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Más
de cinco mil kms. cuadrados, en 26 municipios, la zona a preservar |
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Edith
Escalón • Fotos: IIB |
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Declarar Reserva de la Biosfera a la región, frenaría
el deterioro ambiental y evitaría inundaciones en Martínez
de la Torre, San Rafael, Nautla, Vega de Alatorre y Misantla
• Quedan rebasadas las buenas intenciones respecto del uso
y aprovechamiento sensato de los recursos naturales |
En
menos de cinco mil kilómetros cuadrados, la sierra Chiconquiaco-Misantla
resguarda más de dos mil 400 especies de plantas y mil 89 de
vertebrados, 12 diferentes ecosistemas que capturan carbono, agua
y conservan el suelo –entre ellos selvas, manglares, bosques
de niebla, dunas costeras, páramos de altura y bosques de pino
y encino– y cuatro macrocuencas que abastecen de agua a 26 municipios
veracruzanos.
Científicos de la Universidad Veracruzana (UV), estudian ahí
la enorme diversidad biológica y han empezado a realizar registros
de flora y fauna, así como una intensa colecta de especies
para respaldar con la mayor cantidad de información posible
el proyecto y, a la postre, convertir a esta zona en una Reserva de
la Biosfera.
Esta zona representa casi una cuarta parte de toda la vegetación
que existe en la entidad, estimulada por los ríos Colipa, Juchique,
Misantla y Nautla. Además del objetivo principal de la conservación
biológica, los universitarios ven en esta propuesta –sustentada
por más de 100 subproyectos de investigación de diversas
disciplinas– la oportunidad de hacer realidad la distribución
social del conocimiento, pues al abrigarlo y respaldarlo ante las
instancias gubernamentales contribuirán a asegurar su implementación.
Esto implica no sólo la generación de aportes científicos
y formación de profesionistas, sino además, el trabajo
de vinculación y colaboración con autoridades municipales
y con la gente que ahí habita. |
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Conservación
urgente
“Con base en los estudios biológicos que tenemos podemos
decir que, a pesar de todo el deterioro y el mal uso que hemos estado
haciendo de los recursos naturales, en esta región todavía
se conservan manchones o lunares suficientemente representativos de
los distintos ecosistemas que estaban, de manera natural, asentados
en la zona”, sostuvo Mario Vázquez Torres, investigador
del IIB y principal promotor del proyecto.
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Aunque
la propuesta no está del todo terminada, el investigador advirtió:
“Estamos llegando a un límite tal de destrucción
de nuestro entorno que ya no tenemos tiempo como para que sólo
hasta que dispongamos de información altamente detallada y
refinada –desde el punto de vista biológico, ecológico,
sociológico y económico– se hagan este tipo de
propuestas”.
Agregó que las buenas intenciones y las buenas legislaciones
a nivel mundial, respecto del uso y aprovechamiento sensato de los
recursos naturales, están siendo rebasadas: “Tenemos
que actuar ya”. Vidas
en riesgo
Además de las implicaciones biológicas y ecológicas,
Vásquez Torres sostuvo que la declaratoria de Reserva de
la Biosfera y el trabajo de conservación, al frenar el deterioro,
podría evitar las inundaciones que han sufrido localidades
de los municipios de Martínez de la Torre, San Rafael, Nautla,
Vega de Alatorre y Misantla en los últimos años, a
consecuencia de la incapacidad de los ecosistemas de las zonas altas
para absorber adecuadamente el agua (por deforestación y
erosión), lo que provoca que los causes se llenen mucho más
rápido y se desborden.
“Fue dramático lo que pasó en Misantla hace
unos años, y la mejor solución no es construir diques
y obras para desviar los ríos, sino adoptar medidas de previsión,
en las que estén involucrados todos los actores sociales
posibles para poder asegurar que algo así no vuelva a ocurrir,
por lo menos con esa magnitud. Esta iniciativa también podría
ayudar a reducir estos problemas”, dijo.
Vásquez Torres dijo que el trabajo práctico que hay
que hacer es muy grande, y aseguró que lo ideal sería
reunir a los 26 alcaldes de la zona, presentarles el proyecto, darles
datos y elementos que les permitan entender con mayor claridad la
importancia que esto tiene, lo que significará la propuesta
de cambios de uso de suelo, etcétera.
