En
el siglo XX surgió una clase política (1) que intentó
unificar la ideología y gestar el nacionalismo. (2) Persiguiendo
una lógica para el desarrollo, el Estado requirió de
mentes cada más educadas. Aunque había ya buenos cimientos
provenientes de los siglos XVIII y XIX a través de diversos
pensadores, tales como Lucas Alamán, Lorenzo de Zavala, Fray
Servando Teresa de Mier, José María Luis Mora, Valentín
Gómez Farías, Ignacio Manuel Altamirano, Vicente Riva
Palacio, Justo Sierra, Benito Juárez, Francisco Zarco, Ignacio
Ramírez, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Ponciano Arriaga,
Ignacio Manuel Altamirano, y una lista interminable. Además,
el pensamiento mexicano se fortalecería gracias a diversas
influencias: el positivismo, el liberalismo, la Revolución
Rusa; el idealismo Alemán, y otras. (3) Por otra parte, en
el siglo XX no hubo excepciones, ya que surgieron pensadores como
Manuel Gamio, Luis Chávez Orozco, Justo Sierra, Emilio Rabasa,
Carlos Pereyra, José Valadés, José Vasconcelos,
Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Jesús
Silva Herzog, José Revueltas y Daniel Cosío Villegas,
entre otros.
De igual forma, hubo otro tipo de pensadores que no sólo contribuyeron
al estudio de las ideas políticas, sino que las llevaron a
la práctica. Característica de uno de los políticos
más influyentes del siglo XX: Jesús Reyes Heroles. En
este texto se aborda a este personaje a partir de tres hipótesis:
1) En los años 50 el sistema político mexicano inició
una fase de debilitamiento; los críticos más certeros
auguraban el fin de la ideología dominante; 2) Aún quedan
sin analizar diversos pensadores mexicanos que desde la praxis política
generaron cambios sustanciales en el sistema político; 3) Jesús
Reyes Heroles intentó entrelazar la tradición liberal
con la idea revolucionaria del bienestar social. Además, logró
reafirmar el pensamiento político a través de reformas
político-electorales de larga duración. La
crítica al sistema político mexicano
Si analizamos la bibliografía de la primera mitad del siglo
XX, un sector crítico -véase Daniel Cosío Villegas
y Jesús Silva Herzog-, señalaban que la Revolución
Mexicana incumplía sus promesas, como la promoción
de la justicia social, la democracia, la defensa de la soberanía,
y en el campo económico, no generaba un desarrollo industrial,
ni un desarrollo económico para todos los mexicanos.
Pese a esas críticas, los arquitectos y beneficiarios del
“milagro mexicano”, insistían que la Revolución
Mexicana seguía viva, y usaron enormes cantidades de recursos
materiales y de oratoria para demostrar que el proyecto político
y económico era, ni más ni menos, la continuación
de la Revolución Mexicana por otras vías. En el mundo
bipolar de la Guerra Fría, la elite política mexicana,
no quiso identificar su estatismo con el socialismo soviético,
ni su capitalismo con el modelo norteamericano.
Jesús
Reyes Heroles: Semblanza (4)
Jesús Reyes Heroles nació el 3 de abril de 1921, en
Tuxpan, Veracruz. Hijo de Jesús Reyes (de origen español)
y Juana Heroles. Cuando se dio la expropiación petrolera
el 18 de marzo de 1938, era un joven que apenas finalizaba su educación
preparatoria en el Instituto Científico y Literario de San
Luis Potosí. En 1939 viajó a la ciudad de México
a estudiar Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM); ahí iniciaría su carrera política.
En 1939 se afilió al Partido de la Revolución Mexicana
(PRM); para entonces colaboró como secretario particular
de Heriberto Jara, presidente del CEN del PRM. Entre 1940 y 1944
fungió como asistente del secretario particular de Antonio
I. Villalobos, presidente del CEN del PRM.
Al tiempo de estudiar Derecho, compartió cursos con Luis
Echeverría Álvarez y José López Portillo.
