Año 8  • No. 288 • Noviembre 5 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Candidato al Premio Nobel de Literatura
Se pronuncia Ernesto Cardenal por la revolución global definitiva

Edgar Onofre
El lunes, la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana a los doctores John B. Thompson, Felipe Garrido y Carlo Antonio Castro

El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal ha llamado la atención en el mundo entero por su firme militancia política al lado de la revolución permanente y de los pobres y oprimidos. También por su Oración por Marilyn Monroe y por fundar Solentiname, una comunidad autónoma ubicada en una isla y en la que se valoran como un bien común la igualdad, la justicia y la poesía.

Como él mismo concede, acaso el carácter revolucionario de su periplo literario termine por ser más importante que su obra estrictamente literaria. Al día de hoy, denuncia el acoso y campaña de desprestigio lanzada en su contra por parte del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa:

“Me veo en la penosa obligación de denunciar ante Nicaragua y el mundo que me ha llegado información de que el presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo se han alarmado por la promoción –sin ninguna participación mía– de mi candidatura al Premio Nobel por considerar que soy un adversario y que han decidido parar esta iniciativa lanzando una campaña de desprestigio, tanto nacional como internacionalmente, por todos los medios a su alcance.

”En caso de ser así, yo estoy indefenso ante esta campaña del gobierno de Nicaragua y lo único que puedo hacer es anunciarlo antes que suceda. Son muchos los medios que el gobierno puede lanzar contra mí y siendo muy fácil la presentación de falsas evidencias y falsos testigos y falsas pruebas y estando todos los juzgados y las instancias judiciales y aun la Suprema Corte de Justicia bajo su control, ante esta impotencia en que me encuentro no puedo sino decirle a Dios como en el Salmo: ‘Sin motivo me pusieron una trampa, hicieron un hoyo para que cayera en él, que caigan en su propia trampa’.”

La siguiente entrevista fue realizada en la víspera de su participación en la edición 2007 de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) y en ella Cardenal habla de la función social del escritor y el artista, del sistema de mentiras instalado en el mundo y del destino que espera a la fe y las religiones del mundo.

¿Los poetas del mundo –y los artistas en general– están cumpliendo con aquella sentencia que dice que “la única forma de decir verdad sobre la Tierra” es la poesía y el arte?
No soy yo quien dijo esto: eso es poesía tolteca, pero estoy de acuerdo con ello. Creo que el artista, el escritor y el poeta con su obra están diciendo la verdad cuando cumplen su vocación. Aunque no siempre lo cumplen. Pero cuando el arte está al servicio del hombre, como debe estar, nada del arte por el arte, sino al servicio de la humanidad, se hace avanzar a la humanidad.

¿El arte por el arte es hedonista, es vanidad de vanidades que dice el Eclesiastés?
Sí. La obligación del artista, como también dice el náhuatl, es crear rostros, hacer que la gente tenga su propio rostro.

Hay quienes aseguran que el mundo está viviendo un sistema de mentiras y que está complacido en ello, ¿qué opina al respecto?
Es cierto que vivimos en la mentira, la propaganda comercial o la propaganda política son ejemplos. La televisión, ¡cómo engaña a los pueblos! Pero para eso es que están el escritor, el artista, el poeta, para decir la verdad, para contrarrestar la mentira oficial que hay en el mundo entero. En todos los países de nuestra civilización impera la mentira.

¿Se puede pretender ser feliz viviendo en la mentira?
La gente podrá creer que es feliz. La verdad nos hará libre, dice Cristo. Y la verdad nos hará felices también.

Hace unos meses, Fidel Castro en uno de sus artículos criticó a los superrevolucionarios, que se entiende son personas que se pretenden tan inteligentes y críticas que los valores de la izquierda les quedan pequeños. Esto trajo una nueva discusión sobre la izquierda, ¿cuál es su opinión en esta polémica?
Todo lo que escribe Castro me interesa. En cuanto a la pregunta, izquierda significa estar con los pobres y los oprimidos. Derecha, estar con los ricos y opresores. No hay más posición que estas dos. Derecha e izquierda.
Y creo que nuestra obligación es estar con los pobres y despojados. Ésa es también la obligación de la Iglesia si quiere ser fiel a Jesucristo. Estar con los pobres y no con los ricos. Muchas veces la más alta jerarquía está más cerca de los ricos. Y no sólo en la Iglesia católica. También en las religiones cristianas y no cristianas.

Parece que el mundo llegó a la conclusión de que las revoluciones son inútiles porque se corrompen. ¿En verdad son inútiles?
No todas se han corrompido. Las revoluciones, como todo el universo, nacen, crecen y mueren y surgen nuevas revoluciones. Me parece que deben existir siempre en la humanidad porque son cambios necesarios. Y las revoluciones, dice Mao, son saltos en la evolución, lo cual me parece muy acertado.
Lo que Cristo vino a predicar a la Tierra fue el Reino de Dios y muchos teólogos dicen que “Reino de Dios” significó lo mismo que hoy significa la palabra “Revolución”. Era igualmente subversivo y eso fue lo que lo llevó a la muerte. Pero es lo mismo que ahora clama una multitud de jóvenes cuando dice: Otro mundo es posible. Y se puede agregar lo que el gran obispo de Brasil ha dicho: Otra Iglesia también es posible. Es decir, siempre tenemos que estar en revolución.

