Año 6 • No. 267 • mayo 21 de 2007

Xalapa • Veracruz • México
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Debemos estudiar cosas distintas de forma distinta: Mayabel Ranero
Ahora hay más compromiso social y
político para cambiar nuestra realidad

Dunia Salas Rivera
Recuperar la voz de las mujeres analizando la propia experiencia y la problemática de la vida social con su desarrollo en los cuerpos científicos y artísticos exige más compromiso social y político de entender nuestra realidad e intentar cambiarla, por lo menos en la concepción que al inmediato o largo plazo tendrá que darnos una vida distinta para todos, aseguró Mayabel Ranero, académica de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (UV).

Ranero Castro añadió que, en términos sociológicos, la diferencia genérica entre hombres y mujeres se concibe por socializaciones primarias diferentes. Esto durante el ciclo de conferencias “Mujer: voz y figura en las ciencias y en las letras”, que fue impulsado por la línea de investigación Sociología Histórica de las Mujeres en México, dentro del Cuerpo Académico Articulaciones Sociales Complejas, que agrupa a investigadores de la Facultad de Sociología y del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV.

“Esto es, por educaciones distintas, primero en el hogar y luego en la sociedad completa que va haciendo seres distintos con personalidades, comportamientos, expectativas y limitantes diferentes para grupos sociales masculinos y femeninos”, explicó.

Si a partir de este planteamiento de que lo social es lo que va determinando las diferencias que, según explicó, no son biológicas ni naturales, si nos preguntamos qué favorece o qué impide el acceso de las mujeres a la ciencia, habría que distinguir tres niveles de racionalidad.

“Una razón primera o potencial, que es de raíz biológica, fisiológica, indistinta para hombres y mujeres, que se compone de capacidades cognitivas, es decir, que hombres y mujeres tenemos capacidad de pensar”, dijo.

En el segundo nivel está la razón cultivada, aquí entran todos los procesos educativos, desde los básicos hasta los de mayor formalización: “Es este raciocinio sometido a entrenamiento, en el cual hay todo un aparato de educación formalizada que pareciera que no tiene distingo, primero entre niños y niñas, luego entre jóvenes y… –no hay el término en femenino, y esto tiene que ver con el poder de la lengua, que es dominio masculino, pero del cual nos tenemos que servir para hablar de nuestras realidades”.

Según Mayabel Ranero, la razón culta se compone de habilidades básicas de abstracción que podemos sintetizar en capacidades numéricas y lingüístico-verbales, y después otras capacidades más elaboradas que permiten manejar grandes volúmenes de información, hacer abstracciones de diverso nivel, etcétera.

En el tercer nivel se encuentra la razón acumulada, es decir, toda la información que se ha hecho usando la razón y educándola, que habla de realidades distintas: “Aquí también hay una gran cantidad de sesgos machistas a muchos niveles, como qué conceptos se elaboran, qué realidades se representan y se trabajan en los cuerpos científicos y en las artes, quiénes tienen acceso a esta producción de saber, quiénes crean, a quiénes enseñan y lo contenidos que se van haciendo”.

Ranero Castro dijo que en este punto se contempla la inclusión de varias mujeres en los grandes cuerpos de creación científica y en los centros de creación artística, entre ellos la Universidad, que tiene un papel muy importante: “La inserción de las mujeres, primero a la capacitación de la razón, y luego a la acumulación de información y de experiencias en el caso de la creación artística, es un poco más reciente”.

Cuando hablamos de la aceptación de las mujeres en centros de educación artística, dijo, como grandes colegios, no va más atrás del siglo XIX: “El canon impresionista, por ejemplo, –que es el canon artístico paradigmático en Occidente– tiene muy pocas artistas mujeres, y generalmente vinculadas a varones en tanto sus maestros, maridos, compañeros, hermanos, etcétera”.

No es fácil cambiar esto, pero si lo queremos hacer, por lo menos tenemos que conocer esta realidad para dar pie a que se vaya modificando: “Debemos tratar de estudiar cosas distintas de forma distinta, porque nos han enseñado a pensar de una forma masculina”.

Dentro de este espacio de reflexión y a partir de la necesidad de seguir discutiendo, conociendo y ahondando sobre zonas oscuras no sólo de las mujeres sino de la vida social en general, anunció que la Facultad de Sociología cobijará un seminario permanente sobre este tema.