Fue discípulo de Mario de la Cueva y de Antonio Martínez
Báez. En 1944 culminó sus estudios titulándose
con la tesis Tendencias Actuales del Estado. En 1945 viajó
a Argentina para realizar sus estudios de Posgrado en el Colegio
Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires. Su actividad política
y profesional fue prolífica: jefe de Estudios Económico
de Ferrocarriles Nacionales (1953-1958); diputado de la XLV Legislatura
del Congreso de la Unión (1961-1964); director de PEMEX (1964-1970).
En 1968 fue invitado como miembro de la Asociación Mexicana
de la Historia, y en 1969 ingresó a la Real Academia de Historia
de Madrid. En diciembre de 1970, el presidente Luis Echeverría
lo nombró director del combinado industrial de Ciudad Sahagún;
en 1972 fue presidente del PRI; en 1975, director general del Instituto
Mexicano del Seguro Social. Uno de sus más importantes cargos
fue en el sexenio de José López Portillo (1976-1982),
como secretario de Gobernación (1976-1979). Su último
cargo fue en la Secretaría de Educación Pública
(1983-1985). En marzo de ese año se trasladó a la
ciudad de Denver, donde moriría.
Su prestigio académico ha sido reconocido en distintos ámbitos,
su obra también es prolífica –véase,
El Trimestre Económico, Cuadernos Americanos y Problemas
Agrícolas e Industriales de México–. Fue autor
de varios libros, entre los que figuran: El Liberalismo mexicano
(1961); En busca de la razón de Estado (1981); Mirabeau o
la política (1983); Cuestiones Internacionales; Discursos
políticos (1985); Educar para construir una sociedad mejor
(1985); El liberalismo en pocas páginas (1985); Ensayo sobre
los fundamentos políticos del Estado contemporáneo
(1989); La carta de la Habana; La historia y la acción (1968);
Nuestro petróleo: Homenaje al 30 aniversario de la expropiación
petrolera (1968); Política Macroeconómica y bienestar
de México (1983);Tendencias Actuales del Estado (1988).
El
ideólogo y la reforma política
Jesús Reyes Heroles diseñó un proyecto para
modernizar los procesos políticos y electorales. Dicho proyecto
surgió en dos ámbitos. El primero, como presidente
del PRI. Sin embargo, “Los tiempos y las condiciones históricas
que tanto importaban a Reyes Heroles fueron más lentos de
lo que pensó [sus reformas] se enfrentaron a las críticas
y a la oposición de las fracciones conservadoras del partido
y del grupo en el poder”. (5) En ese sentido, Carlos Monsiváis
señalaba: “Extraño destino: un hombre profundamente
inteligente, obsesionado con la importancia de las ideas en la vida
de la República, que de hecho careció de interlocutores
políticos y que, en su propio medio, fue muy oído
y escasamente entendido, que fue muy admirado y apenas analizado”.
El segundo ámbito fue a través de su cargo como secretario
de Gobernación. (6) Al respecto existe un testimonio interesante,
López Portillo señalaba “[fue] al único
que le di a escoger puesto […] admirado compañero de
carrera y de cátedra. Siempre […] hice elogio público
de él. Cuando lo llamé a Coyoacán, en la última
decena de noviembre de 1976, bien entrada la noche le dije: Mi hermano,
si quieres escribir, te ofrezco un puesto de responsabilidad pero
quieto, como Nafinsa, en donde puedes organizarte y disponer de
tiempo. Si quieres ayudarme en serio, escoge entre Relaciones [Exteriores],
[Secretaría del] Trabajo y [Secretaría de] Gobernación.
Escogió Gobernación […] Yo confiaría
en su talento y energía, pues el problema económico
absorbería gran parte de mi atención (...)”.
