Año 7 • No. 282 • Septiembre 24 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Crea UV Agencia de Desarrollo Rural en comunidades de alta marginación

Alma Espinosa

Crean programa para ofrecer seguridad alimentaria a pobladores de 30 comunidades de siete municipios de la sierra del Totonacapan

Se capacita a las familias para el buen uso del agua, manejo de desechos sólidos, siembra para autoconsumo y venta, y cría de animales
El Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la Universidad Veracruzana (UV) impulsó la creación de una agencia de desarrollo rural para atender de forma oportuna y prioritaria a las familias de municipios con alto grado de marginación, con el objetivo de ofrecer seguridad alimentaria y resolver las necesidades y demandas de asistencia técnica de los pequeños productores.

La agencia, que fue incubada el año pasado, pretende ayudar a las familias de los municipios de Coyutla, Coxquihui, Chumatlán, Coahuitlán, Mecatlán, Filomeno Mata y Zozocolco de Hidalgo para que produzcan alimentos de origen vegetal y animal en el traspatio de sus casas; esto mediante el uso de ecotecnologías para producir de forma intensiva en espacios pequeños y así asegurar los alimentos durante todo el año.

Pero, ¿cómo inició un proyecto tan ambicioso? La directora del IIESES, Luz Angélica Gutiérrez Bonilla, quien es una de las principales impulsoras, dio a conocer que la idea de crear una agencia de desarrollo surgió a raíz del programa “Seguridad alimentaria en siete municipios de alta marginación de la sierra del Totonacapan”, que se enmarca en el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) México, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El programa incluyó la elaboración de un diagnóstico regional, municipal y familiar en 30 comunidades de alta marginación de los siete municipios antes mencionados –Filomeno Mata y Mecatlán están considerados dentro de los 100 municipios más marginados del país–, con la finalidad de guiar a los habitantes para que definieran de manera puntual las problemáticas de su entorno y las posibles alternativas de solución.

Los resultados de los diagnósticos se expresaron en un libro de mil 200 cuartillas que próximamente será publicado; sin embargo, el mejor resultado fue la integración de estudiantes universitarios en este gran proyecto que requirió de su estancia en las comunidades durante un año. Gracias a lo anterior se conocieron de primera mano las necesidades de los habitantes por la constante comunicación y la observación.

Agencia de desarrollo rural
Con base en los resultados y el conjunto de experiencias generadas de estudiantes e investigadores, se comenzó la incubación de una agencia de desarrollo rural, en la cual participa un equipo multidisciplinario del mismo Instituto integrado por la economista Luz Angélica Gutiérrez, como promotora e impulsora del desarrollo comunitario, y los sociólogos Francisco Montfort Guillén, quien está a cargo de las redes sociales, y Danú Fabre Platas, encargado de la organización social y las metodologías participativas.

El antropólogo Demetrio Gutiérrez se encarga del área de desarrollo comunitario, mientras que la comunicóloga Olivia Sigüenza y el ingeniero en Tecnologías de la Información Manuel Suárez se responsabilizan de la comunicación social y el desarrollo rural, respectivamente. La investigadora del IIESES Rubí Parra Ceballos fue designada para elaborar proyectos.

Con el fin de alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional y, por ende, el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas, se capacita a los universitarios para que a su vez ayuden a los habitantes en por lo menos cuatro aspectos esenciales: adecuación y aprovechamiento de traspatio, ubicación de la siembra en la ladera, diversificación de cultivo de café, y ahorro y crédito.

A los jóvenes se les enseña que es prioridad la producción de alimentos para satisfacer las necesidades de consumo familiar y que gradualmente se produzcan excedentes para vender directamente entre comunidades, vecinos deficitarios y mercados locales, con el fin de que los pobladores no viajen a mercados regionales para comprar alimentos básicos.

Los universitarios, a su vez, deben contribuir a la capacitación de las familias en la elaboración de compostas a partir de residuos orgánicos de cosechas, estiércol de animales domésticos y desechos de la cocina. También reciben información para la producción intensiva de hortalizas mediante el empleo de un sistema de riego por goteo para utilizar el agua escasa almacenada en la cisterna.

