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Opinan
académicos e investigadores universitarios
Detrás del incremento a la tortilla: falta de apoyo y especulación
Redacción UniVerso |
Por
cada hectárea, Estados Unidos genera 8.5 toneladas de maíz,
México 2.5 y Veracruz dos
Al campesino se le crean necesidades de mercado y no de subsistencia |
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Desde diciembre de 2006 y en lo que va de este año, el precio
de productos básicos ha sido variable y preponderantemente
a la alta. Los incrementos al litro de leche, gasolina, y recientemente
al kilo de tortilla, han desatado una reacción masiva de la
población mexicana debido a la imposibilidad de pagar más
sin que el salario mínimo se modifique.
Una de las causas de la variación en el precio de la tortilla,
aseguraron las secretarías de Agricultura y Economía,
se debió al incremento en los precios del petróleo y
sus derivados, así como al cambio climático que el planeta
registra.
Éstos han incidido en las políticas de producción
de países como Estados Unidos, China y los miembros de la Unión
Europea, mismas que los han llevado a incrementar su demanda en el
uso de granos, oleaginosas y cultivos industriales para la producción
de biocombustibles.
El grano más demandado para este fin es el maíz, lo
que ha generado un fenómeno internacional de encarecimiento
que impacta en la cadena maíz-tortilla.
Sin embargo, investigadores y académicos de la Universidad
Veracruzana (UV) profundizan en el tema y aseguran que existen factores
de mayor impacto como la falta de apoyo a la producción nacional
y la existencia de intermediarios que ponen en práctica la
penalizada especulación de los precios.
Para Julio César Martínez, académico de la Facultad
de Antropología, el problema del incremento en el precio de
la tortilla se debe a la falta de una política clara de apoyo
a la producción agrícola que impacte no sólo
al maíz, sino a todos los productos agrícolas.
“Para los campesinos y ganaderos mexicanos es imposible competir
con los de Estados Unidos y de otros países, porque a diferencia
de ellos, no cuentan con un apoyo decidido del gobierno”. Por
la misma razón, declaró, no existe competitividad.
Con esto coincidió Darío Fabián Hernández
González, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores,
Económicos y Sociales (IIESES), y agregó que el maíz
como único insumo para la elaboración de tortilla reporta
rendimientos bajos en cuanto a su proceso de producción, ya
que la mayoría de los insumos provienen del extranjero, debido
a que la producción nacional es baja y de muy mala calidad.
Tan sólo hay que mirar las cifras que indican que Estados Unidos
genera 8.5 toneladas por hectárea sembrada, mientras que la
media nacional apenas alcanza las 2.5 toneladas. Veracruz es uno de
los estados que ni siquiera alcanza el promedio al producir dos toneladas.
En nuestro país el insumo es cultivado de forma muy rudimentaria
y no hay zonas específicas de cultivo para el maíz,
ya que se encuentra tanto en la costa como en la montaña y
su calidad es igualmente variable. En cambio, en Estados Unidos hay
una franja cercana a Illinois donde se cultiva el maíz cuyo
estándar de producción compite a través del Tratado
de Libre Comercio y puede entrar fácilmente al mercado mexicano,
ya que tiene convenios con los grandes productores de la tortilla.
En contraste, el mercado nacional tiene un déficit de importación
de volúmenes de maíz superior a una década, por
lo que la aspiración primaria de México es atender el
mercado interno y una vez estandarizado el volumen de producción
incursionar en mercados exteriores. Lo primero sería, consideró
el investigador, recomponer las condiciones de la superficie cultivada
en el estado de Veracruz, así como la calidad y productividad
del maíz.
El académico explicó que el 57 por ciento de la superficie
cultivada en Veracruz está ocupado por maíz y caña
de azúcar, por lo que la diversificación de cultivos
es muy baja. Por esta razón es difícil participar en
los mercados internacionales de exportación, ya que además
de diversificación también se requiere una carpeta de
varios productos que permitan mantener cierto nivel de ingreso al
estado y a los productores locales. Así es que incrementar
los volúmenes de producción del maíz únicamente
no es una respuesta viable.
Enrique Cruz, docente de la Facultad de Economía, señaló
que nos hemos encargado de crearle al campesino necesidades de mercado
y no de subsistencia, lo cual provoca que abandone la siembra del
maíz: “La culpa es de nosotros que no hemos sabido cambiar
la mentalidad de esas personas para decir que son empresarios agrícolas”. |
Angélica
Gutiérrez. |
Danú
Fabre. |
David
Skerritt. |
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Daniel
Romero. |
Darío
Hernández. |
Filiberta
Gómez. |
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Precio
único
La polémica también se desató en torno al precio
único del kilo de tortilla, el cual tendría que ser
forzosamente diferenciado según la región del país,
de acuerdo con los entrevistados, además también se
tendrían que analizar otros aspectos.
