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Destaca
investigación de Domingo Adame
CONACYT
también reconoce y apoya al teatro de la UV
Gina Sotelo
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Domingo
Adame, director de la Facultad de Teatro de la UV
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La
mayor parte de los 55 proyectos científicos de la Universidad
Veracruzana (UV) que fueron reconocidos y apoyados económicamente
este año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACyT) están relacionados con el mejoramiento de los sectores
acuícola, agrícola y pecuario, prevención de
desastres naturales, aprovechamiento de desechos, abasto y tratamiento
de agua, bioinsecticidas, protección de ecosistema, apoyo a
microempresas y educación básica. |
De entre todos ellos, sin embargo, destaca el apoyo otorgado para
la investigación en materia de Teatro que encabeza Domingo
Adame. Director de la Facultad de esta disciplina en nuestra casa
de estudios e investigador de las artes escénicas, Adame sometió
a la consideración del CONACYT un estudio sobre la relación
entre los conceptos "complejidad" y "teatralidad"
como fundamentos epistemológicos para el estudio de las representaciones
humanas.
La investigación del doctorado en Letras Modernas trata de
responder algunas de las preguntas más frecuentes que se realizan
en torno al teatro: "¿Cuál es el papel de la investigación
teatral ante los desafíos del presente? ¿Qué
campos constituyen los nuevos objetos de estudio de la investigación
teatral? ¿Qué función tiene el teatro en la sociedad
del conocimiento?".
Gracias a este estudio Adame no sólo fue reconocido por CONACYT,
sino que fue promovido a la categoría de investigador con Nivel
II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Con el apoyo económico recibido, Adame realizará dos
ensayos para ser presentados como conferencias ante la comunidad académica
de la Facultad de Teatro de la UV, un programa de estudios para un
seminario en el posgrado de próxima apertura en Artes Escénicas
y un texto para ser publicado en formato de libro con los resultados
de la investigación.
Esta distinción simboliza la calidad y prestigio de las contribuciones
científicas realizadas en este caso a la investigación
teatral con los objetivos específicos de religar las múltiples
dimensiones de las poéticas del pensar y del hacer teatral
para identificar su complejidad, establecer los principios para una
teoría y práctica teatrales complejas y transdisciplinarias
e instaurar un diálogo complejo, transdisciplinario y ecoposetico
entre distintas teatralidades que estimule la creación y la
autonomía espiritual de productores y receptores.
Complejidad y Teatralidad, fundamentos epistemológicos para
el estudio de las representaciones humanas, formula interrogantes
que adquieren preeminencia en tanto que incitan a la reflexión
sobre el modo de conocer y consumar el hecho teatral, cuestionamiento
que no puede limitarse al ámbito académico o al disciplinar,
pues va más allá de los saberes legitimados y compartimentados.
Asimismo –explicó Adame– alcanzan relevancia en
tanto que la cognición es portadora de diferentes estructuras
que interactúan en la experiencia teatral creando una provisión
de significaciones que impregnan toda observación y acercamiento
en torno al teatro recortando mapas de la realidad y poblando las
hipótesis de subjetividad.
Para responder a estos planteamientos, Adame hecha mano en su ayuda
de la teatrología, o ciencia de la teoría teatral, que
permite contemplar, a partir de la experiencia del teatro, cómo
se configura la experiencia humana:
"La teatrología identifica a la teatralidad como la estrategia
más pertinente para el estudio del teatro, pues comprende todo
proceso individual o colectivo de realización y observación
de actos de representación que operan sobre la realidad concreta
o imaginaria, es decir, que no se circunscribe al teatro en sentido
restringido".
Como parte de esta abundante investigación, Adame plantea que
la teatralidad promueve la convergencia de distintas disciplinas y
la transdisciplinariedad. Su proceso, como construcción de
la realidad, precisa del instrumental fenomenológico; además,
por emplear un lenguaje de signos exige la contribución semiótica.
"Su inserción y proyección en la cultura lo vincula
con la sociología y la antropología, finalmente su condición
ontológica reclama la participación de teorías
dramatúrgicas y escénicas".
Dice también que lo que llamamos macro-organizadores del devenir,
en el teatro devela un proceso de complejización –no
evolución– presente en nuestra estructura cognitiva,
en la operación práctica y en el goce estético,
que no puede reducirse a gusto. Estas franjas de oscilación
entre límites de lo pensable, orientan la interpretación
y la comprensión de las alteraciones que ocurren en la creación,
producción, técnicas, escuelas y estilos.
Para Adame, el ser humano tiene una poderosa necesidad de transformar
recursivamente lo abstracto en lo concreto y lo concreto en lo abstracto.
Las raíces de la crisis del racionalismo y del mecanicismo
no son superficiales, implican profundas deformaciones de nuestra
relación epistémica dualista con el mundo. Relación
dualista que genera la dominación y expoliación hacia
las otras personas y hacia la naturaleza.
Explica que un creador/teórico o teórico/creador capaz
de producir momentos de intensa comunicación con el receptor
–convirtiéndolo a su vez en creador/teórico–,
debe ser capaz también de establecer un diálogo con
formas de creación y de pensamiento distintas a las que conoce:
"Es necesario cambiar de paradigma para modificar los núcleos
organizadores de la sociedad y la cultura. Esto implica cambiar de
creencia, de ser y de universo".
Las características de una teoría basada en el paradigma
de la complejidad serían: que pueda autoconocerse, que pueda
detectar y luchar contra su propia tendencia a la doctrinarización,
que pueda dialogar y convivir con distintas formas de conocimiento,
que pueda reconocer la noosfera, la cultura, la sociedad que constituyen
su ecosistema, que pueda abrirse a lo que es ateórico e irracionalizable.
En el saber complejo y transdisciplinario el elemento sensorial no
puede estar ausente. El cuerpo es el escenario de la articulación
(física-mental-espiritual) de nuestro ser-conocer-hacer y las
emociones, la poética y la acción son los elementos
fundamentales de la ecologización-planetarización del
conocimiento.
"En conclusión, podemos vislumbrar, parafraseando a (el
filósofo francés Edgar) Morin, que un conocimiento teatral
que aporta posibilidades de autoconocimiento, que se abre sobre la
solidaridad cósmica, que no desintegra el semblante de los
seres y de los existentes, que reconoce el misterio en todas las cosas,
podría proponer un principio de pensamiento/acción que
no ordene, sino organice; que no manipule, sino comunique; que no
dirija, sino anime".
Domingo Adame es licenciado en Literatura Dramática y Teatro
por la UNAM, con especialización en Actuación y Dirección
en la Escuela Superior Estatal de Teatro de Cracovia, Polonia. Realizó
la maestría en Estudios Literarios con enfoque en Drama en
la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM)
y el doctorado en Letras Modernas, especializado en Teatro, en la
Universidad Iberoamericana. |
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