Año 6 • No. 263 • abril 23 de 2007

Xalapa • Veracruz • México
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El aprendizaje significativo en la educación superior: donde las modalidades de estudio convergen

Dr. Ricardo Mercado del Collado
El análisis de las investigaciones realizadas entre 1937 y 1987 sobre las mejores prácticas de enseñanza en la educación superior, indica que los cursos que lograban aprendizajes significativos en los estudiantes universitarios se caracterizaban por:

1) promover el contacto frecuente entre alumnos y profesores,
2) desarrollar la reciprocidad y la cooperación entre estudiantes,
3) fomentar el aprendizaje activo,
4) proveer retroalimentación oportuna sobre el desempeño,
5) enfatizar la importancia y asegurar la dedicación necesaria de los estudiantes al estudio y a las actividades de aprendizaje,
6) comunicar expectativas elevadas de logro individual y colectivo y
7) respetar la diversidad de talentos y estilos de aprendizaje (Chickering y Gamson, 1987).

La versión original del trabajo de Chickering y Gamson se publicó ocho años antes de la explosión mundial del uso de Internet. Análisis similares conducidos recientemente (Twigg, 2007; Klionsky, 2004) confirman la vigencia de los puntos citados y añaden conocimientos para su aplicación en ambientes educativos apoyados por las tecnologías de la información y la comunicación. La información nueva establece que las experiencias educativas eficaces han atendido lo planteado en los lineamientos anteriores, independientemente del medio o modalidad educativa empleada.

La enseñanza presencial se caracteriza por tener un formato o guión predecible y casi universal: el maestro expone o incluso dicta la clase; los alumnos escuchan, toman apuntes y contestan preguntas del profesor. La posibilidad de aplicar los principios arriba mencionados es limitada, debido a la preponderante participación del docente como transmisor de información. No obstante, aún en esta modalidad, es posible diseñar experiencias educativas eficaces centradas en el aprendizaje del estudiante, como lo indican los resultados del análisis mencionado. Lodish y Rodríguez (2004) reportan, por ejemplo, resultados favorables empleando una combinación de clases expositivas, conjuntos de problemas y sesiones de seminario. En estas experiencias los autores promovieron el aprendizaje activo, proveyeron retroalimentación oportuna sobre el desempeño y facilitaron la cooperación.

El aprendizaje distribuido, conocido también como educación a distancia, emplea tecnologías para distribuir en la distancia las experiencias de aprendizaje, favoreciendo un modelo educativo enfocado en el alumno en vez de en el maestro. Mediante esta modalidad se atiende a estudiantes que comparten un mismo espacio y tiempo, así como a otros ubicados en lugares distintos o que realizan sus actividades de aprendizaje en momentos diferentes.

La educación a distancia inició en el siglo XIX con la enseñanza por correspondencia; luego se ocupó la radio, la televisión, las audio y video conferencias e Internet, donde se centra la enseñanza distribuida actual. Esta modalidad emplea una o varias de las formas precedentes. Las primeras generaciones de la educación a distancia hicieron algún uso de los principios que caracterizan a los cursos eficaces. Sin embargo, la distancia que separaba a los alumnos entre sí y con sus profesores, hacía prácticamente imposible la interacción frecuente con sus maestros, recibir retroalimentación oportuna o realizar actividades de aprendizaje grupales; la llegada de Internet salvó el obstáculo de la separación física y temporal de las modalidades previas.

El aprendizaje distribuido puede realizarse mediante el uso sólo o combinado de recursos como: clases expositivas frente a grupo y su transmisión simultanea por video-conferencia a otros estudiantes en lugares distintos o en momentos diferentes por medio de grabaciones de audio y/o video; actividades de aprendizaje individuales o colaborativas llevadas a cabo en centros de cómputo, laboratorios, bibliotecas, talleres o a través de Internet. Las posibilidades ofrecidas actualmente por Internet son enormes para presentar contenidos o materiales educativos en la forma de textos, imágenes, animaciones y simuladores, emprender actividades, aplicar exámenes, interactuar sincrónica y asincrónicamente, es decir, en tiempo real o simulado y proporcionar retroalimentación oportuna a los alumnos sobre su desempeño.

Cualquiera que sea la modalidad educativa empleada –presencial, a distancia o distribuida-- lo más importante es la aplicación de los principios educativos de eficacia demostrada. Se aprende haciendo, indagando, probándose, reflexionando, recibiendo retroalimentación, confrontando los puntos de vista propios con los de otros, realizando actividades de colaboración y aplicando los conocimientos, habilidades y actitudes adquiridas. El aprendizaje significativo, al igual que la buena educación, es uno sólo.

 

• Bibliografía
• Chickering, A. y Gamson, Z. (1987). Seven Principles for Good Practice in Undergraduate Education. Washington Center News. Fall. Disponible en http://learningcommons.evergreen.edu/pdffall1987.pdf. [Consultado: Abril, 2007].
• Klionsky, D. (2004). "Talking Biology: Learning Outside the Book and the Lecture". Cell Biology Education. Vol. 3, 205-211.
• Lodish, H., y Rodríguez, R. (2004). "A Combination of Lectures, Problem Sets, and Recitation Sections is an Excellent Way to Teach Undergraduate Cell Biology at a High Level". Cell Biology Education. Vol.3, 202-204.
• Twigg, C. (2007). "The Roadmap to Redesign (R2R)". Improving Learning and Reducing Costs: Project Outcomes and Lessons Learned from the Roadmap to Redesign. The National Center for Academic Transformation.