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Es
insuficiente para combatir desempleo en México, coinciden
Más interés fiscal que social en el Programa de Primer
Empleo: académicos
Edith Escalón |
El
gobierno no es responsable de crear empleos, eso le corresponde
a la empresa: Daniel Romero
Cada año, 40 mil egresados universitarios se suman a la lista
de desempleados del país. “El programa no es para ellos”:
Angélica Gutiérrez
Los resultados que el gobierno federal espera de este programa
–dos millones de empleos en el sexenio– reflejan un
optimismo desmedido: Darío Hernández |
Mientras
algunos expertos de la Universidad Veracruzana (UV) consideran que
el Programa de Primer Empleo que puso en marcha el gobierno federal
en este sexenio fincará la seguridad social de los trabajadores
y frenará la migración a Estados Unidos, otros afirman
que la iniciativa está enfocada a regularizar la recaudación
fiscal en las micro, pequeñas y medianas empresas, las cuales
concentran el 98 por ciento de los sitios laborales del país
y, además, son el sector más vulnerable de la economía
nacional. |
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Expertos en economía y desarrollo regional explicaron que esta
es una medida “temporal, de corto plazo y de corto alcance”
y que si bien es necesaria y valiosa en algunos sentidos, es insuficiente
para resolver la problemática del desempleo en México.
Según cifras de la Secretaría de Trabajo y Previsión
Social, al cierre de 2006 el desempleo afectaba a más de un
millón 515 mil personas, es decir, 3.60 por ciento de los mexicanos,
según los cálculos demográficos del Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI).
A través del Programa de Primer Empleo, el gobierno federal
subsidiará durante un año las cuotas del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) a las empresas que creen puestos de trabajo,
adicionales a los que ya tienen, para jóvenes recién
egresados de carreras técnicas o universitarias.
Para los integrantes del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores,
Económicos y Sociales (IIESES) de la UV, la medida debe analizarse
con cautela, pues si bien reconocen algunas de sus fortalezas, alertan
sobre las limitaciones estructurales y prácticas que plantea.
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Crear
empleos necesita de inversión a largo plazo: Darío Hernández
Daniel Romero León, especialista en economía internacional,
califica como positivo el hecho de que si bien se trata de una política
evidentemente fiscal, también tiene un impacto social porque
aseguraría, cuando menos, que los empleados que participen
del Programa cuenten con el seguro médico que en muchas ocasiones
les es negado por sus empleadores.
“Por eso el Programa podría fincar en las pequeñas
y medianas empresas (PYMES) un nuevo escenario en cuanto a seguridad
social se refiere, al promover, si no el empleo, sí el cumplimiento
de las obligaciones que los patrones niegan a sus trabajadores cuando
los contratan con categorías eventuales, temporales o de apoyo”.
No obstante, Darío Fabián Hernández González,
especialista en desarrollo regional, consideró que “este
es un paliativo que no soluciona el problema de fondo”, dado
que la medida es un incentivo para que las PYMES entren en un marco
de legalidad y cubran las cuotas al IMSS por cada uno de sus trabajadores,
pero sobre todo para que paguen los impuestos que evaden desde la
informalidad fiscal.
Desde su perspectiva, es esta condición la que impedirá
que el impulso a la creación de empleos sea significativo,
pues los subsidios del Programa –al que el gobierno federal
destinará tres mil millones de pesos– sólo se
otorgarán a los empresarios luego de 10 meses de haber contratado
a los nuevos empleados y de pagar en este periodo las contribuciones
correspondientes para el Seguro Social.
“La estructura del subsidio le da cierta seguridad al empleado,
pero no al empleador. Es una medida de corto alcance”. Por ello,
consideró que los resultados que el gobierno federal espera
de este programa –crear dos millones de empleos en el sexenio–
reflejan un optimismo desmedido.
Y es que son las PYMES el sector más vulnerable de la economía
nacional, como reconocen ambos académicos, pues al ser menos
competitivas, tienen más problemas para sobrevivir, muestran
bajo rendimiento y poco valor agregado, condiciones que trasladadas
al aspecto monetario, les impide cubrir las altas cuotas del Seguro
Social.
Darío Hernández afirma que generar empleos es un asunto
que requiere ante todo una política de inversión para
la producción, la generación de valor agregado, la formación
de recursos humanos, para mejorar y hacer crecer las empresas, pero
acepta que para impulsar acciones del tipo, la cúpula gubernamental
tendría que entender que esta inversión se amortiza
a largo plazo. |
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Serían
empleos de bajo perfil: Angélica Gutiérrez
Para Romero León, quien ha realizado estudios económicos
en torno al impacto regional de las remesas provenientes de Estados
Unidos y del TLCAN, el enfoque de la iniciativa que promoverá
la contratación de jóvenes recién egresados,
frenará en cierta medida la migración de profesionistas
a Estados Unidos, y la fuga de cerebros formados en el país.
