Año 6 • No. 262 • abril 16 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Necesario integrarnos antes que confrontarnos, dijo el filósofo
Llama Hans Küng a cambiar
paradigmas políticos mundiales
Juan Carlos Plata
Para mejorar las condiciones de la vida humana en el planeta es necesario que el modelo político del enfrentamiento que nos ha regido desde la Primera Guerra Mundial sea sustituido por un modelo de integración, en el que el mundo no se divida entre dominantes y dominados, aseguró el teólogo suizo Hans Küng durante su conferencia “Una ética mundial para los retos del presente”.

Organizada por la Universidad Veracruzana (UV), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la fundación Hombre Mundo, la conferencia del también sacerdote católico se realizó en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México y fue transmitida por videoconferencia en la USBI de Xalapa.

Estudiantes de la UV pudieron escuchar la conferencia
de Hans Küng por el sistema de videoconferencias de la Universidad

“Este nuevo modelo deberá basarse en cuatro principios fundamentales: compromiso a favor de la no violencia, cultura de la solidaridad, cultura de la tolerancia y cultura de la igualdad”, sostuvo.

En este nuevo modelo que se propone, explicó Küng, no se busca la unidad, sino el respeto por los demás y la responsabilidad de todos.
 

“La propuesta de la ética global se basa en el fracaso de todos los paradigmas establecidos desde la culminación de la Primera Guerra Mundial, que no tuvieron éxito porque fueron establecidos de manera unilateral por Estados Unidos y en el que se hacían claras diferencias entre poderosos y pobres”, añadió.

Hans Küng es el principal promotor de un movimiento mundial llamado “Ética global”, que pretende hacer conciencia de que todos los seres humanos somos responsables de los problemas que aquejan al mundo y que, por tanto, podemos hacer algo al respecto.

“Hace falta un impulso ético, un cambio de mentalidad para afrontar los problemas de violencia y pobreza que existen actualmente en el mundo, y todos podemos hacer algo”, dijo.

El teólogo suizo estuvo acompañado por el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz; el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza; el arzobispo de la Iglesia ortodoxa, Atenágoras Anesti; el presbítero anglicano Ricardo Blanco; el sacerdote Mario Ángel Flores, y el director de la Facultad de Filosofía de la UV, Alberto Ruiz Quiroz.
Hans Küng nació en 1928 en Sursee, Suiza. Es teólogo y sacerdote católico; también catedrático emérito de Teología Ecuménica en la Universidad de Tubinga; doctor en Filosofía y en Teología por las universidades Gregoriana en Roma y Sorbona de París. Fue inhabilitado para la docencia por la Congregación para la doctrina de la fe (el ex Santo Oficio en 1980) por sus críticas a Juan Pablo II y por un libro en el que cuestiona la infalibilidad papal. Su actitud crítica frente al Vaticano, y especialmente frente a la figura del fallecido papa Juan Pablo II, le convirtió en uno de los principales protagonistas de la actual polémica religiosa.

Diálogos desde la filosofía de Kung
(por José Alberto Lara Morales, estudiante de Filosofía UV)
La conferencia magistral del renombrado teólogo suizo Hans Küng tuvo el fin de promover una ética mundial y respeto entre las religiones. Alumnos de la Facultad de Filosofía de la UV asistieron a este importante evento, junto con el director de esta facultad, Alberto Ruíz Quiroz, invitado a formar parte del presidium.

El teólogo de 80 años resaltó como base primordial el respeto a la vida, teniendo como base la regla de oro: “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”. Sin embargo, confesó que ningún cambio mundial será actual, si no antes se hace un cambio individual de mentalidad.

De esta manera resaltó la responsabilidad de educar a los niños con valores reales y humanos, como “no matarás”. El expositor mencionó ser católico, sin que eso significara que la religión católica fuera más importante que las otras religiones.

Dijo no querer opinar sobre la situación que se vive en México por desconocimiento, sino que prefirió nombrarse “amigo” de nuestro país. Condenó los ataques y abusos sexuales por parte de algunos representantes de la Iglesia católica y llamó a revisar puntualmente problemas como el del aborto, la pobreza y la violencia que se vive en medio oriente y el mundo.

Por todo ello, expuso: “Es necesario un cambio de mentalidad o impulso ético, donde los creyentes de las religiones y los no creyentes formen parte para un mundo mejor y más responsable”. Por último, el autor del libro ¿Existe Dios?, afirmó los cuatro principios de una ética mundial: 1) Compromiso con una cultura de la no violencia y respeto a la vida, 2) compromiso a favor de una cultura de la solidaridad y un orden económico justo, 3) compromiso a favor de una cultura de la tolerancia y un estilo de vida coherente, y 4) compromiso a favor de una cultura de la igualdad y camaradería entre hombre y mujer. Estos principios han servido como punto de referencia, señaló, “ahora sólo falta un consenso mundial que los legitimen”.