Año 6 • No. 269 • Junio 4 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Proliferan escuelas autodenominadas "universidades" y "de calidad"
La educación superior (privada) crece ambigua y sin regulación

Alma Espinosa

Hace falta cumplir con otros requerimientos además de los Revoes para que una institución sea de calidad: Germán Álvarez

Veracruz recibe estudiantes de Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y la parte serrana de Oaxaca
El incremento de la población juvenil en México ha obligado, entre otras cosas, a voltear los reflectores hacia la educación media y superior. Esto ha provocado que se diversifiquen el tipo de instituciones públicas y privadas; sin embargo, ha ocurrido de manera desordenada al proliferar los pequeños negocios educativos de baja calidad.

Es evidente que las escuelas privadas han crecido de forma exponencial, pero hasta la fecha se han realizado pocos estudios serios que demuestren o refuten que estas instituciones, por ejemplo, únicamente sirven para una elite económica, social y cultural alta o que están al servicio de los sectores productivos.

De acuerdo con las investigaciones de Germán Álvarez Mendiola, del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV), definitivamente hay un crecimiento del sector educativo privado encausado por múltiples y a la vez sencillos factores. Este sector cubre la demanda insatisfecha del sector público que no puede crecer, ¿por qué? "No es solamente que los gobiernos tengan una perspectiva de tipo neoliberal y no quieran invertir; es más sencillo que eso, no hay recursos para que las escuelas públicas crezcan", afirmó.

Una de las causales, explicó, es que la base fiscal de recaudación para financiar la educación pública es muy reducida. Además, México tiene por lo menos dos décadas de atraso en el ajuste de sus sistemas fiscales y entre 40 y 50 por ciento de su economía la sostiene el trabajo informal que no aporta impuestos, lo cual da una idea del gran volumen de recursos que no ingresan a las arcas federales. Aunado a ello, está la gran burocracia y el problema de la distribución de los recursos en los estados.

Además, el estado tiene muy poca capacidad para regular las instituciones educativas públicas y privadas, sobre todo las de educación superior. Basta mencionar que en nuestro país no existe una restricción para llamar a cualquier escuela Universidad.

Es decir, si en este momento decidimos crear una institución educativa no habrá ningún impedimento para nombrarla universidad, tomando en consideración todas las acepciones que la palabra conlleva. Contrario a lo que pudiera pensarse, en otros países calificados como subdesarrollados esto
no es posible.

La flexibilidad abarca no sólo la denominación, sino los programas que debe ofrecer, las áreas de conocimiento, el nivel del profesorado, la administración de los recursos y cómo se da cuenta de los mismos, esto porque se crean asociaciones civiles que emplean mecanismos para generar una ganancia que no declaran ante la Secretaría de Hacienda.
 

¿Qué garantizan los Revoes?
En el artículo "La educación superior: Falacias y problemas" publicado en la revista Nexos de este mes (no. 353, pp. 55-58), Rollin Kent Serna, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, plantea que la proliferación de instituciones de educación superior sin regulación puede solucionarse "apretando un poco los requisitos para la autorización de nuevos programas (los Reconocimientos de Validez Oficial de Estudios, Revoes)".
No obstante, Álvarez Mendiola disiente al afirmar que los Revoes anotan parámetros casi en su totalidad de carácter administrativo. Son relativamente fáciles de cumplir y eventualmente de "brincar" porque no implican una acreditación de programas. Con ello es prudente afirmar que la educación superior privada crece en un marco de extrema ambigüedad.

Cada estado de la República Mexicana es distinto y por ende debe tratarse de forma diferenciada. En el caso de los Revoes no es así, pues en la mayoría de los casos las entidades adoptan o copian el modelo federal, como en el caso de Veracruz.

Rollin Kent agrega que no sólo los Revoes no funcionan como mecanismo de control de calidad en el sector privado y que hay un desarreglo generalizado. "Los sistemas de educación superior son realidades orgánicas complejas que están en continuo cambio, tanto desde arriba como desde abajo", es decir, no sólo repercuten las decisiones gubernamentales, sino se agregan las múltiples interacciones, los intereses y los conflictos de sus actores.

