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Sostienen
especialistas en Desarrollo Regional en la UV
Neoliberalismo polariza desarrollo en México
David Sandoval
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Los
procesos económicos de corte neoliberal que son aplicados en
la política nacional parecen acentuar una diferencia en el
desarrollo de la región norte y sureste del país, coincidieron
en señalar catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) y de la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla (BUAP), presentes en el coloquio “Desarrollo en México:
una visión regional”, organizado por el cuerpo académico
de integración económica regional perteneciente a la
Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana (UV) y como
parte de su 40 Aniversario.
Lo que interesa a los estudios de desarrollo regional es saber dónde
o cuáles son los factores que permiten que una región
crezca a partir de un desarrollo propio, que no dependa de lo que
viene de afuera, señalaron Alejandro Álvarez Béjar
de la UNAM y Germán Sánchez Daza de la BUAP en su ponencia:
“La sociedad del conocimiento en los planes de desarrollo regional”.
Este trabajo es producto de la reflexión entre dos debates:
por una parte la situación actual de los estudios regionales
relacionados con la problemática de la globalización
y las políticas neoliberales, y por otra el tema de la sociedad
del conocimiento, debido a que se han planteado escenarios optimistas
producto de la combinación entre ambos.
Plantearon que en la actualidad la acumulación y generación
de capital se genera en torno a la sociedad del conocimiento, definida
a su vez como aquella que genera y canaliza la información,
buscando en su avance la calidad en procesos específicos como
la manufactura. El problema surge cuando una región en particular
concentra algún tipo de proceso y genera la migración
y la caída de economías en otras regiones.
“Uno de los problemas centrales es cómo construimos lo
local y lo global y la manera en que aquello global estructura las
regiones, que en el caso de México pareciera que atraviesa
todas las esferas y nos subordinamos totalmente a las relaciones dominantes
globales”, sostuvo Álvarez Béjar.
Antagonismo
geográfico
Al comparar las diferencias en el índice del desarrollo humano
que maneja el INEGI, encontramos un antagonismo, sobre todo en los
estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde hay regiones con un desarrollo
similar a las más pobres de África, en tanto que regiones
de Nuevo León tienen el desarrollo tan alto como los índices
más altos de Europa o Estados Unidos; incluso –finalizó–
las diferencias se pueden ver más profundas cuando analizamos
los índices al interior de las entidades: microregiones que
se van antagonizando.
En su participación, Karla Palma, académica de la UNAM,
presentó “Objetivos, avances y perspectivas de los proyectos
regionales en el sur-sureste mexicano”, donde describe los avances
en los objetivos del Plan Puebla Panamá (PPP), en torno a las
políticas regionales que se han venido implementando a pesar
de las disparidades regionales que existen en el país.
Subrayó que en el caso mexicano son dos determinantes las que
han conducido a una polarización de la economía: el
pasar del modelo económico de sustitución de importaciones
al modelo de economía abierta –lo que genera nuevas formas
de integración pero por vía comercial–, y las
políticas públicas implementadas en las regiones.
“Desde los años setenta la región sureste del
país ha sido beneficiada con los programas asistenciales del
gobierno, como el apoyo a las cuencas hidrológicas, PROCAMPO
y un proyecto que siempre ha generado controversia relacionado con
el Istmo de Tehuantepec, que en diferentes administraciones, incluso
desde el porfiriato, se ha intentado llevar a cabo: conectar ambos
océanos por esta región”, destacó la académica.
A partir del 2001 se crea el PPP con el objetivo de mejorar la calidad
de vida de la región como de Centroamérica, lo cual
“ha favorecido en la práctica sólo a ciertos sectores,
ya que de los 12 mil 279 millones de pesos destinados al proyecto,
10 mil 204 millones han sido destinados a la infraestructura carretera
en comparación con los 50 millones de pesos destinados al desarrollo
social, equivaliendo al 0.4 por ciento del
presupuesto total”.
Concluyó diciendo que este proceso de integración responde
a los intereses de una regionalización con fines comerciales
en donde el país comienza a fracturarse al concentrar regiones
que se dirigen a diferentes mercados. En su opinión, “el
Plan Puebla Panamá no puede considerarse como un proyecto de
desarrollo regional pese a que así se considera en los documentos
oficiales, sino que más bien obedece a una política
sectorial con tendencias de integración”.
Por su parte, Vicente Guerrero, catedrático de la Facultad
de Economía de la UNAM, comenzó su ponencia “El
crédito de la banca comercial en México, 1997-2005.
Una revisión regional” con una serie de planteamientos
tendientes a la reflexión sobre a quiénes se está
beneficiando con el otorgamiento de créditos durante el periodo
referido. |
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