Recuperar
la voz de las mujeres analizando la propia experiencia y la problemática
de la vida social con su desarrollo en los cuerpos científicos
y artísticos exige más compromiso social y político
de entender nuestra realidad e intentar cambiarla, por lo menos
en la concepción que al inmediato o largo plazo tendrá
que darnos una vida distinta para todos, aseguró Mayabel
Ranero, académica de la Facultad de Sociología de
la Universidad Veracruzana (UV).
Ranero Castro añadió que, en términos sociológicos,
la diferencia genérica entre hombres y mujeres se concibe
por socializaciones primarias diferentes. Esto durante el ciclo
de conferencias “Mujer: voz y figura en las ciencias y en
las letras”, que fue impulsado por la línea de investigación
Sociología Histórica de las Mujeres en México,
dentro del Cuerpo Académico Articulaciones Sociales Complejas,
que agrupa a investigadores de la Facultad de Sociología
y del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de
la UV.
“Esto es, por educaciones distintas, primero en el hogar y
luego en la sociedad completa que va haciendo seres distintos con
personalidades, comportamientos, expectativas y limitantes diferentes
para grupos sociales masculinos y femeninos”, explicó.
Si a partir de este planteamiento de que lo social es lo que va
determinando las diferencias que, según explicó, no
son biológicas ni naturales, si nos preguntamos qué
favorece o qué impide el acceso de las mujeres a la ciencia,
habría que distinguir tres niveles de racionalidad.
“Una razón primera o potencial, que es de raíz
biológica, fisiológica, indistinta para hombres y
mujeres, que se compone de capacidades cognitivas, es decir, que
hombres y mujeres tenemos capacidad de pensar”, dijo.
En el segundo nivel está la razón cultivada, aquí
entran todos los procesos educativos, desde los básicos hasta
los de mayor formalización: “Es este raciocinio sometido
a entrenamiento, en el cual hay todo un aparato de educación
formalizada que pareciera que no tiene distingo, primero entre niños
y niñas, luego entre jóvenes y… –no hay
el término en femenino, y esto tiene que ver con el poder
de la lengua, que es dominio masculino, pero del cual nos tenemos
que servir para hablar de nuestras realidades”.
Según Mayabel Ranero, la razón culta se compone de
habilidades básicas de abstracción que podemos sintetizar
en capacidades numéricas y lingüístico-verbales,
y después otras capacidades más elaboradas que permiten
manejar grandes volúmenes de información, hacer abstracciones
de diverso nivel, etcétera.
En el tercer nivel se encuentra la razón acumulada, es decir,
toda la información que se ha hecho usando la razón
y educándola, que habla de realidades distintas: “Aquí
también hay una gran cantidad de sesgos machistas a muchos
niveles, como qué conceptos se elaboran, qué realidades
se representan y se trabajan en los cuerpos científicos y
en las artes, quiénes tienen acceso a esta producción
de saber, quiénes crean, a quiénes enseñan
y lo contenidos que se van haciendo”.
Ranero Castro dijo que en este punto se contempla la inclusión
de varias mujeres en los grandes cuerpos de creación científica
y en los centros de creación artística, entre ellos
la Universidad, que tiene un papel muy importante: “La inserción
de las mujeres, primero a la capacitación de la razón,
y luego a la acumulación de información y de experiencias
en el caso de la creación artística, es un poco más
reciente”.
Cuando hablamos de la aceptación de las mujeres en centros
de educación artística, dijo, como grandes colegios,
no va más atrás del siglo XIX: “El canon impresionista,
por ejemplo, –que es el canon artístico paradigmático
en Occidente– tiene muy pocas artistas mujeres, y generalmente
vinculadas a varones en tanto sus maestros, maridos, compañeros,
hermanos, etcétera”.
No es fácil cambiar esto, pero si lo queremos hacer, por
lo menos tenemos que conocer esta realidad para dar pie a que se
vaya modificando: “Debemos tratar de estudiar cosas distintas
de forma distinta, porque nos han enseñado a pensar de una
forma masculina”.
Dentro de este espacio de reflexión y a partir de la necesidad
de seguir discutiendo, conociendo y ahondando sobre zonas oscuras
no sólo de las mujeres sino de la vida social en general,
anunció que la Facultad de Sociología cobijará
un seminario permanente sobre este tema. |