(7)
La reforma política implicaba el compromiso de cuatro factores
fundamentales: 1) el sistema jurídico-electoral; 2) un acuerdo
político con las minorías partidistas; 3) una sociedad
civil y cultural con exigencias cada vez más sistematizas;
y 4) la voluntad del poder presidencial y el de sus instituciones
y sus actores. La reforma política promovió la llamada
Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales
(LOPPE), y fue puesta en práctica a partir de 1977. El proyecto
de reforma incluía el derecho a la información, la
tolerancia hacia el pluripartidismo, la institucionalización
y vigilancia de los procesos electorales. Por último, hay
dos asuntos que debemos anotar como trascendentales de esa reforma,
primero, se brindó una tregua relativa a los grupos “disidentes”
–la izquierda-; y segundo, dio la oportunidad de que dichas
organizaciones se integraran al juego electoral.
Jesús Reyes Heroles tuvo una personalidad indiscutible; supo
combinar la academia, con la audacia para sobrevivir en unos de
los partidos políticos más influyentes del siglo XX.
Si bien fue parte fundamental de un sistema que se caracterizó
por practicar la antidemocracia -cruel paradoja la de un liberal-,
también supo relacionar estratégicamente su posición
y utilizarla para fines académicos y políticos. Sin
embargo, aún falta mucho trabajo para entender el pensamiento
y labor de Jesús Reyes Heroles. Por ejemplo, faltan estudios
que aborden su papel en Petróleos Mexicanos, en la Secretaría
de Educación y en las Universidades. De ahí la importancia
de contar con una Cátedra que lleva su nombre y la Universidad
cede el espacio para revalorizar sus aportaciones.
La figura de Jesús Reyes Heroles, a diferencia de políticos
de su época, sigue contando con mucho prestigio, si bien
incursionó en un complicado camino, como lo fue el de las
reformas al sistema político, supo sortear las vicisitudes
encontradas, hechos que le llevaron al rompimiento, a la descalificación
y a la crítica más certera por parte de sus detractores
(8). Su partido político fue beneficiario porque gracias
a él, perfeccionó sus tesis ideológicas, y
le brindó legitimidad a sus acciones.
Actualmente se retoman muchos de los postulados de Jesús
Reyes Heroles en torno a la historia, la sociedad, el pensamiento
político, el Estado, y sobre todo a la necesidad de dignificar
la actividad política hoy día tan necesaria en nuestro
país.
(1) Identificamos
el concepto clase política de Gaetano Mosca, Elemti di scienza
política (1896). Es la estructura representante del poder
político.
(2) Véase, David, A. Brading, David, Orígenes del
Nacionalismo Mexicano, México, Sepsetentas, 1973.
(3) Véase, David A. Brading, David, “Darwinismo social
e idealismo romántico. Andrés Molina Enrique y José
Vasconcelos en la Revolución Mexicana”, en Mito y profecía
en la historia de México. México, Vuelta, 1989.
(4) Véase, Javier Lozada (Compilador), Homenaje a Jesús
Reyes Heroles, México, Gobierno del Estado de México,
1995. Además, se recomienda la lectura de Laura Solares Robles
y Agustín Sánchez González. Jesús Reyes
Heroles. Vida y Obra, México, Asociación de Estudios
Históricos y Políticos Jesús Reyes Heroles
A.C-F.C.E.-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1992.
(5) Yolanda Meyemberg, “Jesús Reyes Heroles”,
en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. UNAM.
Nueva época. Enero-Marzo de 1993, No. 151. pág. 96.
(6) Jesús Reyes Heroles sólo permaneció como
Secretario de Gobernación de 1976 a 1979. Existen versiones
sobre su rompimiento político, algunos son libelos políticos
y otros están documentados, tal como sucede con el caso de
José Agustín en su obra Tragicomedia Mexicana 3, México,
Planeta.
(7) José López Portillo, Mis tiempos. Biografía
y testimonio político, México, Fernández, p.
340.
(8) Desacreditaciones que por supuesto no abordamos en este trabajo
por considerarlas ajenas a los fines del mismo. |