Usted
nació en Chiapas, ¿cómo fue su educación
y el entorno en general donde se forma?
Sí, nací en Chiapas pero casi no viví ahí,
estuve más o menos hasta los cinco años de edad, luego
nos trasladamos –bueno mi familia– a la Ciudad de México;
en Chiapas estuve sólo en ese tiempo… es que le hablo
de hace muchos años.
En ese tiempo la mayor parte de las familias enseñaban a
los niños en la propia casa a leer y a escribir, no había
una escuela como ahora, como el kinder que es obligatorio, eso no
se usaba; entonces, aprendí a leer y a escribir en mi casa,
aunque estuve como año y medio o dos en una escuela de monjas
clandestina, aunque todo mundo la conocía, a pesar de que
estaba prohibida la religión en ese tiempo; después
llegué a la Ciudad de México y ya me inscribieron
en una escuela primaria oficial y ahí terminé.
¿Dónde
se da el primer acercamiento con el arte o cómo es que
decide estudiar pintura?
Porque tenía la afición, tenía la vocación:
desde chico dibujaba, era ya una cosa natural. Dibujaba animales,
caballos, de todo, igual que otros niños, pero yo tenía
una cierta capacidad para hacer dibujos porque creo que cada persona
tiene una vocación, capacidades con las cuales nace, algunos
nacen para una cosa, otros nacemos para otra; entonces, yo tuve
desde pequeño afición y facilidad por el dibujo,
fue por eso que después de mis estudios normales elegí
entrar a una escuela de Bellas Artes. Estuve ahí cuando
empezaba a funcionar La Esmeralda, que era del Instituto Nacional
de Bellas Artes (INBA).
¿Cómo
fue esta etapa de estudiante en La Esmeralda? ¿Cómo
fue su relación con los maestros, a quién recuerda
más? ¿Quiénes fueron sus compañeros
de estudios?
Tuve muy buenos maestros, entre ellos a Antonio Ruiz “El
Corzo”, a María Izquierdo, a Diego Rivera que nos
daba Laboratorio; decía él que así se llamaba,
nos enseñaban a moler colores y etc., etc., colores digamos
artesanales.
Maestro,
de estos tres personajes, ¿recuerda alguna anécdota?
¿Qué le puedo decir? Este cuestionario no es ingenuo,
no. Hay muchas cosas que tendríamos que hablar más
largamente pero no creo que haya espacio…
Mi vida en la Ciudad de México fue rara: era una ciudad
pequeña; en aquel tiempo no era como ahora. Yo iba a la
escuela en tranvía, era una ciudad donde hacían
juegos que hoy ni siquiera se recuerdan, había una temporada
que jugábamos trompo, otra balero, este tipo de cosas tan
diferentes a las cosas actuales, que ya son de computadora y una
serie de cosas que en aquel tiempo ni se soñaba con ellas.
La vida era difícil, había mucha agresión
y muchos pleitos entre los niños, nos golpeábamos
mucho, había pandillas terriblemente difíciles de
resistir, en fin, era una época no primitiva pero sí
difícil; no es tan fácil hablar de todo esto, había
un horario de clases para trabajar, para estudiar, las relaciones
con los maestros más bien eran simple y sencillamente alumno-maestro.
¿Y
las novias? ¿Sus amores?
Bueno, había muchachitas que nos gustaban y que eran los
flirteos de aquella época, no es como ahora que ya todo
es muy rápido; las seguíamos a su casa, apuntábamos
la dirección donde se metían, las esperábamos
en la puerta, en las calles, y todo eso.
Amores, amores, he tenido muchos… tuve dos matrimonios,
dos mujeres maravillosas las que fueron mis esposas, tengo varios
hijos, algunos muy destacados, en total tuve cinco: cuatro del
primer matrimonio; una hija con mi segunda esposa, que ya tengo
muchos años de relación con ella.
Uno de mis hijos murió en Xalapa, el mayor, Carlos Jurado,
fue deportista muy famoso, fue campeón mundial de tae kwon
do. Otra de mis hijas toma muy buenas fotografías, vive
en Oaxaca, y una más que es maestra y vive en Poza Rica,
Veracruz, es directora de una escuela para niños de difícil
aprendizaje. Además, tengo nietas, bisnietas y no hace
mucho nació Leonardo, mi bisnieto, allá en Xalapa.
¿En
qué época considera usted que el arte en general
tuvo en México su mayor auge?
Nunca ha habido apoyo para el arte, todos los gobernantes que
hemos tenido son iguales: tranzas. Excepto uno solo, que ha sido
el mejor de todos, el presidente general Lázaro Cárdenas,
todos los demás son iguales, no hay nada que los diferencie
uno del otro en este país, nuestro querido país,
que es muy lindo país pero es difícil.
Apoyo para el arte hubo en la UV, en el periodo que me tocó
estar ahí con el licenciado Roberto Bravo Garzón,
él sí le dio apoyo al arte en esta Universidad:
es un maravilloso personaje que abrió muchas puertas a
la cultura en el aspecto editorial, que a su vez le dio a la Universidad
un prestigio enorme, no solamente a nivel nacional sino que trascendió
nuestras fronteras.
