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Permite
conocer áreas ecológicamente potenciales
La información geográfica
afina el trabajo de agrónomos Edith
Escalón |
Gracias
a la integración de la información geográfica
y al uso de cartografías e imágenes satelitales es posible
afinar el trabajo de agrónomos, pues permite localizar con
precisión científica áreas actuales y ecológicamente
potenciales para cultivar, aseguró Teresa Reyna Trujillo, investigadora
del Instituto de Geografía (IG) de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). |

Teresa Reyna
Trujillo, investigadora del Instituto de Geografía de la
UNAM
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Así
lo señaló al participar en la Feria de Productos Geográficos
organizada por estudiantes de los programas de Agronomía y
Cafeticultura de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad
Veracruzana (UV), en la que participaron especialistas de la UNAM
y de la Unidad Académica de Ciencias de la Tierra de la Universidad
Autónoma de Guerrero.
“Gracias a la información geográfica, los agrónomos
pueden determinar hacia dónde aumentar áreas agrícolas
y agropecuarias enfocadas a cultivos específicos”, señaló
la investigadora, quien desde el IG participó en la creación
del primer Atlas de México, el más completo que existe
en el país. |
Dijo que la interacción entre profesionistas de agronomía
y geografía ha dado como resultado mejores decisiones agropecuarias,
y exaltó las ventajas del trabajo inter y multidisciplinario,
pues refleja la tendencia mundial a integrar conocimientos, en lugar
de fragmentarlos.
Como ejemplo, citó el trabajo que el IG de la UNAM ha realizado
durante seis años consecutivos en colaboración con el
Instituto de Investigaciones de Agricultura Fundamental en Cuba, que
han apoyado incluso a la agroindustria de la isla.
“A partir del análisis de las áreas y de su distribución
espacial podemos conocer las potencialidades del campo y dónde
seguir desarrollando tal o cual cultivo, pues la información
geográfica nos permite saber con precisión que sitios
reúnen las mejores condiciones de clima, suelo, humedad, altitud,
etc., para adaptación de frutales, granos, horticultura o floricultura,
por ejemplo”.
Añadió que el aporte de esta disciplina no queda ahí,
pues al permitir el análisis de las vías de comunicación,
la densidad poblacional, o las características socioculturales
regionales y nacionales, permite planear también aspectos de
distribución, comercialización y consumo: “Al
final, se trata de una interacción provechosa para ambas disciplinas”,
comentó. |
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