Año 7 • No. 271 • junio 18 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 Reportaje

 Regiones

 Becas y  oportunidades

 Arte

 
Deportes

 
Contraportada

 


 Números  Anteriores


 Créditos

  Únicamente el estudio científico genera tratamientos médicos
Llegaron las lluvias y también los estudios para prevenir desastres

Edith Escalón
Exhorta el especialista Carlos Contreras a jóvenes investigadores a hacerle a la naturaleza preguntas inteligentes

Carlos Contreras, investigador de Neuroetología de la UV
Las plantas mágicas y milagrosas que los chamanes utilizan, igual que el hipnotismo, la interpretación de los sueños o el vudú, son sólo placebos y supercherías; únicamente la investigación científica genera tratamientos médicos, aseguró Carlos Contreras, investigador del Instituto de Neuroetología (IN) de la Universidad Veracruzana (UV), durante su participación en la II Jornada en Neurociencias, organizada por estudiantes de la Maestría en Neuroetología de la UV.

Contreras exhortó a la nueva generación de investigadores a hacerle a la naturaleza preguntas inteligentes, y a proponer investigación bajo el método científico. “A estas alturas no podemos seguir creyendo en maldiciones, magia y encantamientos”, aseguró el investigador, quien realiza estudios con antidepresivos y feromonas para padecimientos como la depresión y la ansiedad en el Laboratorio de Neurofarmacología del IN.

Cabe señalar que según estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de 2005, tan sólo en la Ciudad de México 38 por ciento de las personas cree en la brujería y 77 por ciento en la astrología, lo que refleja el problema de la percepción pública frente a estos fenómenos.

Para ejemplificar el problema, Contreras señaló que enfermedades psiquiátricas como el Alzheimer, la esquizofrenia, la depresión y la neurosis mucho tiempo se consideraron producto de encantamientos o maldiciones, y fue hasta que empezaron a estudiarse desde la base neurobiológica cuando se pudieron desarrollar tratamientos científicos y atender a los enfermos.

Reconoció que aunque las plantas tienen principios activos (esteroides, por ejemplo), éstos no siempre tienen acción farmacológica o pueden ser tóxicos; añadió que cuando su uso y ventajas se basan simplemente en relatos anecdóticos no son confiables.

El problema, añadió, es que no hay manera de controlar el medicamento, y explicó que los compuestos activos varían de acuerdo con la parte de la planta que se utilice y la fecha en que sea cosechada: “Todo eso tiene consecuencias, los efectos no son los mismos si se usan de una u otra forma, y usando plantas simplemente no hay control ni verificación de resultados”.

El investigador pidió a los estudiantes de maestría enfocar sus estudios a nanotecnología o farmacología génica: “Hay que ir hacia adelante y no hacia atrás, las plantas ya se usaron, ya cumplieron su misión, es muy difícil que alguien sea tan afortunado que encuentre una planta que nadie había visto que tenga funciones novedosas”, concluyó.