Año 6 • No. 267 • mayo 21 de 2007

Xalapa • Veracruz • México
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Las universidades nos dieron democracia: Gilberto Guevara Niebla Autonomía: libertad frente al Estado
pero también tolerancia y compromiso
Dunia Salas Rivera
Lo que hace autónoma o no a la universidad son las actitudes, valores y creencias de su comunidad
La autonomía no sólo es libertad negativa, es decir, no sólo prohibición para que el Estado entorpezca la vida académica; supone además un conjunto de responsabilidades por parte de quienes se benefician de ella: libertad, tolerancia, amor por la verdad, rigor, autoexigencia, cooperación, diálogo, crítica y compromiso con la nación, aseguró Gilberto Guevara Niebla.


Gilberto Guevara Niebla
Durante la celebración del Décimo aniversario de la expedición de la Ley de Autonomía y la instalación de la primera Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV), el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se refirió a la autonomía universitaria como la construcción de un proyecto moral.

“La autonomía no sólo fue la resistencia de los intelectuales contra un gobierno populista, autoritario, y particularmente anti-intelectual, sino una medida de agresión contra la cultura. Quienes dirigieron la lucha en defensa de la autonomía y en rechazo a la imposición socialista eran hombres libres, ilustrados que amaban la democracia y que temían la evolución de México hacia el totalitarismo”, afirmó.
Guevara Niebla aseguró que ese bloque poderoso que quería libertad para la universidad –conformado por Antonio, Ángel y Alfonso Caso, Jesús Silva Herzog, Enrique González Aparicio, Pablo González Casanova, Alberto Bremauntz, Manuel Gómez Morín, Julio Jiménez Rueda, Ezequiel A. Chávez y Fernando Ocaranza– también pedía libertad para México.

El mérito de los intelectuales que conquistaron la autonomía en la lucha de 1933 al 35 fue conquistar, dijo, oxígeno democrático para México: “La universidad ha sido un pulmón para la democracia mexicana como luego, en 1968, se demuestra también. La universidad nos ha dado democracia”.

En este sentido, expresó que el objeto de la universidad debe ser la búsqueda permanente de la verdad y que el fraude académico es un atropello a la autonomía: “La comunidad universitaria debe contar con una gestión democrática, no en el sentido de establecer un sistema populista de elección de rectores por votación universal. La democracia académica es la democracia del saber”.

El doctor por el Instituto de Educación de la Universidad de Londres dijo que los valores de la democracia deben regir en toda la universidad, pero principalmente en las comunidades de profesores e investigadores que son quienes realizan las funciones sustantivas.

Sin embargo, reconoció que los avances democráticos de México no han tenido reflejo importante en el medio educativo: “El carácter no democrático de la educación básica se revela en la organización corporativa, burocrática, centralista y vertical del sistema educativo básico y, en segundo lugar, en las formas de enseñanza de vida escolar, en la complicidad inmoral entre la burocracia gobernante y la dirigencia caciquil del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación”.

Por otra parte, el autor de Democracia y Educación y Lectura para maestros dijo que la autonomía –la autorregulación– sólo se hace realidad cuando entre los miembros de la comunidad académica existe una ética autónoma: “Lo que hace autónoma o no, a la universidad, son las actitudes, valores y creencias de estudiantes, maestros e investigadores (y habría que incluir a los trabajadores administrativos, de intendencia y servicios)”.

Guevara Niebla enfatizó en que la sola presencia del sindicalismo universitario vulneró seriamente la autonomía universitaria: “Dado que la autonomía se ha tomado como extraterritorialidad es muy fácil violentar la legalidad dentro de los espacios universitarios y los sindicatos una y otra vez lo han hecho con paros, huelgas, etcétera”.

Por último, convocó a reflexionar sobre los valores y actitudes que reinan en los ámbitos universitarios: “Habría que preguntarse ¿Qué fuerza tiene el amor por la verdad? ¿Qué tanto se practica la crítica? ¿Qué tanto el rigor y la auto-exigencia? ¿De cuanta libertad gozamos en las aulas y en los cubículos?”.