Y reiteró: “A nosotros como biólogos y proponentes
del proyecto no nos preocupa entrar en detalles como ver qué
especies de insectos, aves, anfibios, pastos u orquídeas
son endémicos y están en peligro de extinción,
esa situación ya fue rebasada; lo que nos preocupa en este
proyecto particular es que lo que está en juego es la anulación
de los ecosistemas naturales, y estamos hablando de que si no le
ponemos un alto a la situación, los problemas van a ser cada
vez más graves”, sostuvo.
La
universidad, moralmente comprometida
Ante esta situación –aseguró Vásquez
Torres– la Universidad tiene que echarse a cuestas este tipo
de problemas y sacarlos adelante, “a lo mejor no sale con
la finura y la funcionalidad, o no es lo exitoso que quisiéramos,
pero creo que moralmente estamos obligados a atender este tipo de
problemas”.
Desde su génesis, explicó, este proyecto está
planteado para que sea una meta institucional, tiene que ser de
toda la UV, por lo que se convocará a aquellos grupos, institutos,
facultades y líderes académicos que estén interesados
en conducir algunas acciones concretas dentro del proyecto.
“El proyecto es incluyente; estamos pensando en la participación
de abogados, arquitectos, antropólogos, lingüistas,
economistas y de especialistas de todas las disciplinas de las ciencias
biológicas y de la salud. Solamente tomando en cuenta el
punto de vista biológico, tenemos 40 subproyectos que están
sosteniendo el megaproyecto, cerca de 80 de otras disciplinas, en
total, más de 100 que lo sustentan; esto nos indica la magnitud
de la empresa que estamos queriendo echar a andar”, dijo.
Una vez que se tenga la propuesta terminada por parte de todas las
instancias de la Universidad, se empezará a promover de manera
oficial en México y el extranjero para buscar recursos, porque
un proyecto de esta magnitud y naturaleza además de implicar
la suma de esfuerzos y compromisos, también requiere de muchos
recursos para poder aterrizarlo a través de una declaratoria,
explicó el investigador.
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Investigación
en el IIB
Pese a la enorme diversidad, el equipo de investigación ha
comprobado la escasa información científica que existe
respecto de las especies de flora y fauna de la zona. Ana María
Aquino Zapata explica: “No hay un estudio integral, escasamente
hemos una decena de artículos, incluyendo ahí estudios
publicados en La Ciencia y El Hombre”. No obstante, aseguró
que continuará con la búsqueda hasta agotar las fuentes.
César Carvajal Hernández, quien estudia la diversidad
de helechos en la zona como parte de su tesis de licenciatura, señaló
que a la fecha han encontrado en la zona más de 300 especies
y colectado más de 200 que se integrarán al herbario
del IIB: “Éstos son muy importantes porque algunos son
indicadores de perturbación, e igual que el resto de las plantas
capturan carbono, agua y conservan el suelo”.
Luis Lagunes Galindo, quien se ha dedicado a estudiar poblaciones
de cycadas (Zamia loddigesii), una especie que sobrevive a la fragmentación
de su hábitat por tener un tallo subterráneo, aseguró
que de esta especie hay una enorme densidad en la zona: “En
algunas partes de Arroyo Hondo, una comunidad de Misantla, he encontrado
hasta 300 individuos por hectárea”.
Lo mismo sucede en el caso de Lorena Sánchez Morales, quien
trabaja aspectos demográficos y poblacionales con otra especie
de cycadas (Zeratozamia mexicana) en Coacoatzintla: “Hay zonas
donde un área de 10 por 10 metros he encontrado hasta 150 plantas”.
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Herbario
Germán Bojórquez, quien coordina el herbario del IIB,
informó que éste resguarda una colección que
ya superaba los 10 mil ejemplares de plantas, al que se han sumado
2 mil más con este proyecto.
Para el investigador, la propuesta tiene beneficios múltiples:
“No sólo estamos aumentando nuestra colección,
sino también estamos sentando las bases para mejorar nuestro
servicio, para que investigadores y estudiantes encuentren aquí
claridad para sus proyectos. Explicó que confusiones en la
información sobre las especies retrasa muchas veces el trabajo
de investigación: “Lo que buscamos es mostrar información
actualizada y organizada bajo criterios estrictamente científicos”. |
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