Año 7 • No. 271 • junio 18 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 Reportaje

 Regiones

 Becas y oportunidades

 Arte

 
Deportes

 
Contraportada

 


 Números Anteriores


 Créditos

  Permite conocer áreas ecológicamente potenciales
La información geográfica
afina el trabajo de agrónomos
Edith Escalón
Gracias a la integración de la información geográfica y al uso de cartografías e imágenes satelitales es posible afinar el trabajo de agrónomos, pues permite localizar con precisión científica áreas actuales y ecológicamente potenciales para cultivar, aseguró Teresa Reyna Trujillo, investigadora del Instituto de Geografía (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Teresa Reyna Trujillo, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM

Así lo señaló al participar en la Feria de Productos Geográficos organizada por estudiantes de los programas de Agronomía y Cafeticultura de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV), en la que participaron especialistas de la UNAM y de la Unidad Académica de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Guerrero.

“Gracias a la información geográfica, los agrónomos pueden determinar hacia dónde aumentar áreas agrícolas y agropecuarias enfocadas a cultivos específicos”, señaló la investigadora, quien desde el IG participó en la creación del primer Atlas de México, el más completo que existe en el país.
Dijo que la interacción entre profesionistas de agronomía y geografía ha dado como resultado mejores decisiones agropecuarias, y exaltó las ventajas del trabajo inter y multidisciplinario, pues refleja la tendencia mundial a integrar conocimientos, en lugar de fragmentarlos.

Como ejemplo, citó el trabajo que el IG de la UNAM ha realizado durante seis años consecutivos en colaboración con el Instituto de Investigaciones de Agricultura Fundamental en Cuba, que han apoyado incluso a la agroindustria de la isla.

“A partir del análisis de las áreas y de su distribución espacial podemos conocer las potencialidades del campo y dónde seguir desarrollando tal o cual cultivo, pues la información geográfica nos permite saber con precisión que sitios reúnen las mejores condiciones de clima, suelo, humedad, altitud, etc., para adaptación de frutales, granos, horticultura o floricultura, por ejemplo”.

Añadió que el aporte de esta disciplina no queda ahí, pues al permitir el análisis de las vías de comunicación, la densidad poblacional, o las características socioculturales regionales y nacionales, permite planear también aspectos de distribución, comercialización y consumo: “Al final, se trata de una interacción provechosa para ambas disciplinas”, comentó.