Año 7 • No. 271 • junio 18 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  La modernidad requiere de jornadas nocturnas
Trabajar en horarios “antinaturales” daña el organismo

Dunia Salas Rivera
Esto tiene consecuencias emocionales y de comportamiento, por eso la gente se vuelve más irritable y tiene trastornos del sueño: Yael Zavaleta Ávila

El cuerpo humano está determinado genéticamente para trabajar en la fase de luz y descansar en la de oscuridad
La modernidad nos ha obligado a trabajar en jornadas en las que la gente tiene que estar despierta toda o parte de la noche, en horarios antinaturales que dañan al organismo y esto ha traído como consecuencia una vida llena de estrés, depresión y angustia, aseguró Yael Zavaleta Ávila, alumna de la maestría en Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV).

Durante la II Jornada de Neurociencias, realizada en el marco del décimo quinto aniversario del Instituto de Neuroetología de la UV, la bióloga explicó que el organismo está determinado genéticamente para trabajar en la fase de luz y descansar en la de oscuridad si se trata de una especie diurna, y en el caso de una especie nocturna, como la rata, el periodo de actividad es durante la noche y su descanso en el día.

“Hacer estos corrimientos de la propia actividad claro que tiene consecuencias tanto a nivel emocional como de comportamiento, entonces la gente se vuelve más irritable y hasta puede tener trastornos del sueño”, explicó.

Y es que el núcleo supraquiasmático, añadió, es el principal sincronizador de los ritmos circadianos en los mamíferos, es decir, que están sincronizados con el ciclo de luz-oscuridad.

A partir de su investigación “Desarrollo del núcleo supraquiasmático del conejo”, dirigida por Mario Caba, investigador del Instituto de Neuroetología, Zavaleta Ávila está desarrollando la ontogenia de este núcleo en el conejo: “Lo que quiero hacer es describir el desarrollo funcional, es decir, cuándo es que el núcleo supraquiasmático, que es el principal reloj del sistema biológico, está sincronizado
con la luz”.

Yael Zavaleta comentó que hay una enfermedad llamada depresión de invierno, en la cual el núcleo supraquiasmático está participando activamente y que se presenta con más frecuencia en países nórdicos, donde el periodo de luz es más corto que el de oscuridad.

“En el organismo, la melatonina –que es la hormona que le indica al organismo qué tan de noche es– debe estar en equilibrio con la serotonina –que es un neurotransmisor–, pero cuando este balance se rompe aumenta una o la otra y generan estos desórdenes del sueño”.

La bióloga explicó que en cuanto a los ritmos circadianos, hay problemas que se deben a desajustes que tiene el reloj en las personas que trabajan de noche o en quienes viajan de una latitud a otra opuesta. Estos desajustes del organismo tienen un correlato neuronal.
“Se sabe que la estructura del núcleo supraquiasmático es la generadora de los ritmos porque se han hecho caracterizaciones anatómicas, cortes histológicos, cultivos in vitro, pruebas de qué genes están regulando esta actividad en esa célula específica del núcleo supraquiasmático y cómo estos genes están afectados por el mismo ambiente”, detalló Yael Zavaleta.