Año 8 • No. 290 • Noviembre 19 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Para comprender la realidad de AL
Deben planes de estudio contemplar
áreas distintas a las convencionales
David Sandoval
La clave para comprender la realidad latinoamericana y poder incidir en ella mediante el desarrollo sostenible es aplicar el paradigma de la complejidad en la educación superior; es decir, lograr que los planes de estudio contemplen áreas o metodologías distintas a las convencionales, afirmó Julio Carrizosa Umaña, académico de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales de Colombia, en su presentación dentro del II Simposio Veracruzano de Otoño.

En su conferencia, el profesor colombiano mencionó el papel que las universidades tienen en el debate mundial sobre el desarrollo sostenible, destacando que son las instituciones de educación superior las que deben profundizar el concepto y generar definiciones acordes con la realidad de cada nación.

Como punto de partida explicó que no existe una definición única del desarrollo sostenible, precisando que hay muchas ideas de él; aunque en realidad la historia de nuestros países es muy compleja para basarse en una definición que no incorpore el aspecto histórico.

Para plantear una definición más adecuada al contexto latinoamericano se debe preguntar “¿Qué es lo que se debe sostener? ¿Qué es lo que podemos sostener y cómo se puede sostener?”, contemplando al conocimiento, la emoción, el capital y la solidaridad como los elementos clave para responder estas preguntas.

Asimismo, el papel de las universidades es profundizar en el concepto de desarrollo sostenible, conocer su origen para tener la capacidad de establecer una definición más amplia pues las necesidades que lo originaron –la escasez en la pesca y la pérdida de bosques tropicales– no han sido resueltas, por ello propuso que el término se refiera a un “desarrollo que alcance a satisfacer las necesidades humanas”.

Todos los países deben contemplar los objetivos, factores y límites del desarrollo, comentó Carrizosa; en el caso de las universidades colombianas se adopta una definición que ubica el crecimiento económico como meta, el bienestar humano y social como un factor para realizarlo y los recursos naturales como límite.

El principal problema de los sistemas de enseñanza occidentales, apuntó el catedrático, es que centran sus esfuerzos en generar unos pocos ganadores, basados en enfoques mercantilistas. Incorporar la complejidad implica incorporar ética y valores como la compasión, frugalidad y austeridad para comprender que se es parte del ambiente y de la realidad.