Los pobladores también son motivados para sembrar árboles frutales y de rápido crecimiento para utilizarlos como leña, esto en pequeños lugares como su traspatio. De igual manera, preparan germinados de frijol, maíz, soya y trigo que aumenta hasta cinco veces el valor nutritivo de los granos para consumo humano en comparación con la ingesta de granos secos.

La capacitación también abarca la deshidratación de frutas y algunas hortalizas mediante deshidratadores solares de construcción casera, con el propósito de conservar la producción de épocas de abundancia y aprovecharla en tiempos de escasez o para su venta. Aunque pareciera una tarea fácil, se ha previsto la necesidad de capacitar a los habitantes para criar especies menores como conejos y gallinas.

Hogar, dulce y ecológico hogar
La seguridad alimentaria es el principal motor de las acciones que realizan los integrantes del IIESES y los estudiantes que conviven diariamente con los habitantes de las comunidades. Además de las acciones mencionadas, se pretende propiciar la transformación de viviendas que proporcionen los medios idóneos para la seguridad al optimizar recursos, conservar la energía, reciclar los desechos y utilizar instalaciones alternativas que mejoren su relación con la naturaleza.

Luz Angélica Gutiérrez señaló que todas las viviendas impactan de alguna manera el medio ambiente, por lo que encontraron tres factores que deberían considerarse, los relacionados con el manejo del agua, la energía y de desechos sólidos y líquidos. Las instalaciones alternativas que se propusieron son promovidas por la UV desde hace 15 años en zonas como la reserva de Los Tuxtlas y las comunidades de Coatepec, Cosautlán y Xico.

Con lo anterior, se propuso la transformación de las viviendas en los siguientes aspectos. Se prefiere la utilización de un sanitario que no usa agua y transforma los desechos sanitarios en tierra de composta. En cuanto al tratamiento de aguas jabonosas, se limpia mediante una trampa de grasas y un filtro de grava y raíces de plantas, para utilizarla como agua de riego.

Para la cocina se diseñó una estufa ahorradora de leña de hasta 50 por ciento, al tiempo que permite aprovechar de mejor manera el calor con el uso de dos y hasta tres hornillas. La salida adecuada del humo contribuye a disminuir considerablemente las enfermedades pulmonares.

Los desechos sólidos de animales y de los habitantes se manejan de una forma adecuada (lombricomposta), que provee de abono para las plantas, alimento para las gallinas y aves en general por las lombrices, larvas y otros insectos, al tiempo que ayudan a remover y desmenuzar la composta; asimismo, se deja atrás la costumbre de quemarlo todo.

También se pensó en la recolección de agua de lluvia, para lo cual se pensó en un decantador y un filtro de agua de lluvia que puede integrarse a la cisterna o a la casa directamente. En cuanto al manejo y conservación de suelos y laderas, se propuso el trazo de surcos, terrazas y camellones a nivel, el manejo de aguas en escorrentía, el trazo de caminos en pendientes y otras acciones para evitar la erosión, conservar la humedad y propiciar la fertilidad del suelo que se traduzcan en la mejora de la productividad.

Lo anterior es vital porque se debe propiciar el excedente en la producción con fines de venta, ya que hasta el momento la mayoría de las personas con las que han trabajado producen solamente para el autoconsumo. Esto es trascendental, indicó la investigadora, porque muy pronto el Tratado de Libre Comercio abrirá las puertas a todos los productos agrícolas, lo cual causará un gran impacto en las familias de alta marginación que se sostienen del campo porque serán abrumadas por la baja de precios de sus productos.

La forma que ha ideado el IIESES para protegerlos es con la creación de una agencia de desarrollo rural y con la transformación de sus viviendas en beneficio propio, de la ecología y, principalmente, de su entorno que debe ser aprovechado. Además de la venta de café, vainilla y pimienta, los investigadores observaron la importancia de la comercialización de la hoja de plátano a Estados Unidos para la elaboración de tamales y a las cerilleras. Con esta información, dijo la directora, se pretende conocer el mercado y ayudar a los habitantes para que no dependan de un intermediario.

Para lograr sus objetivos se debe procurar que las viviendas completen el ciclo productivo y aprovechen los recursos generados con desechos, cultiven apropiadamente una hortaliza, un jardín, críen animales domésticos y produzcan materiales de construcción y combustibles. Aunque existirán diseños y posibilidades para cualquier situación y espacio, la promoción dependerá del cambio de hábito que el usuario pretenda asumir.