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Únicamente
el estudio científico genera tratamientos médicos
Llegaron las lluvias y también los estudios para prevenir desastres
Edith
Escalón |
Exhorta
el especialista Carlos Contreras a jóvenes investigadores
a hacerle a la naturaleza preguntas inteligentes |
Carlos
Contreras, investigador de Neuroetología de la UV
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Las
plantas mágicas y milagrosas que los chamanes utilizan, igual
que el hipnotismo, la interpretación de los sueños o
el vudú, son sólo placebos y supercherías; únicamente
la investigación científica genera tratamientos médicos,
aseguró Carlos Contreras, investigador del Instituto de Neuroetología
(IN) de la Universidad Veracruzana (UV), durante su participación
en la II Jornada en Neurociencias, organizada por estudiantes de la
Maestría en Neuroetología de la UV.
Contreras exhortó a la nueva generación de investigadores
a hacerle a la naturaleza preguntas inteligentes, y a proponer investigación
bajo el método científico. “A estas alturas no
podemos seguir creyendo en maldiciones, magia y encantamientos”,
aseguró el investigador, quien realiza estudios con antidepresivos
y feromonas para padecimientos como la depresión y la ansiedad
en el Laboratorio de Neurofarmacología del IN.
Cabe señalar que según estudios de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), de 2005, tan sólo
en la Ciudad de México 38 por ciento de las personas cree en
la brujería y 77 por ciento en la astrología, lo que
refleja el problema de la percepción pública frente
a estos fenómenos.
Para ejemplificar el problema, Contreras señaló que
enfermedades psiquiátricas como el Alzheimer, la esquizofrenia,
la depresión y la neurosis mucho tiempo se consideraron producto
de encantamientos o maldiciones, y fue hasta que empezaron a estudiarse
desde la base neurobiológica cuando se pudieron desarrollar
tratamientos científicos y atender a los enfermos.
Reconoció que aunque las plantas tienen principios activos
(esteroides, por ejemplo), éstos no siempre tienen acción
farmacológica o pueden ser tóxicos; añadió
que cuando su uso y ventajas se basan simplemente en relatos anecdóticos
no son confiables.
El problema, añadió, es que no hay manera de controlar
el medicamento, y explicó que los compuestos activos varían
de acuerdo con la parte de la planta que se utilice y la fecha en
que sea cosechada: “Todo eso tiene consecuencias, los efectos
no son los mismos si se usan de una u otra forma, y usando plantas
simplemente no hay control ni verificación de resultados”.
El investigador pidió a los estudiantes de maestría
enfocar sus estudios a nanotecnología o farmacología
génica: “Hay que ir hacia adelante y no hacia atrás,
las plantas ya se usaron, ya cumplieron su misión, es muy difícil
que alguien sea tan afortunado que encuentre una planta que nadie
había visto que tenga funciones novedosas”, concluyó. |
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