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Los
estudiantes y la reforma
de la organización universitaria
Jessica Badillo Guzmán
Instituto
de Investigaciones en Educación
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En
los últimos meses, mucho se ha hablado acerca de los efectos
del modelo de nuestra Universidad en cuanto a la organización
e investigación; sin embargo, existe otro elemento de nuestra
institución que recibe directamente el impacto de la estructura
universitaria y de sus usos y costumbres: los estudiantes. Por tal
motivo, este artículo tiene como propósito poner de
manifiesto los efectos de la organización universitaria en
la comunidad estudiantil, a fin de hacer un balance de su situación
y reconocer los beneficios que traería para los jóvenes
universitarios el cambio organizacional. Veamos, pues, tales efectos.
En cuanto a la relación del estudiante con la investigación,
ha sido muy notorio cómo la formación que se recibe
en las Facultades no se vincula directamente con esta última,
ya que el énfasis se ha colocado en la enseñanza. Aunado
a esto, las dinámicas laborales han cambiado, se requiere de
profesionistas capaces de desempeñarse en distintos contextos
y bajo distintos requerimientos, sin embargo, la formación
del estudiante sigue la línea tradicional, cuando debería
contribuir a que los universitarios vean al conocimiento científico
como estructura de base para la polivalencia que la vida profesional
les exige.
Por lo que corresponde a la formación de investigadores, en
algunos institutos de la Universidad Veracruzana los alumnos encuentran
un lugar como becarios del Sistema Nacional de Investigadores o como
prestadores de Servicio Social, involucrándose en la investigación;
pero en otros, las oportunidades que tienen para participar en actividades
investigativas son muy escasas, pues se ha dejado de lado la formación
de los futuros líderes académicos, formación
que requiere propiciar en las nuevas generaciones el interés
por la producción de conocimiento científico, una de
las principales tareas de las instituciones de educación superior
e incluso una de las prioridades reconocidas por los organismos especialistas
en cuestiones educativas.
De igual forma, la aproximación de los estudiantes a la investigación
es muy desigual entre las regiones de la Universidad, presentándose
mayoritariamente en Xalapa y Veracruz, en virtud de que las regiones
restantes de la misma no poseen institutos de investigación.
La experiencia escolar de quienes estudian en las regiones se da mucho
más separada no sólo de la investigación, sino
de las artes y el deporte. No hay los mismos recursos para realizar
investigación documental (el acervo bibliográfico de
las USBI es totalmente desigual entre las regiones), no se cuenta
con institutos de investigación, los eventos académicos
son escasos, no hay una oferta cultural ni siquiera por parte de la
Universidad; todo lo anterior hace que la actividad del estudiante
se concentre en los límites de su Facultad.
En cuanto a la flexibilidad del MEIF, la organización universitaria
actual no la ha favorecido del todo, ya que la Facultad sigue fijando
los cursos y el estudiante tiene que ajustarse a las decisiones y
horarios que ésta toma. Por otra parte, la falta de una adecuada
coordinación institucional obstaculiza la movilidad interna
de los estudiantes. Aun cuando el MEIF permite cursar experiencias
educativas en distintas Facultades, esto es algo que ocurre con muy
poca frecuencia. Nuevamente, los mayores casos de movilidad estudiantil
entre las Facultades se dan en la Región Xalapa, mientras que
en las demás regiones la movilidad no ocurre con la misma intensidad.
Dentro de cada Área Académica de la Universidad se observa
la separación disciplinaria, es muy poco común encontrarse
con trabajos de carácter interdisciplinario, multidisciplinario
o transdisciplinario; tan sólo al ubicarnos en un Área
de la universidad, quizás los estudiantes de las Facultades
que la integran se conocen y hasta entablan relaciones afectivas;
no obstante, muy pocos se reúnen en torno a proyectos de investigación
o actividades académicas.
Si consideramos que la mayor parte de la comunidad estudiantil no
tiene contacto con la investigación, que las condiciones en
que se da su experiencia escolar es completamente distinta entre las
regiones y que el MEIF no es igualmente aplicado en los distintos
contextos institucionales, es posible reconocer que los efectos de
la organización por Facultades e institutos en los estudiantes
no se corresponden con los efectos que la Universidad espera en el
estudiante al modificar el modelo educativo y al implementar innovaciones
y políticas para una formación integral.
Ante este panorama, ¿en qué beneficia la organización
departamental a los estudiantes? La descentralización y la
desconcentración que implicaría la departamentalización
de la Universidad sería el principio para la solución
de los problemas arriba mencionados. En primer lugar, ofrecería
a los estudiantes mayores oportunidades de movilidad estudiantil e
interacción con los miembros de la Universidad en general y
no sólo de su Facultad. En segundo lugar, dentro de esta nueva
estructura universitaria, los cuerpos académicos estarían
conformados por profesores de tiempo completo, lo mismo que de medio
tiempo y tiempo parcial, así como de estudiantes de semestres
avanzados, lo que enriquecería aún más la formación
de los jóvenes universitarios.
Por último, en cuanto a las regiones, una organización
por departamentos ofrece la posibilidad de llevar la investigación
a cada uno de los campus de la Universidad, ya no bajo la forma de
centros o institutos, sino a nivel de los cuerpos académicos,
acción que permite una mayor racionalización de recursos
y significa un complemento para la preparación profesional.
En esta perspectiva, la necesidad de cambio organizacional en nuestra
Universidad hacia una estructura de tipo departamental se hace cada
vez mayor, pues con ésta, no sólo la organización
académica se verá beneficiada, sino también la
formación de los estudiantes. Por todo lo anterior, es menester
que se tome conciencia de la situación que el modelo de Facultades
e institutos ha generado en la Universidad, no sólo a nivel
de las autoridades universitarias o de los académicos, sino
también por parte de los estudiantes; su participación
informada y reflexiva será de gran importancia en la construcción
de una Universidad con mayor calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje,
con mayores y mejores servicios para la comunidad estudiantil y con
una formación realmente integral, tal y como nuestra institución
lo propone. |
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