Año 6 • No. 248 • Noviembre 27 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Los estudiantes y la reforma
de la organización universitaria

Jessica Badillo Guzmán
Instituto de Investigaciones en Educación
En los últimos meses, mucho se ha hablado acerca de los efectos del modelo de nuestra Universidad en cuanto a la organización e investigación; sin embargo, existe otro elemento de nuestra institución que recibe directamente el impacto de la estructura universitaria y de sus usos y costumbres: los estudiantes. Por tal motivo, este artículo tiene como propósito poner de manifiesto los efectos de la organización universitaria en la comunidad estudiantil, a fin de hacer un balance de su situación y reconocer los beneficios que traería para los jóvenes universitarios el cambio organizacional. Veamos, pues, tales efectos.

En cuanto a la relación del estudiante con la investigación, ha sido muy notorio cómo la formación que se recibe en las Facultades no se vincula directamente con esta última, ya que el énfasis se ha colocado en la enseñanza. Aunado a esto, las dinámicas laborales han cambiado, se requiere de profesionistas capaces de desempeñarse en distintos contextos y bajo distintos requerimientos, sin embargo, la formación del estudiante sigue la línea tradicional, cuando debería contribuir a que los universitarios vean al conocimiento científico
como estructura de base para la polivalencia que la vida profesional les exige.

Por lo que corresponde a la formación de investigadores, en algunos institutos de la Universidad Veracruzana los alumnos encuentran un lugar como becarios del Sistema Nacional de Investigadores o como prestadores de Servicio Social, involucrándose en la investigación; pero en otros, las oportunidades que tienen para participar en actividades investigativas son muy escasas, pues se ha dejado de lado la formación de los futuros líderes académicos, formación que requiere propiciar en las nuevas generaciones el interés por la producción de conocimiento científico, una de las principales tareas de las instituciones de educación superior e incluso una de las prioridades reconocidas por los organismos especialistas en cuestiones educativas.

De igual forma, la aproximación de los estudiantes a la investigación es muy desigual entre las regiones de la Universidad, presentándose mayoritariamente en Xalapa y Veracruz, en virtud de que las regiones restantes de la misma no poseen institutos de investigación. La experiencia escolar de quienes estudian en las regiones se da mucho más separada no sólo de la investigación, sino de las artes y el deporte. No hay los mismos recursos para realizar investigación documental (el acervo bibliográfico de las USBI es totalmente desigual entre las regiones), no se cuenta con institutos de investigación, los eventos académicos son escasos, no hay una oferta cultural ni siquiera por parte de la Universidad; todo lo anterior hace que la actividad del estudiante se concentre en los límites de su Facultad.

En cuanto a la flexibilidad del MEIF, la organización universitaria actual no la ha favorecido del todo, ya que la Facultad sigue fijando los cursos y el estudiante tiene que ajustarse a las decisiones y horarios que ésta toma. Por otra parte, la falta de una adecuada coordinación institucional obstaculiza la movilidad interna de los estudiantes. Aun cuando el MEIF permite cursar experiencias educativas en distintas Facultades, esto es algo que ocurre con muy poca frecuencia. Nuevamente, los mayores casos de movilidad estudiantil entre las Facultades se dan en la Región Xalapa, mientras que en las demás regiones la movilidad no ocurre con la misma intensidad.

Dentro de cada Área Académica de la Universidad se observa la separación disciplinaria, es muy poco común encontrarse con trabajos de carácter interdisciplinario, multidisciplinario o transdisciplinario; tan sólo al ubicarnos en un Área de la universidad, quizás los estudiantes de las Facultades que la integran se conocen y hasta entablan relaciones afectivas; no obstante, muy pocos se reúnen en torno a proyectos de investigación o actividades académicas.

Si consideramos que la mayor parte de la comunidad estudiantil no tiene contacto con la investigación, que las condiciones en que se da su experiencia escolar es completamente distinta entre las regiones y que el MEIF no es igualmente aplicado en los distintos contextos institucionales, es posible reconocer que los efectos de la organización por Facultades e institutos en los estudiantes no se corresponden con los efectos que la Universidad espera en el estudiante al modificar el modelo educativo y al implementar innovaciones y políticas para una formación integral.

Ante este panorama, ¿en qué beneficia la organización departamental a los estudiantes? La descentralización y la desconcentración que implicaría la departamentalización de la Universidad sería el principio para la solución de los problemas arriba mencionados. En primer lugar, ofrecería a los estudiantes mayores oportunidades de movilidad estudiantil e interacción con los miembros de la Universidad en general y no sólo de su Facultad. En segundo lugar, dentro de esta nueva estructura universitaria, los cuerpos académicos estarían conformados por profesores de tiempo completo, lo mismo que de medio tiempo y tiempo parcial, así como de estudiantes de semestres avanzados, lo que enriquecería aún más la formación de los jóvenes universitarios.

Por último, en cuanto a las regiones, una organización por departamentos ofrece la posibilidad de llevar la investigación a cada uno de los campus de la Universidad, ya no bajo la forma de centros o institutos, sino a nivel de los cuerpos académicos, acción que permite una mayor racionalización de recursos y significa un complemento para la preparación profesional.

En esta perspectiva, la necesidad de cambio organizacional en nuestra Universidad hacia una estructura de tipo departamental se hace cada vez mayor, pues con ésta, no sólo la organización académica se verá beneficiada, sino también la formación de los estudiantes. Por todo lo anterior, es menester que se tome conciencia de la situación que el modelo de Facultades e institutos ha generado en la Universidad, no sólo a nivel de las autoridades universitarias o de los académicos, sino también por parte de los estudiantes; su participación informada y reflexiva será de gran importancia en la construcción de una Universidad con mayor calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje, con mayores y mejores servicios para la comunidad estudiantil y con una formación realmente integral, tal y como nuestra institución lo propone.