Año 6 • No. 268 • mayo 28 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Eco-virtualidad, un espacio de vida y aprendizaje

Rubén Hernández Ruiz
Universidad Veracruzana Virtual
Internet es un sistema de redes virtuales que se basa en el uso de las computadoras como tecnología de información y comunicación. Esta herramienta implica la separación física de los usuarios y la creación de un ambiente de interacción virtual en la distancia.

La información está almacenada y disponible en un servidor y la comunicación se da en tiempo real o diferido a través de páginas o sitios Web, foros, blogs y chats, entre otros medios electrónicos que podrían contar con dispositivos de audio y video, además de mostrar y generar texto.

El contacto físico, como el apretón de manos o el abrazo, son simulados con mensajes, imágenes y sonidos, que hacen que el receptor los recree en su mente y su cuerpo los perciba. Ésta ha sido una de las críticas más importantes, en la red no se puede tocar, ni oler o degustar, por lo que se ha supuesto que la interacción es fría, desprovista de calor humano.

Se dice también que Internet no está exenta de inmoralidades y éticas no convencionales, que tiene riesgos la apertura en la red, y que su acceso podría ser elitista para poblaciones que no disponen de la tecnología; se habla entonces de una brecha digital entre las sociedades que tienen acceso a la Red y aquellas que no.

Pero la virtualidad no es un ambiente frío, es un “nicho ecológico” (Futuyma, en Chama, 2005), es un espacio de vida, porque también se manifiesta uno en la virtualidad, se está, se es en ella. El ser humano conserva su integridad, no pierde elementos que lo constituyen.
La intensidad con la que viva su presencialidad en la virtualidad, dependerá de la interacción que desarrolle en el espacio ecovirtual, lo hará suyo a través de su expresión y efectos que conlleva.

En ese sentido, el mundo virtual es una organización que, complementando con ideas de Morin y colaboradores (2002), se identifica por cuatro aspectos: 1) se “auto-eco-organiza”, es decir, necesita “tomar energía e información del ambiente exterior”, no puede existir por sí misma; 2) se desarrolla bajo el principio de autonomía/dependencia: está influida por su cultura y las sociedades que intervienen en ese ciberespacio, mismas que están en función de su entorno geoecológico; 3) genera relaciones que “superan la noción de autorregulación por la de autoproducción y autoorganización”, creándose y re-creándose recursivamente; y 4) es “un todo que produce cualidades o propiedades nuevas en relación con las partes consideradas de forma aislada: las emergencias”. Esto es: en principio, la organización es un sistema total y nuestro ser y hacer en la virtualidad le da sentido pues no existe una fragmentación de nuestro hacer en los sistemas virtuales porque surgen efectos cognitivos y afectivos que generan otros y hacen sentir al hombre vivo.

El encuentro en la virtualidad no es sólo un escaparate para mostrar información, discutir algún contenido en un foro o comunicar algún mensaje; es un espacio ecológico donde se vive intercambiando energía y en estrecho contacto con los seres y elementos tangibles e intangibles que conforman el nicho vital. Siguiendo a Bohm (2001), se puede decir que en la eco-virtualidad se crean nuevos significados y pensamientos colectivos en el diálogo de individualidades que conducen al auto conocimiento y, sobre todo, a la autoafirmación del ser.

“El organismo vivo y su medio ambiente forman una unidad indivisible porque, así como no hay vida sin nicho vital, tampoco hay conocimiento sin ecología cognitiva. En todo ser vivo se da la unidad entre los procesos vitales y los procesos de aprendizaje” (Assman, en Prado
y Gutiérrez, 1995).

La eco-virtualidad es, en consecuencia, una dimensión virtual de encuentro de seres, de intercambio recursivo de saberes y emociones legítimas, pese a la ausencia de contacto físico y restricción de algunos sentidos. En la eco-virtualidad la vida transcurre siendo, se es ser en el hacer, sintiendo, pensando y expresándose. Por lo tanto, si podemos darle sentido a nuestra vida en esa interacción virtual, se puede vivir en la red y, si vivir es aprender, entonces podemos aprender en línea.