Año 6 • No. 254 • enero 22 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General


 Reportaje

 Becas y oportunidades

 
Arte

 Deportes


 Contraportada


 Números  Anteriores


 Créditos



 

 

 

Gina Sotelo

Para Edgar Cano un artista se hace, no nace: “En el error está el acierto” dice el eterno aprendiz quien con una actitud humilde reconoce que aún le falta mucho por aprender. Recién egresado de la de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV) es considerado hoy por hoy más que como una joven promesa, como un talentoso pintor y dibujante a quien si bien es cierto que el trabajo no le sobra, ha tenido una trayectoria impecable y en constante ascenso.

A sus 29 años, Edgar tiene ofertas para exponer este año en la ex Yugoslavia además de que recibió una invitación para obtener una plaza como académico en la Universidad Autónoma de Baja California, misma que descarta pues: “Para poder enseñar creo que me faltan como veinte años” dice mientras sonríe.
Ante la vorágine de estilos, técnicas y movimiento artísticos fugaces y efímeros que nos invaden, Edgar opta por la pintura y el dibujo, artes que el llama “residuales”, que no están en boga pero se siguen haciendo, que no se hacen para obtener prestigio. No descarta llegar a utilizar las nuevas tecnologías, pues sabe que es bueno adaptarse a los lenguajes de nuestro tiempo.

“Pero primero quiero lograr dominar el oficio. Solemos caer en el vicio cuando no tenemos nada que decir. Ahora todo es arte y a la vez nada, todo puede valer, en tiempos de modernidad, todo tiene una significación somera y aglomerada.
Escudados tras la bandera de la posmodernidad nos damos numerosas libertades, pero tras la libertad de hacer algo va implícita una responsabilidad”.

Así piensa el joven pintor quien prefiere dominar la técnica antes de transformarla como lo hicieran Picasso o Matisse: “Me gusta el trabajo de Picasso y de Miguel Covarrubias, pero más que su obra disfruto de sus vivencias, de cómo la vida paso a ser su obra misma”.

Sobre “el arte por el arte” Edgar opina que a veces no dice nada y todo lo complica: “Vamos a acabar desgastando a la gente que va a las galerías con un discurso que nadie entiende. ¿Quién va a querer ver en un museo un chorizo colgado de una viga cuando tiene uno en su cocina?”, añade reflexivo.

Es Edgar su mejor modelo, pero no en un afán de protagonismo arrogante, ni vanidad: “Me era más cómodo pintarme porque no tenía amistades a quienes pedirles que me posaran. Tampoco tenía demasiado argumento, no concretaba muchas ideas para poder armar una imagen a partir de otra persona, yo era lo más inmediato”.

Rompiendo estereotipos su apariencia no dista a la de otro joven de su edad. Edgar dice que no quiere invertir energía a través de su imagen, prefiere que le identifiquen a través de su obra. Es la literatura, la música, el teatro lo que le da soporte a su obra: “Todo la nutre y la enriquece”.

Nacido en Isla Veracruz, Edgar es de carácter sencillo, es en los lienzos donde se desborda su pasión y su energía: “Vivo la vida igual que hago mi obra, de una manera simple, sencilla, sin complicarme demasiado. A veces en la pintura plasmamos un punto de vista complicado que a veces ni uno mismo entiende”.
Su plan eterno es conseguir mejor dominio de sus técnicas y mucho más aún, establecer sus conceptos de una manera más clara. Generar conceptos muy literales pero a la vez metafóricos, que en la plástica pueden vincularse: “Hablamos a través de símbolos y signos” dice quien dos veces fue rechazado en la carrera de diseño gráfico antes de intentarlo de nuevo y ser aceptado en pintura.
Fue a finales del 2006 cuando salió de facultad y antes de enfrentar la típica crisis del recién graduado enfocó sus energías en titularse: “Mi titulación fue automática, pero reconozco que trabajé mucho en la carrera para gozar del beneficio”.

Contento con el camino que ha elegido, Edgar es un pintor que toma más en serio su trabajo, que respeta el oficio. Sabe que debe vivir de la pintura y quiere hacerlo dignamente: “Los médicos, los arquitectos, los contadores, todos viven de su profesión. ¿Por qué no debería ser igual con los artistas?” y en esas está.

Edgar Cano a la fecha ha participado en diversos cursos y talleres impartidos por la UV y por la Escuela Gestalt de Diseño y creadores plásticos independientes. Ha participado en más de veinte exposiciones colectivas de Artes plásticas en diferentes estados de la República y el extranjero, su trabajo ha sido expuesto de manera individual dentro del estado de Veracruz, en ciudades como Coatzacoalcos, Veracruz, Santiago Tuxtla y de manera dual en Chiapas y Tijuana.

Su obra ha sido reconocida en concursos de pintura y dibujo en el sur y el norte de la República, siendo seleccionado en bienales nacionales e internacionales.

Se ha desempeñado en labores como ilustrador para el Gobierno del Estado de Veracruz, también participa en creaciones de escenografías para teatro.

Recientemente fue becario por el Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Veracruz, actualmente vive y trabaja en Xalapa, Veracruz.