Año 7 • No. 286 • Octubre 22 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Confirma investigador estadounidense
Escasos los estudios de cultura pública en México

David Sandoval

Se requiere una etnografía profunda que aborde las interacciones sociales, recalcó John Haviland, antropólogo de la Universidad de California
No se ha realizado en México suficiente investigación antropológica sobre la cultura pública, lo cual permitiría abordar con su estudio las interacciones sociales que ocurren a diversos niveles, recalcó John Haviland, investigador de la Universidad de California en San Diego, en su ponencia presentada dentro de la segunda jornada del 50 aniversario de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV).

Haviland expresó que se requiere una etnografía profunda la cual aborde el tema de las interacciones sociales, donde una parte crucial del trabajo es el análisis del discurso y cómo lo construyen los sujetos en cuestión, para ello presentó su propia investigación realizada con los merolicos que laboran en la Alameda del Distrito Federal.

Con la conferencia “La mercadotecnia mágica de los merolicos”, el lingüista norteamericano planteó analizar las diferentes maneras con las cuales estos personajes citadinos ejercen una producción verbal que les genera un público y posteriormente una retribución económica.

El término merolico es completamente mexicano, destacó el conferenciante, y proviene al parecer del nombre Meroli Yock, quien era un polaco que llegó a la ciudad de México a mediados del siglo XIX para vender sus mercancías en las plazas públicas, por ello la deformación que tuvo su nombre se convirtió en denominación del personaje.

De acuerdo con el académico, existen ocho fases en el trabajo del merolico: reclutar gente del público, arreglar y controlar el escenario, involucrar y presentar a los clientes, inducir a la participación, interaccionar y persuadir agregando valor, demostrar poderes y peligros, pedir un regalo (en forma de cooperación) y soltar al público con promesas a futuro.

Los merolicos tienen un discurso que en realidad consiste en un cúmulo de discursos distintos que combinan términos de la religión católica, de la salud y enfermedad, del racismo, así como temáticas que incitan miedo en algunos de los espectadores, generando lo que se denomina una intertextualidad.

En esta intertextualidad se intercalan los discursos populares, es así que los merolicos reclutan, atrapan y atraen a sus clientes en un entretejido de posturas, creencias, prejuicios; haciendo referencia a la pobreza, identidad y mexicanidad, haciendo del sentido común y del discurso popular el sustento de su actuación, concebida por Haviland como “performance”.

Con ejemplos grabados en video, el ponente expuso los usos que los merolicos tienen del lenguaje, desde un estilo que invita a los espectadores a involucrarse mediante referencias personales cómicas hasta la demostración de poderes sobrenaturales mediante amenazas y una dosis de miedo que se le imprime a la presentación para tener a los espectadores como participantes.