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Es
un cálculo económico que Nietzsche negó
El dolor no es el precio a
pagar por un placer futuro
Alma Espinosa |
La
obra de Nietzsche, cuando aborda el tema del eterno retorno, se contrapone
a la idea de considerar al dolor como un paso para la obtención
de algo, afirmó el filósofo Tomás Pollán |
Las
sociedades contemporáneas dan un sentido al dolor basado en
la retribución que se tiene a cambio de experimentarlo, contrario
al planteamiento de Friedrich Nietzsche en su doctrina del eterno
retorno, en la cual el dolor es en sí mismo un fin, ya que
tiende a repetirse eternamente, manifestó Tomás Pollán
García en su conferencia “Eterno retorno y mentalidad
sacrificial” impartida en el congreso Nietzsche ¿ha muerto?,
organizado por la Universidad Veracruzana (UV) y la Fundación
Hombre y Mundo, A.C.
Tomás Pollán, académico de la Universidad Autónoma
de Madrid, explicó: “En la mentalidad sacrificial el
dolor, el sufrimiento, al margen del resultado, hacen al sujeto acreedor
a algún tipo de derecho y se recompensa con un valor adquisitivo
para comprar bienes o un valor en el sentido moral. Esta idea niega
al dolor su carácter de realidad última”.
Precisó que el dolor es inferido intelectualmente como una
obsesión del sentido y el modo más general en todas
las sociedades de darle sentido al dolor es mediante la mentalidad
sacrificial: “No en todas las sociedades existen los rituales
del sacrificio pero en todas las sociedades hay mentalidad sacrificial,
y así donde hay sacrificio, sea del tipo que sea, están
fundadas en un cálculo económico”.
El problema de la mentalidad sacrificial es que justifica el goce
y el placer no por sí mismos, sino en la medida en que es un
dividendo al que se tiene derecho después de ser pagado en
dolor, esta mentalidad persiste en la sociedad secularizada occidental,
destacó Pollán García. |
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