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La
modernidad requiere de jornadas nocturnas
Trabajar en horarios “antinaturales” daña el organismo
Dunia
Salas Rivera |
Esto
tiene consecuencias emocionales y de comportamiento, por eso la
gente se vuelve más irritable y tiene trastornos del sueño:
Yael Zavaleta Ávila
El cuerpo humano está determinado genéticamente para
trabajar en la fase de luz y descansar en la de oscuridad |
La
modernidad nos ha obligado a trabajar en jornadas en las que la gente
tiene que estar despierta toda o parte de la noche, en horarios antinaturales
que dañan al organismo y esto ha traído como consecuencia
una vida llena de estrés, depresión y angustia, aseguró
Yael Zavaleta Ávila, alumna de la maestría en Neuroetología
de la Universidad Veracruzana (UV).
Durante la II Jornada de Neurociencias, realizada en el marco del
décimo quinto aniversario del Instituto de Neuroetología
de la UV, la bióloga explicó que el organismo está
determinado genéticamente para trabajar en la fase de luz y
descansar en la de oscuridad si se trata de una especie diurna, y
en el caso de una especie nocturna, como la rata, el periodo de actividad
es durante la noche y su descanso en el día.
“Hacer estos corrimientos de la propia actividad claro que tiene
consecuencias tanto a nivel emocional como de comportamiento, entonces
la gente se vuelve más irritable y hasta puede tener trastornos
del sueño”, explicó.
Y es que el núcleo supraquiasmático, añadió,
es el principal sincronizador de los ritmos circadianos en los mamíferos,
es decir, que están sincronizados con el ciclo de luz-oscuridad.
A partir de su investigación “Desarrollo del núcleo
supraquiasmático del conejo”, dirigida por Mario Caba,
investigador del Instituto de Neuroetología, Zavaleta Ávila
está desarrollando la ontogenia de este núcleo en el
conejo: “Lo que quiero hacer es describir el desarrollo funcional,
es decir, cuándo es que el núcleo supraquiasmático,
que es el principal reloj del sistema biológico, está
sincronizado
con la luz”.
Yael Zavaleta comentó que hay una enfermedad llamada depresión
de invierno, en la cual el núcleo supraquiasmático está
participando activamente y que se presenta con más frecuencia
en países nórdicos, donde el periodo de luz es más
corto que el de oscuridad.
“En el organismo, la melatonina –que es la hormona que
le indica al organismo qué tan de noche es– debe estar
en equilibrio con la serotonina –que es un neurotransmisor–,
pero cuando este balance se rompe aumenta una o la otra y generan
estos desórdenes del sueño”.
La bióloga explicó que en cuanto a los ritmos circadianos,
hay problemas que se deben a desajustes que tiene el reloj en las
personas que trabajan de noche o en quienes viajan de una latitud
a otra opuesta. Estos desajustes del organismo tienen un correlato
neuronal.
“Se sabe que la estructura del núcleo supraquiasmático
es la generadora de los ritmos porque se han hecho caracterizaciones
anatómicas, cortes histológicos, cultivos in vitro,
pruebas de qué genes están regulando esta actividad
en esa célula específica del núcleo supraquiasmático
y cómo estos genes están afectados por el mismo ambiente”,
detalló Yael Zavaleta. |
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