Danú Fabre Platas, del IIESES, comentó que lo más
preocupante no es si el precio de la tortilla es único, cómodo
o elevado, sino rastrear las condiciones de mercado, ya que se habla
de especulaciones, desvíos, corruptelas, pero lo evidente
es que hay un monopolio o mejor dicho duopolio del producto y de
los insumos para producir la tortilla.
Informó que Maseca cubre el 71 por ciento del consumo en
el país, mientras que Minsa ocupa el 25 por ciento, lo cual
denota que existe una presión muy importante. Por otro lado,
comentó, hay un subregistro impresionante de las tortillerías,
pues no existe un control en términos fiscales, administrativos
y de salubridad.
De acuerdo con el Sistema de Información Empresarial, en
México están registradas dos mil 500 tortillerías,
en tanto que la Cámara Nacional del Maíz Industrializado
tiene contabilizadas 45 mil tortillerías. Contrastando ambas
cifras es evidente la diferencia abismal de los datos, la cual se
incrementa al saber que la Cámara todavía informa
de un subregistro.
Filiberta Gómez Cruz, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
(IIH-S), explicó que se debería pensar en incorporar
un grupo de programas de apoyo social, al tiempo que el gobierno
exija calidad en los productos “porque nos estamos alimentando
con maíz transgénico cuando el maíz es originario
de México”. |
De
intermediarios y especulación
Una vertiente adicional que es necesario tomar en cuenta es la incontenible
especulación de los productores e intermediarios, que desembocó
en la elevación hasta de 20 pesos el kilo de la tortilla en
el norte del país. La especulación pudo haber implicado
que los intermediarios que compraron el grano a un peso lo guardaron
para revenderlo en cuatro pesos, asegurando de esta manera una ganancia
del 300 por ciento, aseveró Daniel Romero León, del
IIESES.
Podría decirse que entre tantas noticias malas, existe una
buena: se puso en práctica una ley de la Agencia de Competencia
Económica para determinar si realmente se está corrompiendo
la ley de competencia económica al especular con el producto,
que significaría un problema serio de mercado.
En tanto, Enrique Cruz opinó que se debe demandar y evitar
a toda costa la presencia de los intermediarios porque es ahí
donde está la fuga desde hace muchos años.
Ricardo
Olivares añadió que a causa de los intermediarios los
productores han tenido que buscar otras alternativas de cultivo, incluso
algunas ilícitas, para sobrevivir. “Ahora, finalmente,
nos damos cuenta que esto impacta en las condiciones”.
En torno al subsidio, Daniel Romero señaló que puede
aplicarse pero no significa en ningún caso una respuesta de
largo plazo. El subsidio significa apoyar al productor durante un
tiempo determinado con el fin de que tenga un colchón que le
permita incrementar su competitividad y productividad.
En cambio, David Alan Skerritt Gardner, del IIH-S, negó toda
posibilidad de que exista un subsidio porque ya se perdió el
interés en las empresas procesadoras del grano. Sugirió
que se haga un cambio completo de la actitud del gobierno para que
resurja la idea de competencia y un precio único no implica
competencia. |
Revivamos
al campo
Angélica Gutiérrez Bonilla, directora del IIESES, propuso
una alternativa para reactivar el campo. La desventaja en que dejaron
los fenómenos climatológicos a diversas ciudades de
Estados Unidos, debería convertirse en una ventaja potencial
para México al elaborar todos aquellos productos que son indispensables
y que se han dejado de producir en aquellas zonas, como los cítricos.
La agricultura fue un sector de gran afectación por el huracán
Katrina al retrasar por lo menos 10 años el cultivo de los
cítricos y legumbres en entidades como Louisiana y Florida,
EU. En una década, declaró la investigadora, no van
a producir la misma cantidad de estos productos, por lo que nuestro
país, específicamente Veracruz, podría tomar
una ventaja comparativa que generaría mayor ingreso y la posibilidad
de reforzar el ingreso al mercado internacional.
Lo anterior se presenta como una alternativa y como ejemplo de que
se puede incursionar en diversos sectores, incluso con fines de exportación.
Esto luego de que la investigadora hablara sobre el modelo económico
neoliberal que impera en nuestro país y que informara que el
próximo año se abrirá el sector agropecuario
por el Tratado de Libre Comercio (TLC).
De acuerdo con las cláusulas del TLC, está prohibido
que haya subsidios en productos del sector agropecuario, aunque Estados
Unidos no respeta hasta la fecha tal compromiso.
Respecto al tema actual del alza al precio del maíz, consideró
que es más importante la paz social que lo estipulado en el
Tratado, por lo que se debe buscar una solución. “La
paz social está en un hilo de plata tan delgado en este momento,
que es mejor subsidiar que romper con esta paz necesaria para el crecimiento
del país”, comentó.
Resaltó que la mayor parte de la producción de maíz
se destina al autoconsumo y sólo los grandes agricultores lo
producen para la venta al mercado. Al abundar en el tema del autoconsumo,
señaló que se encontró un uso alternativo en
el maíz al vender la hoja para la elaboración de tamales,
incluso para exportación. |
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