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Al
menos seis mil niños se queman al año
Dunia Salas Rivera |
En
Xalapa, 60 por ciento de pacientes presentan quemaduras por escaldaduras;
25 por ciento, por electricidad y 10 por ciento, por fuego |
Luis
Daniel Bueno Flores, adscrito a la Unidad de Quemados del Hospital
Regional “Dr. Luis F. Nachón”, dijo que el enfermero
tiene que brindar cordialidad y confianza al paciente
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De
una población de más de 100 millones de personas, al
menos seis mil niños se queman al año en México,
y aunque pareciera una cantidad reducida, hay que considerar que muchos
incidentes no se reportan, pues en la mayoría de las ocasiones
se les atiende con remedios caseros, informó Luis Daniel Bueno
Flores durante la conferencia “Atención de enfermería
en pacientes quemados”.
En el marco de la celebración del Día Nacional del Profesional
de la Enfermería en la Unidad de Ciencias de la Salud de la
Universidad Veracruzana (UV), el enfermero adscrito a la Unidad de
Quemados del Hospital Regional “Dr. Luis F. Nachón”,
de Xalapa, dijo que el 60 por ciento de los pacientes que llegan a
este servicio médico presentan quemaduras por escaldaduras,
el 25 por ciento se trata de quemaduras por electricidad, el 10 por
ciento, por fuego y un cinco por ciento por otras causas. |
Bueno
Flores definió la quemadura como “toda lesión
accidental, fundamentalmente de la piel y tejidos subepidérmicos,
que puede ser producida por el calor, substancias químicas
o electricidad”; y enfatizó en que lo terrible de este
tipo de accidentes es que repercuten tanto en el plano físico
de la persona como en el psicológico.
De ahí que la atención especializada deba ser inmediata,
añadió, y que se deban evitar los remedios caseros,
como lociones, pasta de dientes, clara de huevo, aceites o pomadas
porque pueden complicar más la lesión y profundizarla.
“Lo único que se debe hacer es colocar suficiente agua
fría. Esto hace que el calor que se está produciendo
en la piel no se profundice sino que se libere y así se evita
una quemadura más grave, de segundo o tercer grado. Se debe
llevar de inmediato al paciente a la unidad médica más
cercana e iniciar el tratamiento indicado”, informó.
Luis Daniel Bueno explicó que al ser el enfermero la primera
persona con quien tiene contacto un paciente le tiene que brindar
cordialidad y confianza: “La atención verbal es fundamental.
Los enfermos vienen en un estado depresivo del que, si no les damos
la confianza, difícilmente van a salir. Debemos decirles que
sus quemaduras, aunque son graves, con una buena terapia tienen posibilidad
de restablecerse. El tratamiento va aunado con los cuidados y los
analgésicos”.
La experiencia de un paciente quemado de por sí es traumática,
por lo que el proceso de rehabilitación debe ser lo menos doloroso
posible: “Los enfermeros recibimos al paciente en el cuarto
de shock del área de urgencias, donde debemos tener todo nuestro
material listo para evitar que se sigan profundizando las lesiones,
posteriormente le quitamos la ropa, le colocamos algún fomento
frío, lo estabilizamos emocionalmente y, según el accidente
que haya tenido, iniciamos inmediatamente el tratamiento”.
Bueno Flores comentó que en esta etapa el papel del enfermero
es decisivo: “Para hacer sentir mejor al paciente, el profesional
debe decirle que va a sanar, que el tratamiento es efectivo y que
no va a durar mucho. Lo que necesita es saber que va a estar bien
porque está en buenas manos”.
Desafortunadamente, añadió, muchos pacientes tienen
una mala imagen del enfermero: “Por eso debemos ser confiables
con ellos, darles la mano, apoyar en lo más que se pueda, tanto
a ellos como a sus familiares, para que puedan recuperarse y reintegrarse
a sus actividades”.
Muchas veces, lamentó, “los mismos enfermeros estamos
degradando nuestra profesión puesto que no estamos dando lo
mejor de nosotros. De nuestro desempeño depende que los pacientes
se salven, por eso lo que tenemos que hacer es ponernos en su lugar
para darles la mejor atención”. |
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