Juana
Martínez Domínguez, María Eulogia Santiago
y Rosa María García Alarcón fueron las ganadoras
del primero, segundo y tercer lugar, respectivamente, del concurso
al mejor tamal, organizado por los integrantes de la Casa Molino
de San Roque de la Universidad Veracruzana (UV).
Sin embargo, los verdaderos ganadores son sus familias y las de
otras 44 mujeres que participaron en la elaboración de tamales,
pues sus recetas fueron mejoradas nutrimentalmente con la ayuda
de nutriólogas universitarias.
Todo comenzó cuando los integrantes de la Casa se dieron
cuenta que las señoras de las colonias aledañas tienen
la deliciosa costumbre de preparar tamales y ofrecerlos como alimento
diario, en festividades y como una prueba de afecto y agradecimiento.
Ante la apabullante presencia del ancestral alimento y los notables
padecimientos de salud relacionados con la mala alimentación
(altos niveles de colesterol, triglicéridos e hipertensión),
se organizó la “Fiesta del tamal”, que además
de ser un éxito se convirtió en una gran verbena donde
hasta música
y baile hubo.
La fiesta cumplió con varios objetivos. Uno fue la convivencia
con las mujeres de la comunidad que compartieron sus recetas y con
sus familiares, ya que fueron a echarles porras en el evento principal:
el Concurso del tamal, al que se registraron 47 recetas de tamales
originarios de distintas regiones del estado de Veracruz.
De acuerdo con la doctora de la Casa de la UV, Laura Beverido Duhalt,
otro objetivo fue el reivindicar el tamal como alimento mexicano
que está asociado con las grandes festividades como bodas,
bautizos, cumpleaños. No hay fiesta grande en México
que no tenga que ver con los tamales.
Son un alimento muy importante porque tienen los tres grupos de
alimentación necesaria: verduras, cereales y grasas. De ahí
surge el tercer objetivo y tal vez el más importante: equilibrar
los ingredientes, disminuir el uso de grasas animales (manteca)
e introducir variedades que incluyan vegetales cocinados de forma
idónea para que no pierdan sus propiedades nutrimentales
y vitamínicas.
Con la ayuda del equipo de brigadistas de servicio social de la
Facultad de Nutrición, liderado por Miriam del Carmen Cruz
Leyva, se elaboró un recetario que incluyó todas las
creaciones culinarias participantes y por cada una se elaboró
una tabla con la información nutricional y contenido calórico,
con la finalidad de que las mujeres tuvieran datos concretos y una
herramienta invaluable para cuidar la alimentación de su
familia.
Además de encontrar una gran variedad de ingredientes, envolturas,
cantidades y sobre todo formas de preparación, del recetario
se rescató la receta con más kilocalorías,
530.3 para ser exactos, la cual entre los ingredientes más
dañinos contiene kilo y medio de manteca de cerdo y cinco
tazas de caldo de pollo; por el contrario, la más baja en
cuanto a kilocalorías, 76, fue la que sólo necesitó
800 gramos de manteca y dos cucharaditas de aceite para el relleno.
Para que las cocineras comprendieran la trascendencia de lo anterior,
Miriam Cruz ofreció una charla y se proyectó un breve
documental con el origen del tamal y su presencia en
otros países.
Si bien los principales benefactores de los tamales enriquecidos
serán los familiares y amigos cercanos de las cocineras,
en la Casa de la UV siempre se contempla la parte social y desde
luego la de salud. Por ello, se hará la propuesta de incluir
tamales en los desayunos escolares, con lo que se obtendrían
numerosas ventajas respecto de los persistentes grados de desnutrición
y el creciente número de sobrepeso y obesidad infantil que
impera en la zona.
Variedad
y exquisitez culinaria
Los tamales también pueden ser una mercancía. Esto
fue lo que les explicó Rocío Cruz Camacho del Centro
de Incubación y Desarrollo Empresarial de la UV, quien invitó
a todas a acercarse a esta dependencia para que analicen sus posibilidades
de emprender un negocio con capital federal. La respuesta fue inmediata
y más de tres se interesaron y preguntaron sus posibilidades
en la venta no sólo de tamales, sino de otros productos.
La gran fiesta del tamal, además de ser una buena razón
para reunirse y comer juntos unos ricos tamales, cumplió
con objetivos muy ambiciosos que todavía no terminan, pues
se invitará a las cocineras a participar en un taller de
alimentos en el que se les enseñará la forma idónea
de preparar alimentos nutritivos, ricos y de bajo costo.
