Recuerdo
que por el año de 1993 una amiga, que entonces era responsable
de la Dirección de Recursos Humanos de Bancomer en Veracruz,
me dijo con tremenda cara de aflicción: “ayer nos llamaron
de la oficina regional para decirnos que va a iniciar la reingeniería,
¿qué voy a hacer?” No supe entonces que decirle
y mejor nos fuimos a una conocida cantina de la ciudad a llorar su
terrible desgracia.
Entonces lo identificábamos con un severo recorte de personal
y la contratación de jóvenes que, sin saber del negocio,
tomaban decisiones que llevaron a muchas instituciones a situaciones
difíciles. Luego supe que lo que ellos llamaban reingeniería
no era más que un disfraz del recorte y que no se aplicaron
de manera correcta las técnicas de esta eficaz herramienta.
Pero como dice el doctor Guillermo de León: “veamos de
qué va la cosa”.
El concepto completo es Reingeniería de procesos y por supuesto
parte de entender lo que son los procesos y su papel en la búsqueda
de la excelencia organizacional.
Hacia finales de los años 60 algunas empresas japonesas, Toyota
principalmente, comenzaron a poner en el centro de sus esfuerzos al
estudio y mejora de los procesos, haciendo que sus experiencias fueran
tomando cada vez más fuerza y adoptadas desde entonces, por
la mayoría de las organizaciones de clase mundial.
La calidad total, el justo a tiempo, Poka Yoke y en general todas
las herramientas actuales para la mejora organizacional, se basan
en el enfoque a procesos, esto implica que la organización
se enfoca en el negocio y se orienta hacia el cliente en lugar en
lugar de a una serie de funciones organizadas.
Seguramente es por eso que en el punto 4.1, la norma ISO 9001:2000
establece que la empresa debe:
“a) Identificar los procesos necesarios para el sistema de gestión
de la calidad y su aplicación a través de la organización.
b) Determinar la secuencia e interacción de estos procesos.
c) Determinar los criterios y métodos necesarios para asegurarse
de que tanto la operación como el control de estos procesos
sean eficaces.
d) Asegurarse de la disponibilidad de recursos e información
necesarios para apoyar la operación y el seguimiento de estos
procesos.
e) Realizar el seguimiento, la medición y el análisis
de estos procesos.
f) Implementar las acciones necesarias para alcanzar los resultados
planificados y la mejora continua de estos procesos.”
Para evaluar
los procesos, en primer lugar, debemos identificar su pertinencia
con el modelo de negocio, con el entorno y con otros procesos de
la organización; en segundo lugar, debemos identificar las
condiciones de efectividad con que funciona el proceso, para lo
que es conveniente tener un conjunto de medidas de rendimiento claves,
que pueden ser evaluadas sistemáticamente y que son parte
del éxito del negocio.
Así, la reingeniería de procesos es un método
que se aplica en la organización para alcanzar un cambio
radical de rendimiento, se basa en una reconcepción y rediseño
radical de los procesos del negocio y espera alcanzar mejoras importantes
medidas en costos, calidad, servicios, etcétera.
El cambio radical implica repensar todas las estructuras y los procedimientos
existentes e inventar maneras totalmente nuevas para realizar el
trabajo. La reingeniería no es cosa de pequeños cambios
que maquillen la situación actual, sino de grandes saltos
hacia nuevas formas de hacer lo que el corazón del negocio
indica.
El asunto es determinar primero lo que la organización debe
hacer y luego cómo es que debe hacerlo. Buscar, en primer
lugar, aquellos aspectos en los que intentar un cambio ofrecerá
resultados impactantes es una buena forma de iniciar, algunos autores
identifican estos aspectos como los Puntos de innovación
radical y son aspectos que impactarán al cliente.
Las fases que implica un programa de reingeniería son los
siguientes:
Fase
1. Descubrimiento
Se crea una visión estratégica del negocio y se determina
como se pueden modificar los procesos para alcanzar la visión.
En esta fase se trata de seleccionar el proceso objeto de la reingeniería
a través de la formación de equipos multidisciplinarios
que deben repensar la estrategia de la organización; es importante
identificar los valores y la cultura organizacional para determinar
la profundidad y posibilidades del cambio a emprender. En ocasiones
es preciso romper paradigmas prevalecientes respecto a la organización
y sus productos.
Fase
2. Rediseño
En esta etapa se confirma el equipo de proyecto considerando que
emprenderá un trabajo mucho más intenso, se realiza
un mapeo riguroso de los procesos a ser rediseñados y se
analizan relaciones con proveedores, clientes y procesos de apoyo.
Es conveniente refrendar el compromiso de la alta dirección
Fase
3. Ejecución
Una vez realizado el rediseño se requiere de movilizar a
la organización estableciendo la comunicación pertinente
y actuando con tal decisión que supere la natural resistencia
al cambio.
Es preciso también realizar las mediciones y comprobar constantemente
que los resultados son los esperados y que los clientes y partes
interesadas han percibido los beneficios del cambio.
En resumen,
no olvidemos la importancia de identificar los puntos de innovación
radical enfocándonos en aspectos que permitan lograr un ventaja
competitiva; acompañar el programa con un fuerte liderazgo,
una gran enjundia y decisión por parte de la alta dirección
que supere el escepticismo, la resistencia al cambio y los muros
entre las áreas funcionales de la organización; formar
equipos interdisciplinarios, autodirigidos y con el poder suficiente
para la implementación de los cambios requeridos; dotar al
proyecto de la tecnología de la información que realmente
agregue valor.
Generar cambios radicales sin participación, ni objetivos
estratégicos claros, sólo llevará al caos y
al fracaso.
Hasta aquí la reingeniería, pero recuerden que yo
sigo esperando sus comentarios en el correo electrónico otflores@uv.mx.
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