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Coinciden
economistas internacionales
La competitividad global: asunto regional
David Sandoval
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Las
economías locales deben impulsar sus regiones y países
Las pequeñas empresas pueden tener mayor importancia en el
mercado global si se fomenta la innovación |
La
globalización es un término que supera lo económico,
involucrando a las ciencias sociales en su discusión, señalaron
los ponentes. |
La
competitividad entre las empresas deja de ser un asunto entre países
para convertirse en un asunto de regiones, y más aún
entre empresas que se inscriben en los mercados de la globalización,
coincidieron los ponentes de “Globalización, sociedad
y territorio”, uno de los temas del Coloquio internacional “Desarrollo
y sociedad en el contexto de la globalización”, realizado
por la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana (UV).
Teniendo como sede las instalaciones del Museo de Antropología
de Xalapa (MAX), los panelistas desarrollaron diferentes planteamientos
enfocados a las economías locales. De esta forma, Päivi
Oinas, de la Helsinki School of Economics, señaló que
la meta de su investigación, resumida en la ponencia “The
roles local nodes play in interdependet world economy”, es proponer
una tipología de sistemas económicos locales que surgen
a partir del debate actual en geografía económica:
“Bajo las condiciones actuales de la globalización, las
economías locales tendrán éxito cuando las empresas
se involucren en una colaboración e interacción benevolente,
donde los socios estén preferentemente en las industrias relacionadas
y compartan una cultura local”, afirmó.
Dijo que si las empresas locales pueden crear este ambiente, generarán
un desarrollo en los socios debido a la innovación que promoverán,
pero también ejercerán diferentes estrategias individuales
o se integrarán a otras localidades a causa de la globalización.
William W. Davis, académico de la Western Kentucky University,
durante su ponencia “Some observations on globalization, entrepreneurship
and economic development”, comentó que Europa no observa
con buenos ojos al capitalismo de los Estados Unidos, nombrándolo
despectivamente como “capitalismo cowboy”.
En relación a nuestro país, mencionó que las
reformas que México ha hecho, desde el punto de vista del Banco
Mundial (BM), han mejorado significativamente la posibilidad de hacer
negocios. “Ha habido mejoras significativas, pero todavía
está en el lugar 43 de 175 en la lista del BM, y según
este índice se representa un cambio en los últimos años”.
Otro de los índices que se utiliza frecuentemente en el ámbito
económico se denomina “de libertad económica”,
el cual muestra a Chile en el lugar 14 a nivel mundial y como el primero
en América Latina. México está en el lugar 60
de 157 países. En otras palabras –comentó–,
está bien ubicado comparado con otras economías latinoamericanas.
“La globalización a futuro va a convertirse en una gran
fuerza que operará en todos los países tanto si realizan
comercio internacional o no. Lo que queda claro es que en los últimos
50 años la globalización ha sido un factor importante
para subir el nivel de vida promedio en todo el mundo”, aseguró
el economista norteamericano.
No obstante, agregó, todavía es una historia con dos
caras: se producen ganadores y perdedores. El problema radica en cómo
se participa en la globalización y se maneja de manera inteligente
el daño provocado en algunos sectores, como aquellos que tienen
que ver con el medio ambiente.
Elsie Echeverri-Carroll, de la University of Texas en Austin, analizó
en su ponencia “Desigualdades de ingreso en el contexto de la
globalización” si existe o no una relación entre
ambos términos, y propuso que se relacionen con la regionalización
del ingreso.
Más que definir el proceso de globalización, la estadista
norteamericana definió el proceso de globalización como
un término que aglutina los cambios sociales, políticos,
culturales y tecnológicos. “Y ése es el problema,
porque cuando se habla de todos los cambios que ocurren en el proceso
de globalización es tan difícil medirlo. Pero estos
cambios están asociados con la creciente integración
internacional de los mercados de bienes, de servicios, de capital
y de trabajo que se intensificaron a raíz de los años
noventas”, precisó.
Como conclusión propuso aprovechar la disponibilidad de convertir
a las universidades locales en universidades globales, donde el proceso
de investigación y de desarrollo se convierta en la realización
de la tecnología. |
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