No obstante, muchas de ellas ya han participado en estos talleres
que ofrece continuamente la Casa de la UV, muestra de ello fueron
las despensas entregadas y las menciones que se hicieron a Nunila
Hernández Gabriel, Teodora Alarcón Morales y Emma
López Ceballos, por realizar los tamales con mayor valor
nutricional.
Por su parte, Julia Martínez Luna, Reina Garrido Cervantes,
Martha Saldaña Hernández, Eutiquia del Ángel
Bautista, María Luisa Hernández Hernández,
Esther Luis Ortiz y Agustina García Sánchez se hicieron
ganadoras a una mención y a una despensa por cumplir con
las exigencias de los jueces (sabor, presentación, originalidad,
tradición y valor nutricional).
El jurado estuvo integrado por Alejandro Moreno, jefe del Departamento
de Vinculación Social de la Dirección General de Vinculación
de la UV; Alicia Moreno Brizuela, secretaria técnica del
Consejo Estatal de Población; Elsa Beverido Duhalt, chef,
restaurantera y maestra en Gastronomía; Susana Sánchez
Viveros, académica de la Facultad de Nutrición, y
Josefa Ramírez, experta con más de 30 años
en comida tradicional. A la premiación también asistió
Patricia Faisal León, presidenta del Voluntariado de la UV.
Juntos y con no poca dificultad por la variedad y exquisitez de
los platillos, los jueces debieron decidir a quién darle
el primer, segundo y tercer lugar, y los tres mil, dos mil y mil
pesos, respectivamente. Así, le dieron a Rosa María
García el tercer lugar por sus chocos agrios, el segundo
a María Eulogia Santiago por su tamal de chile seco y el
primero a Juana Martínez por su tamal ranchero.
Todavía emocionada y con lágrimas a punto de bañar
su cara, la ganadora del primer lugar fue la primera en inscribirse
al concurso y hasta bromeó al decir que sabía que
ganaría. Aunque, en entrevista confesó que los días
previos al concurso estaba nerviosa pero el mero día, a las
cuatro de la mañana, hora en que comenzó a preparar
los tamales, ya no estaba tan confiada. Con la sonrisa que emanaba
y hasta contagiaba, doña Juana pensó en cómo
le ayudarían los tres mil pesos para los gastos de sus hijas
y esperemos que también destine una parte para ella.
Casa
UV Molino de San Roque
Héctor Cruz González, coordinador de la Casa UV Molino
de San Roque ubicada en una zona marginada de Xalapa, comentó
que los habitantes del lugar dan buena acogida a los estudiantes
de la Brigada Universitaria de Servicio Social, integrada en su
mayoría por jóvenes del área de Ciencias de
la Salud. Como parte de prácticas o experiencias educativas
también asisten de Artes y Humanidades.
Explicó que la idea de la Casa es vincular a la UV (investigadores,
académicos y estudiantes) con las comunidades y las instituciones
gubernamentales (Secretaría de Desarrollo Social, principalmente).
Aunque el funcionamiento de la Casa inició formalmente en
2002, sus antecedentes se remontan a 1999 con un proyecto de rescate
del río Carneros y posteriormente del Sedeño.
Si bien no se puede evaluar el impacto de la Casa de la Universidad,
Héctor Cruz dijo que la población solicita la presencia
de universitarios porque encuentran beneficios como la atención
en salud que los hospitales o clínicas no les proporcionan,
además de que se trabaja en el tema del medio ambiente. En
correspondencia, los jóvenes adquieren habilidades y elementos
de trabajo que no pueden obtener en el aula.
Para hablar de la salud de la comunidad, Laura Beverido dijo que
junto con el doctor del programa federal Oportunidades, ha observado
un gran número de diarreas y problemas en vías respiratorias,
principalmente en niños. En adultos mayores hay presencia
de enfermedades crónico-degenerativas como hipertensión
y diabetes. Aunado a lo anterior, se suman los problemas sanitarios
de la colonia: drenaje a cielo abierto, acopio insuficiente de basura
y mal suministro de agua.
Para conocer un diagnóstico más preciso de la salud
de la población, un equipo de la maestría en Salud
Pública, del Instituto de Salud Pública de la UV,
realizará una investigación para conocer las características
de salud-enfermedad de la población y explicará las
causas de la situación. Esto con el fin de implantar acciones
de salud para minimizar los daños existentes, prevenirlos
y promocionar medidas que mejoren las condiciones y los estilos
de vida de la población.
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