismo que una “belmonda” entre las mujeres. Una deformación del apellido de la actriz Brigitte Bardot pasó a aplicarse a los sostenes femeninos en Polonia. Mención aparte para Pakistán y el único lugar en que podían encontrarse libremente hombres y mujeres en ese país: los jardines de la Alianza Francesa de Karachi.

Francia es el país que más turismo recibe en el mundo, es una de las más poderosas economías, son 40 los países en el planeta donde el francés es lengua oficial y son más de 60 los países inscritos en programas francófonos. Y si preguntamos a los estudiantes de esos países por qué aprenden el francés, responden que lo necesitan para efectos de orden comercial con otros países.

La finalidad de las Alianzas Francesas –explicó”, es generar recursos, ya que para justificar y garantizar su sobrevivencia, toda lengua está obligada a probar su utilidad en el campo económico.

“Estamos seguros que el francés no se convertirá en el latín del siglo XXI”, concluyó.