Acreditación y certificación son aspectos trascendentales que se suman a la falta de regulación de la educación superior. Con base en la investigación que hasta el momento ha generado el académico del IIE, existen instituciones privadas que sin estar obligadas acreditan sus programas de estudio. "Probablemente porque eso llamará la atención en su publicidad ya que hablar de calidad, independientemente de que la cumplan o no, tiene un valor estratégico en el mercado", asintió.

A propósito, Kent Serna, quien ha trabajado y publicado junto a Germán Álvarez, afirma que la acreditación y la evaluación son mecanismos cada vez más aceptados por la comunidad académica porque sólo así se puede mejorar la calidad. Uno de los factores, explica, que podría detonar esta calidad es la planta docente.

"Si hemos de pensar en mejorar la calidad de la educación superior de manera sustentable y activar las nuevas energías que bullen en su seno, no podemos evadir cuestiones como el rigor y la transparencia en los mecanismos de reclutamiento y promoción de profesores en todas las instituciones, pero particularmente en las privadas donde es más lacerante la situación del profesorado.

"En la educación superior mexicana no se recluta ni se promueve a un docente por ser buen enseñante. Tampoco se le despide por ser un mal docente. Y son pocos los incentivos y las oportunidades para dejar de serlo y profesionalizarse como académico", aseguró en la publicación mensual.

¿Educación pública para pobres y privada para ricos?
Una vertiente de la línea de investigación de Álvarez Mendiola es la equidad educativa. Comentó que se piensa que la educación superior privada atenta contra la equidad y que la pública es totalmente opuesta. Actualmente esto no es así, afirmó, pues ha demostrado que gradualmente las escuelas públicas reciben a jóvenes con mayores posibilidades económicas y las privadas a sectores sociales con mayores desventajas.

"Obviamente (los de menos recursos) no se van a la Universidad de las Américas, Iberoamericana, Tecnológico de Monterrey, etcétera, sino las que tienen cerca de su casa que por menos de mil pesos mensuales te dan un título luego de cuatro años", comentó.

Ante este fenómeno, informó, continuará investigando para hacer una comparación formal y poner en la mesa de discusión la equidad, porque resultará paradójico que quien más contribuya a ésta sean las instituciones de educación privada. Ejemplos se dan en países como Brasil, donde más de 60 por ciento de su matrícula está en dicho sector y el ingreso a la pública es muy restringido.

"Debemos aprender de esa experiencia para discernir si es el camino que nos interesa seguir, si es inevitable o cómo es posible mejorarlo. Esto incluye que el sector público y privado en lugar de ser opuestos, se vean como complementarios y para ello debe existir cooperación que redundará en convenios de colaboración y movilidad estudiantil y docente", indicó el académico.

Como su tarea de investigación, Germán Álvarez ha incluido el proyecto "Las configuraciones sistémicas estatales y regionales", que además de tomar en cuenta las instituciones públicas y privadas, analiza la movilización del estudiantado entre estados, ya que las demandas educativas no se comportan con base en la división política del país.

Junto con estudiantes y académicos de diversos estados, pretende analizar en cinco estados de qué manera se mueven los jóvenes. Por ejemplo, se ha detectado que Nuevo León absorbe estudiantes de Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, San Luis Potosí y Durango. Colima se convierte en expulsor de alumnos que viajan a Jalisco; igual caso se presenta con los tlaxcaltecos que prefieren irse a instituciones de Puebla, Veracruz y Distrito Federal.

Aunque todavía no termina de analizar la situación en Veracruz, adelantó que la salida y llegada de alumnos es equivalente, aunque la población se concentra en Xalapa y Puerto de Veracruz, incluso la proveniente del mismo estado. Se ha detectado que las entidades que exportan a sus jóvenes para estudiar aquí son Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y la parte serrana de Oaxaca.

La información que se obtenga con el incansable trabajo de investigación de los académicos y de los estudiantes que participan, servirá para no pensar que México es homogéneo y aportar datos relevantes que reflejen la diversidad de cada estado. "Queremos ver los flujos de demanda para entender una dinámica regional-estatal de su comportamiento", expresó.

La educación superior pública y privada, la calidad y acreditación de los programas, la equidad educativa y la configuración sistemática educativa, no son los únicos temas que desarrolla Germán Álvarez Mendiola desde hace un año que llegó al IIE, proveniente del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Además, trabaja en torno a las políticas públicas, cambios organizacionales y posgrados en Ciencias Sociales.