¿Cree que algún día los poderosos del mundo se den cuenta que las mentiras no son para siempre?
A largo plazo tenemos que llegar a eso. Tal vez cuando se realice la revolución en el mundo entero. La revolución global definitiva.

¿Podemos tener esperanzas? ¿Eso pasará algún día?
El cristiano tiene que ser optimista porque debe creer en el Reino de Dios que Cristo anunció que habría de venir. Debemos trabajar para que venga. Y también el revolucionario y el artista deben ser optimistas y creer que algún día habrá la sociedad justa y perfecta de la que habló Marx, la sociedad sin clases. Yo, como marxista que soy, y también cristiano, soy optimista y creo en el triunfo de la revolución. Y no sólo en este planeta, sino en todos los habitados, que deben ser muchos.

¿Cree en la posibilidad de una Latinoamérica unida? Y en todo caso, ¿qué nos uniría? ¿La política, la economía, el corazón?
Creo en la posibilidad y necesidad de esta Latinoamérica unida. La Revolución Bolivariana que ha empezado (el presidente Hugo) Chávez en Venezuela retoma la idea de Bolívar de una Latinoamérica unida que pueda hacer frente a América del Norte. Por eso es que es tan atacada por el gobierno de América del Norte.

En su libro La Sonrisa del Jaguar, Salman Rushdie dice que Nicaragua es un pueblo de poetas. ¿Acierta Rushdie?
Lo que él dice se dice mucho en Nicaragua. Pero no podemos decir que sea un pueblo de poetas, es exagerado, aunque sí predomina la poesía. Hay países donde predominan la pintura, la filosofía o ciencias u otra arte. En Nicaragua, la poesía es nuestra ocupación nacional desde Rubén Darío e incluso desde antes.

No hay duda de que usted además de ser leído y admirado es querido por sus lectores. ¿Cómo hizo para tocar el corazón de los hombres?
No estaba enterado de que fuera así. Pero si así es, se trata de la obra de Dios. Mi vocación ha sido la de poeta desde el nacimiento, pero también lo ha sido la religiosa y mi entrega a Dios. Me parece que es lo que me llevó a la poesía, y después a la Revolución y a Él mismo, quien a su vez me llevó al amor al prójimo, que es la Revolución.

Por su obra está destinado a la inmortalidad, ¿qué opinión le merece este destino? Y, en el mismo sentido, ¿qué tanto le interesa el Nobel?
El Nobel sería algo desagradable porque me haría muy famoso y eso es muy incómodo. También es muy improbable que me lo otorguen, porque los candidatos son muchísimos en el mundo entero.
Mi obra es bastante pequeña, no es grande hablando en términos literarios. T. S. Elliot decía que, a veces, la grandeza se da en la literatura por razones extraliterarias. Ese podría ser mi caso. La grandeza (de mi obra) podría estar en la causa a la que dedico mi poesía, aquello que me motiva a escribir, que es la liberación de los pobres. Lo que se ha llamado Teología de la Liberación es en mi caso Poesía de la Liberación. Estar con los pobres y los oprimidos. En la izquierda.

En un poema, usted asegura que Dios no es amigo de los dictadores, mientras que Saramago sostiene que a Dios debe gustarle mucho la sangre y que la gente se mate en su nombre. ¿Quién yerra?
La de Saramago es una metáfora, no un dogma. Dios es amor, fue la definición que nos dio San Juan. Pero San Agustín aclara: “Esto quiere decir amor entre los hombres”. No es que a Dios le guste la sangre. Ha sido víctima de aquellos a quienes gusta la sangre, incluso dio su sangre por nosotros.

Hay pensadores que vaticinan el fin del cristianismo y el advenimiento de una era marcada por el Islam, ¿qué opina de ello?
Sostengo el pluralismo religioso. Es la nueva tendencia religiosa que estamos empezando a afianzar y que irá creciendo en el futuro. Anteriormente, cada pueblo tenía su propia cultura, su propia lengua y su propia religión y todos creían que la suya era la religión verdadera. En nuestra época se están juntando las religiones.
En Nueva York, en un mismo edificio viven representantes de todas las religiones de la Tierra y en el trato mutuo se están conociendo entre ellos y se dan cuenta de que su religión no es la única ni la única verdadera. Este pluralismo religioso significa que todas las religiones son verdaderas (y falsas también, porque en todas hay alguna falsedad: por ejemplo, creer que es la única). Creo que la religión del futuro no será una sola, sino todas, cada una con su verdad y sin desautorizar a las otras religiones.