Los
grandes proyectos que la Universidad Veracruzana (UV) ha impulsado
en los últimos años: el Modelo Educativo Integral y
Flexible (MEIF), las Casas de la Universidad, la Universidad Intercultural,
las iniciativas de Transparencia y Acceso a la Información
y de Defensoría de los Derechos de los Universitarios, la mejora
en sus instalaciones, la idea de pasar a un modelo departamental y
su desarrollo tecnológico, son la expresión práctica
de la autonomía universitaria lograda hace 10 años.
Así lo expresaron destacados miembros de la comunidad universitaria,
y aseguraron que la autonomía ha sido un detonador importante
para el desarrollo de la Universidad, en todos los sentidos: académico,
estudiantil, de investigación, de vinculación y extensión,
en difusión de la cultura y promoción de deportes.
“En primera instancia, la autonomía implica reconocimiento
a la labor que se ha desarrollado en la UV, que las cosas se han hecho
bien y con calidad; que existe la madurez suficiente en todos los
universitarios para tomar sus propias decisiones y escoger las directrices
más convenientes para generar un espacio de desarrollo intelectual,
social, cultural y de relaciones humanas que trascienda las aulas”,
dijo la directora del Instituto de Medicina Forense, Patricia Rosa
Linda Trujillo Mariel.
Y también sostuvo que el ser una universidad autónoma
representa un gran reto, porque estos 10 años han permitido
un crecimiento muy importante de cada miembro de la comunidad universitaria
“y esto ha permitido alcanzar cambios que nos han hecho –a
la Universidad en general y a destacados universitarios en particular–,
merecedores de reconocimiento nacional”.
Por su parte, Agustín Aguirre Pitalúa, director de la
Facultad de Psicología, dijo que todos los proyectos que ha
emprendido la Universidad en los últimos años, como
la mejora en las instalaciones, el MEIF, el proyecto de la Universidad
Intercultural, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información,
la instauración de la defensoría de los Derechos Universitarios,
y el desarrollo de la infraestructura tecnológica, deben ser
vistos como parte del proceso de construcción de una institución
de excelencia y calidad que inició con la autonomía
y en el cual hemos avanzado.
“Con la autonomía se inició un proceso para construir
una Universidad más democrática y con canales mediante
los cuales toda la comunidad universitaria pudiera participar de las
decisiones que se toman. Esto implica tener derechos, responsabilidades
y atribuciones. Ahora tenemos ámbitos de interacción
de los que antes carecíamos –como el Consejo Universitario
General y la Junta de Gobierno–, los universitarios debemos
aprovechar esos espacios y participar en la vida de nuestra Universidad”,
aseguró.
De acuerdo con Samuel Cruz, director de la Unidad de Servicios de
Apoyo a la Resolución Analítica (SARA), la autonomía
es el reconocimiento que da la sociedad veracruzana al trabajo que
ha realizado la UV desde 1944.
“Este reconocimiento se debe a que la Universidad siempre ha
estado cerca de aspiraciones, demandas y necesidades de los veracruzanos.
Y eso le permite autogobernarse, hacer sus propios reglamentos para
definir cuáles son las normas que han de sujetar toda su vida
académica y administrativa”, dijo.
Cruz Sánchez sostuvo que la autonomía trajo como consecuencia
una mayor facilidad para hacer el trabajo académico, tanto
en las aulas como en las oficinas y los laboratorios de investigación,
y por tanto la comunidad académica está obligada a responder
a los reclamos que hace la sociedad veracruzana “para que resolvamos
los múltiples problemas que nos aquejan y, además, generar,
conservar y ampliar los conocimientos que tenemos como sociedad, y
obviamente una de las metas o de los paradigmas que tienen las universidades
es la distribución social del conocimiento”. Estudiar
y trabajar mejor, ejercicio de autonomía
Para Enrique Hernández Guerson, director del Instituto de
Salud Pública, el proceso de autonomía en la UV –así
como ha traído beneficios tangibles– también
pone a la comunidad universitaria frente a retos importantes, como
el transitar hacia nuevos paradigmas de organización, nuevas
estrategias de toma de decisiones y una mayor vinculación
entre los actores universitarios.
“La autonomía tendrá que ir caminando hacia
nuevas formas de organización, a dar más posibilidades
de que los grupos organizados de la Universidad puedan participar
con mayor libertad en la toma de decisiones. Por otra parte, creo
que debe haber una mayor responsabilidad de toda la comunidad universitaria,
debemos ser conscientes de que las decisiones que tomemos deben
ser las mejores para la Universidad. Lo más importante es
establecer un sentido de autorresponsabilidad, porque todos somos
parte de esa autonomía”, aseguró.
Samuel Cruz coincidió con él al decir que “como
Universidad nos restan muchas cosas por hacer, la autonomía
fue el primer paso de un camino muy largo que habremos de caminar
pero que nos permite tener en la UV un centro en donde convergen
ideas y en donde se pueden debatir cualquier tipo de problemas e
iniciativas con el ánimo de obtener soluciones, ya sea a
través de investigaciones científicas, a través
de proyectos, o del servicio social que la propia Universidad ofrece
o cumple con la sociedad veracruzana”.
“Qué mejor modo de que los académicos ejerzan
la autonomía que trabajar más y mejor, hacerlo en
una universidad es una maravilla, porque es un trabajo intelectual,
emocionante, interesante, formando estudiantes, intercambiando y
debatiendo ideas con compañeros de muy alto nivel académico,
y encima de eso, nos pagan por ello, somos privilegiados”,
dijo.
Para Patricia Trujillo, este ejercicio de autonomía cotidiano,
debe darse con responsabilidad, cumpliendo y haciendo cumplir la
normatividad vigente, “y teniendo bien claro que cada una
de nuestras acciones se verán reflejadas en la sociedad y
que la sociedad sabe muy bien el lugar que ocupa la UV en los ámbitos
nacional e internacional”, sostuvo. |