| Año 6 • No. 262 • abril 16 de 2007 | Xalapa • Veracruz • México |
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Contraportada
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La
UV, sus libros y sus autores |
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…pero
si me dan a elegir
entre todas las vidas, yo escojo la del pirata cojo con pata de palo con parche en el ojo, con cara de malo, el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera. La
del pirata cojo |
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Los piratas siempre tienen su encanto en el imaginario popular. No
obstante de ser reconocidos como temibles habitantes del mar y sanguinarios
adversarios, el “otro yo” se identifica con ellos, tal
vez por su libertad, su acechanza al amor a la menor provocación
y por su eterno periplo dentro de la aventura al límite. Gracias al permanente interés del maestro Manuel Sol por rescatar lo mejor de las letras mexicanas del siglo XIX llega a la Editorial de la Universidad Veracruzana en su colección Ficción, El filibustero y otras historias de piratas, caballeros y nobles damas, de Justo Sierra O’Reilly. Las etapas decimonónicas de México fueron turbulentas. La independencia de España y la definición de la Nación tuvieron sus contrastes severos entre liberales y conservadores. Sin embargo, los extremos geográficos de la nueva república vivían otras realidades que repelían al centralismo. No es de extrañarse que la Península de Yucatán acumulara otros detonantes sociales y diversas situaciones como la llegada de piratas a sus costas. En esas épocas surgieron hombres notables como Justo Sierra O’Reilly (1814-1861) abogado yucateco que hizo las novelas Un año en el hospital de San Lázaro (1845-1849) y La hija del judío (1848-1849). Él fue ensayista, biógrafo, historiador, traductor, editor, promotor de la cultura, además de jurista, legislador y político, todo un abanico de actividades, típico de personalidades descollantes de otros tiempos. Tuvo una actividad intensa en la península de Yucatán, fundó las revistas El Museo Yucateco y El Registro Yucateco a mediados del siglo XIX, que son consideradas como el origen de la difusión y preservación de nuestra literatura pues en ellas se cultivaba la novela, la poesía, la biografía, la crítica y las humanidades. Ese gusto llevó a Sierra O’Reilly recopilar diversas leyendas que ahora volvemos a disfrutar gracias a la labor de rescate del maestro Manuel Sol, miembro del Instituto de Investigaciones Lingüistico-Literarias y que ya nos ha ofrecido ediciones de Salvador Díaz Mirón, Rafael Delgado, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno, Luis G. Inclán y Vicente Riva Palacio. En esta recopilación podemos encontrar personajes típicos de las tradiciones y leyendas que deambulan entre fantasmas y muertos, guerras y escaramuzas, anécdotas y sentencias. Manuel Sol incluye en este libro “La tía Mariana”, “Los anteojos verdes”, “Doña Felipa de Zanabria”, “Antes que te cases, mira lo que haces”, “El filibustero” y “Los bandos de Valladolid”, “El secreto del ajusticiado”, “Don Pablo de Vergara” y “Don Juan Escobar” todas escritas por Justo Sierra O’Reilly que fueron firmadas con el seudónimo José Turrisa y J. Tomás Isurre. Aquí tenemos un ejemplo de la vigorosa escritura del promotor de la cultura yucateco. Pertenece precisamente a “El filibustero”: “¡A
las armas, valientes campechanos!, los bárbaros vienen a
robaros, a insultarnos, a saquear vuestras casas, a violar vuestras
hijas y a incendiar la población. ¡El rey! ¿Qué
es el rey cuando se trata de conservar el honor y la existencia
de lo que tenéis de más caro en la tierra? ¡No!
La causa del rey no es la que vais a defender; es la vuestra, es
la causa de Yucatán: es la muy noble y leal villa de Campeche!. Y así
comienza una historia que no deja sosiego al lector, como las otras
leyendas que se incluyen y que se rodean de una atmósfera
mítica de piratas, doncellas y nobles, realmente para disfrutar. |
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