Año 7 • No. 285 • Octubre 15 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Ante la falta de políticas públicas suficientes
Debe UV crear un cambio
cultural para prevenir el VIH
Alma Espinosa
Sólo diez por ciento de la población infectada sabe que tiene el virus
Carmen Soler Claudín, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que las instituciones educativas como la Universidad Veracruzana (UV) tienen la responsabilidad de impulsar un cambio cultural para detener la transmisión del VIH, ante la ausencia de políticas públicas suficientes y adecuadas para evitar que los índices de mortandad por esta enfermedad sigan incrementando.
En entrevista a propósito de su visita para impartir un curso solicitado por el Centro de Atención Integral para la Salud del Estudiante Universitario (Cenati), la investigadora destacó que el cambio cultural es lo más importante en materia de prevención. “Se deben crear nuevos ciudadanos con conceptos diferentes y que a su vez eduquen a sus hijos de una forma distinta a la actual. La cuestión del cambio de cultura se refleja en varias generaciones y tenemos el ejemplo de cómo se ha logrado impactar en equidad de género, aunque todavía falta mucho por recorrer.

”Necesitamos cambiar los patrones culturales con el fin de que toda la sociedad ofrezca un ambiente propicio para que los jóvenes se protejan, pues ellos se están peleando contra la sociedad que les impide protegerse“, expresó. La UV –intervino Alma Cruz, directora del Cenati– contribuye con acciones concretas y con buenos resultados como las condoneras y el programa de prevención de VIH/Sida.


Carmen Soler Claudín, investigadora de la UNAM, ofreció un curso a integrantes del Cenati
Respecto de las políticas públicas, Soler Claudín, adscrita al Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, lamentó que haya muy pocas enfocadas a la salud y menos para el VIH, pues sólo existen para el acceso a antivirales, pero no para el diagnóstico voluntario, confidencial y gratuito, y otros aspectos que debería involucrar una política pública integral. De lo contrario, los esfuerzos aislados de asociaciones civiles no impactan.

A pesar de que el acceso a antivirales, abundó, es universal sólo diez por ciento de la población infectada sabe que tiene el virus y es la que lo solicita, pero ¿qué pasa con el 90 por ciento restante? Por eso es necesario que existan políticas públicas de diagnóstico.

Por ejemplo, con la prevención materna-infantil se reduciría a menos de uno por ciento la transmisión del virus a los recién nacidos. Cuando se hace esta crítica al gobierno responde que si la mujer embarazada pide medicamento se le da, pero regresamos a la misma pregunta ¿cómo sabrá que está infectada?
“Si no haces una política pública que impacte todos los componentes de ese aspecto nunca pasará nada. Necesitas tener acceso a diagnóstico temprano, medicamentos, a una atención adecuada y temprana por el parto, de preferencia por cesárea, educar a las personas para que no den lactancia materna y darles la leche artificial. Todo esto completa una política pública que resultaría en la detención de la transmisión del VIH”, comentó la ex coordinadora del Programa de prevención y control del VIH/SIDA de la Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal.

La falta de políticas públicas deviene en cómo el gobierno considera a la sociedad y qué beneficios quiere darle; sin embargo, está aparejado con la asignación de presupuesto porque las políticas públicas no funcionan si no tienen dinero asignado: “En nuestro país tenemos discursos maravillosos, pero luego realmente el dinero se pone en otros lugares y no en políticas sociales y de impacto universal”, aseveró la investigadora.