Año 6 • No. 262 • abril 16 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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A través de su Unidad de Servicios Analíticos de Salud
Casi 12 mil pacientes atendidos
en Bioanálisis en dos años
Juan Carlos Plata
Más de la mitad de la matrícula, además de egresados y académicos, participa en proyectos de investigación y diagnóstico de química clínica
Durante los años de 2005 y 2006, la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV) campus Xalapa, atendió en su Unidad de Servicios Analíticos de Salud-Bioanálisis (USASB) a cerca de 12 mil pacientes, principalmente de escasos recursos y miembros de la comunidad universitaria, realizando trabajos de toma
y análisis de muestras clínicas y químicas.

Francisco Solís Páez, director de la entidad universitaria, sostuvo que en lo que va de 2007 se han atendido aproximadamente a dos mil 500 personas y se espera superar la cifra de servicios del año pasado, que ascendió a 7 mil 439.

“El laboratorio tiene un excelente equipo, además de personal altamente calificado, y esto genera la confianza de la sociedad. Con toda esta dinámica los alumnos se enfrentan a problemas de salud reales, lo que impacta favorablemente en su formación profesional”, aseguró.
 


Francisco Solís Páez, director de la Facultad de Bioanálisis de la UV, campus Xalapa
Y es gracias a estos factores (la calidad del servicio y la atención) que el ayuntamiento de Xalapa solicitó a la Facultad que realizara tomas de muestras y análisis en otros puntos de la ciudad y no solamente en las instalaciones universitarias, con el fin de atender las necesidades de la población más necesitada del municipio.

“Dos o tres días a la semana, alumnos y pasantes realizan tomas de muestras en el Centro de Salud Maraboto de la Secretaría de Salud de Veracruz, y en las colonias Casa Blanca y Cándido Aguilar de Xalapa; además de un punto más en el municipio de Banderilla, todo esto con un costo mínimo y con el respaldo del prestigio de la institución”, dijo el director.
Vinculación social
Solís Páez explicó que la Facultad mantiene vinculación con las Casas de la Universidad de Molino de San Roque, en Xalapa, y el Conejo, en Perote; en ellas se realizan diagnósticos y acciones de salud, como clasificación de anemias, determinación de parasitosis y de enfermedades infecto-contagiosas (como la brucelosis, muy común en la producción de quesos en la zona de Perote).

“Tenemos también vinculación con los Centros de Readaptación Social (CERESO) de Villa Aldama, Pacho Viejo y Coatepec, en los que se realizó un estudio comparativo de la calidad microbiológica en superficies donde se preparara la comida para los internos. También hemos realizado trabajos con el Centro de Observación y Adaptación para Niños y Niñas en Conflicto con la Ley Penal (COAS) de Banderilla, donde se focalizaron grupos de alto riesgo para determinar enfermedades de transmisión sexual, entre ellas sífilis y VIH”, explicó.

En estos proyectos de vinculación trabajan 15 académicos, 215 alumnos (que representan más de 50 por ciento de la matrícula de la Facultad) y 44 pasantes.
“Más recientemente, algunos alumnos del cuarto semestre están iniciando un proyecto en Paso de Ovejas, donde realizarán determinación de parasitosis, y zoonosis”, sostuvo Solís Paéz.

Universitarios comprometidos con la sociedad
El director de la Facultad de Bioanális de la UV en Xalapa dijo que con el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) los alumnos desde los primeros semestres pueden entrar en contacto con este tipo de proyectos que atienden los problemas de la población; esto ha generado que los propios jóvenes y los académicos se comprometan más con la sociedad.

“Antes, la formación de los recursos humanos en la Facultad se daba a partir del octavo semestre, cuando los alumnos se encontraban en servicio social y en las prácticas clínicas, porque ya entraban directamente al ambiente laboral, se canalizaban a hospitales y a las brigadas universitarias. Ahora, desde el tercer periodo los jóvenes están en esa dinámica de interacción con la sociedad, promoviendo la salud, participando en campañas”, dijo.

Solís Páez aseguró que no se necesita que los alumnos alcancen grados superiores para que empiecen a tener contacto con los problemas reales de la población, ya que esto último enriquece el proceso de aprendizaje y redunda en una mejor formación profesional.