“La medida considera a los jóvenes como blanco principal
del desempleo. Si ellos no se incorporan al mercado laboral, para
el gobierno significa capital desperdiciado del que ha invertido a
través de las universidades públicas, problema que además
enfatiza la migración. El programa intenta darles alternativas
para que se queden”.
Sin embargo, Angélica Gutiérrez, directora del IIESES,
discrepó: “El Programa no promoverá empleos para
los egresados de las universidades, pues la mayor demanda de las PYMES,
precisamente por su bajo nivel competitivo, es sobre operadores técnicos,
no sobre profesionales con licenciatura, maestría o doctorado”.
Luego de recordar que cada año se suman 40 mil profesionistas
(de los 100 mil que egresan de las universidades) a la lista de desempleados,
la investigadora, especialista en planificación de recursos
humanos y políticas de educación superior, advirtió
que “aunque el programa logre crear empleos, estos serán
de bajo perfil”.
De acuerdo con sus investigaciones, son los recursos humanos más
calificados los que sufren en mayor porcentaje la embestida del desempleo
nacional, pues en el mejor de los casos se insertan en el subempleo
o en el mercado informal, y lo hacen, según Darío Hernández,
porque no tienen otras opciones. Este economista advirtió que
el trasfondo del Programa preocupa: “Hay que tener muy claro
que el autoempleo o el subempleo no es ni tiene por qué ser
una política gubernamental, es sólo una medida de supervivencia”.
“Tal vez esta sea una manera de que los muchachos puedan entrar
al mercado formal de la economía, tal vez eso pueda reducir
este 40 por ciento de desempleo profesional, pero ¿realmente
generará los empleos que se necesitan? y, de ser así,
¿por cuánto tiempo, un año? Por eso considero
que esta es una medida temporal y de corto plazo”, señaló
la directora de instituto de investigación de la UV. |
El
gobierno no es encargado de crear empleos: Romero León
Efrén López Flores, biólogo de profesión
y especialista del IIESES en desarrollo comunitario sustentable, consideró
“muy difícil” que sin un crecimiento de cuando
menos seis por ciento anual del PIB en México, el saldo del
año de gracia fiscal que propone esta medida federal sea de
empleos sólidos, permanentes y bien remunerados.
Igual que Angélica Gutiérrez y Darío Hernández,
López Flores asegura que el programa no es “eficiente
ni suficiente” y es muy probable que no logre sus metas a corto
ni a largo plazo, sin embargo, Daniel Romero comentó que esta
no es una responsabilidad gubernamental. |
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“Pensar
que es el gobierno quien va a crear empleos es ilógico, ni
hace 60 años ni hoy puede hacerlo. Hay que recordar que quien
termina pagando la nómina es la empresa y sus decisiones laborales
dependerán de sus ventas, de sus ingresos, de su productividad”,
comentó el economista.
Añadió que toda la política de empleo que se
pueda impulsar desde el aparato gubernamental sólo es proponedora:
“Promocionar, alentar y promover, esa es la función del
gobierno, y hoy lo hace a través de una política fiscal,
pero quien tiene la última palabra es en definitiva el agente
económico”.
Respecto de la responsabilidad del gobierno federal generar empleos,
Romero comenta: “La promesa (de campaña) no fue generar
empleo, sino promoverlos, pero independientemente del slogan, si lo
vemos estrictamente, a dos meses del inicio del gobierno (federal)
es un esfuerzo interesante para promover la generación de empleos”,
aunque matiza: “Que las expectativas se lleguen a cumplir, eso
está por verse”.
Finalmente, Romero acepta que este es un programa necesario más
no suficiente para atacar el problema del desempleo, y subraya que
debe ser considerada como una herramienta más de las que debemos
esperar del gobierno para promover el empleo. “No creo que sea
ni la única ni la última de los próximos seis
años. Es loable el esfuerzo de estos primeros meses de gobierno,
aunque no sea toda la solución”. |
Candados
vs. abusos del Programa
Previendo los posibles abusos de los usuarios del Programa de Primer
Empleo, los académicos reconocen como fundamentales los candados
que podrían instrumentar en empresas grandes y PYMES para evitar
el abuso y la corrupción, que las empresas que ya han participado
no puedan hacerlo de nuevo o tengan que esperar a un periodo específico.
Angélica Gutiérrez dijo que es muy probable que las
empresas, después de 21 meses de tener contratado a un recién
egresado, los finiquiten y lo recontraten para obtener nuevamente
el subsidio. Este ciclo, para Darío Romero, promovería
mucho la rotación laboral aprovechando el incentivo fiscal
que implica no pagar las cuotas del IMSS por un año.
Para Efrén López, sí hay un candado en el sentido
de que los trabajadores que entren a estos programas de nuevo empleo
son los que hagan crecer la planta laboral: “La empresa no puede
sustituir unos empleados con otros, sino crear nuevos puestos de trabajo”,
comentó. Finalmente, Angélica Gutiérrez aseguró
que sí es un factor a favor de este gobierno el que, por primera
vez, haya promovido una medida junto con la empresa para crear nuevos
empleos”, aseguró. |
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