Año 8 • No. 290 • Noviembre 19 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Exponen, venden y proponen
Destacan estudiantes de Artes
en la Pinacoteca Diego Rivera
Gina Sotelo

Si bien el mercado del arte en México no es una empresa boyante para los artistas con trayectoria, a los estudiantes les resulta un tanto más complejo abrirse paso en este rubro cada vez más competitivo pues el arte parece ser ya un artículo de lujo, lo que cierra las puertas a los noveles talentos que luchan por abrirse paso en una galería o en un concurso.

Sin embargo, no son pocos los ejemplos de estudiantes y egresados de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV) que a fuerza de arduo trabajo logran empezar a destacar, tal es el caso de Arturo Tempa, Amado Flores y María Elisa Rivera, quienes recientemente expusieron en la Pinacoteca Diego Rivera como parte de la colectiva Enfoques.

Arturo Tempa es egresado de la Facultad de Artes; el joven pintor no sólo expuso El silencio de la sirena (óleo sobre tela, técnica mixta, 130 x 90 cm) sino que además tuvo la oportunidad de vender su obra a una pareja de canadienses. Podría decirse que el género que mejor domina es el realismo mágico, integrando elementos figurativos con subjetivos, logrando así una obra enriquecida en propuesta.
Arturo actualmente está dedicado 100 por ciento a uno de sus grandes retos: su titulación. La dualidad de la imagen femenina en el arte es el tema con que realizará su examen práctico artístico: “En este momento estoy en un proceso de investigación y experimentación a través de mi obra pictórica; espero estar titulado para el primer trimestre del año entrante”.

El pintor sabe que el tema que eligió es muy extenso pues ha sido una constante en la historia del arte, ése es el atractivo: “La mujer ha sido un ícono en la formulación de la historia social. Por un lado es la bruja, la hechicera, la prostituta, todo lo malo que nos corrompe, y por el otro es la virgen, la madre, la compañera, la divinidad; son los dos polos en una persona”.

Partiendo de la teoría de autoras como la filósofa Graciela Hierro, la historiadora Erika Bornay o la artista plástica Gladys Villegas, Arturo opondrá en una pieza ciertos estereotipos; su objetivo es lograr seis cuadros que reflejen esta dualidad.
A la fecha ha participado en varias exposiciones colectivas y una individual; su obra se ha vendido con regularidad, lo que le da una motivación extra. Acerca del reto que significa exponer en Xalapa, menciona que ellos como recién egresados no están por debajo de ningún artista: “No debería haber etiquetas de ‘estudiante’ o ‘artista consagrado’, es la obra la que tiene que hablar”.

Amado Flores es originario de Tuxpan y también acaba de egresar de la Facultad de Artes. Él expuso Entre nubes (acrílico sobre tela de 95 x 130 cm). El concepto que maneja se centra en la figura humana y la naturaleza. Es una pieza alegórica que simboliza a la mujer en la naturaleza como un ser que alimenta y da vida a otros seres.

Pero a diferencia de seguir el canon occidental, Amado plasma una mujer con características fáciles de identificar y relacionar con nuestro entorno veracruzano, y él mismo explica el porqué: “La relación que llevo con mi familia, especialmente con mi madre, es muy estrecha. Por eso retrato a una madre en la naturaleza como la veo, cobijándonos pero a la vez necesitando de nosotros. Al final todo es un complemento”.

Agrega que como creador no tiene por qué copiar o importar estereotipos, sino usar sus propias herramientas para comunicar, así el público logrará una relación
directa, una identificación con la obra.

Amado también ha expuesto de manera individual como en Arte y color, Naturaleza interrumpida y Mil formas, una expresión, así como también de manera colectiva. Coincide con Arturo en que el arte no debe ser clasificado de ninguna manera: “Es un lenguaje universal que transmite ideas, conceptos y sentimientos pero sin ser encasillados”.

Debutando en el mundo de las exposiciones, María Elisa Rivera estudia el quinto semestre de Fotografía. Ella presentó en Enfoques un par de fotografías realizadas con su cámara estenopeica o cámara fotográfica sin objetivo (8 x 10 pl). El resultado no pudo ser más experimental siguiendo el principio básico de la fotografía.

La temática es muy simple, dice Elisa, para quien el hombre es natural pero por necesidad tiene que recurrir a la tecnología: “Por influencia social tienes cama y ropa, pero siempre tendemos al origen, a la espiritualidad, al razonamiento, a los sentimientos, incluso al llanto; es por eso que hay un personaje vestido y otro desnudo y ambos tienen una cámara”.

Para Elisa, exponer en un lugar como la pinacoteca es algo así como “gasolina para seguir trabajando”, a la vez que motivo de satisfacción: “Es bueno saber que tu escuela te apoya, porque exponer solo es siempre más difícil. Ver tu obra te da gran satisfacción, sobre todo al ver cómo la gente percibe el mensaje que quisiste transmitir”.

Tras esta exposición Elisa prepara la que será su primera exposición individual, misma que quiere presentar en unos meses en el Barrio del Artista
en Puebla.