¿Es
la época de oro de la UV?
La época de oro del arte en la Universidad Veracruzana
él la promovió, a él se le debe; tuvo una
actitud muy especial, le dio libertad a todo el mundo que trabajaba
en los aspectos artísticos, apoyó hasta donde pudo.
En verdad es un momento histórico el de Bravo Garzón.
¿Considera
que ésta es la mejor etapa de su vida?
Creo que fue una de las épocas más importantes de
mi vida, antes había trabajado en otras partes, estuve
en el Instituto Nacional Indigenista. Estuve en todas las zonas
indígenas del país, en Chiapas me tocó trabajar
con una persona que después fue muy conocida: Rosario Castellanos,
una escritora; estuve en Cuba, casi cuando empezó la Revolución;
trabajé en la Universidad de Oriente en Santiago y en el
Ministerio de Educación, en La Habana, pero en Xalapa con
Bravo Garzón fue una de las épocas más importantes
de mi vida. ¡Qué bueno que llegué por ahí!
Creo que lo más importante en mi vida fue mi participación
en la Universidad Veracruzana y lo digo con sinceridad.
¿Cómo
concibe a la fotografía?
La fotografía es un medio expresivo, es una manera de comunicar
algo, igual que otras formas de arte o de trabajo artístico.
Hace unos días salió un libro que hizo un español,
se llama Conversaciones con fotógrafos mexicanos; se entrevistó
a 25 fotógrafos mexicanos y una de las preguntas que nos
hicieron fue “¿Qué cosa era la fotografía?”
y mi respuesta fue muy sencilla: La fotografía es un fenómeno
físico que consiste en captar una imagen que trasmita la
luz para capturar, en un modo técnico diferente, puede
ser o no una analógica a base de plata, ahora puede ser
digital pero es un fenómeno físico que puede ser
utilizado de diferentes modos y cada quien le da una personalidad
distinta de acuerdo con su carga cultural o su filosofía,
puede ser de denuncia social, puede ser artística, puede
ser científica, etc., etc., etc., lo importante es que
la imagen hable por sí misma.
A
usted le debemos que haya una licenciatura en Fotografía,
¿qué puede decirnos al respecto?
No, se le debe a mi administración, no fui yo solo. Cuando
empezamos a trabajar empezamos a innovar de alguna manera el trabajo
artístico, fuimos muy de vanguardia en aquel tiempo; entonces,
en ese trabajo de vanguardia que se estaba haciendo en la escuela
se usaba mucho la fotografía y por esto consideramos que
la fotografía como tal debería también formar
parte de una carrera, fue así que se estableció
como carrera en la Escuela de Artes Plásticas, pero fuimos
varios los que lo discutimos, le puedo mencionar al maestro Adrián
Mendieta, a Per Anderson y a algunos alumnos aventajados como
Javier Pucheta, Miguel Ángel Acosta; en fin, fuimos varios
los que decidimos que esto tenía que formar parte de la
Licenciatura de la Facultad.
Sus
otras facetas de artista: pintor, grabador, cineasta, caricaturista,
¿qué sentido le han dado a su vida?
Me han hecho el individuo que soy, no sé si ha sido para
bien o para mal pero son la suma de mi yo. Y mire: dar una semblanza
de la vida de una persona en un breve espacio, con preguntas como
éstas, aunque sean interesantes, no es posible, es difícil,
pero tome en cuenta que tengo muchos años, entonces todos
esos años me la he pasado trabajando y de alguna manera,
si mi trabajo ha tenido alguna intención, esa intención
es la que me ha formado a mí como persona y estoy satisfecho
de mi vida, de mi trabajo, he trabajado bastante.
Sí quiero decirle algo: siempre mi trabajo ha estado enfocado
hacia un –digamos– servicio social, no me gusta ser
individualista, he buscado con mi trabajo ofrecer algo al prójimo
y, bueno, creo que lo he cumplido más o menos, si no de
una manera brillante, pero sí la he cumplido.
¿Podemos
decir que con todas estas actividades, disciplinas artísticas,
usted ha ejercido su vida en plena libertad?
Sí, ha sido con plena libertad pero siempre con un principio
básico fundamental, que es siempre tratando de que lo que
hago en mi vida sirva también como proyección a
otras personas, o sea que no he sido una persona egoísta
en ese sentido.
Con
toda esta experiencia que posee, ¿cómo define usted
el arte?
Bueno, el arte nunca se ha podido definir, han hecho el intento,
hay muchas acepciones pero digamos que es la forma de crear, a
través de diferentes medios, algo de la realidad con un
sentido estético.
Se pueden usar diferentes formas, pueden ser visuales, auditivas,
escritas, pero esas formas que se buscan obtener, presentar, deben
tener siempre un sentido estético de belleza, hacer algo
que tenga un valor estético que trascienda de lo común
para tomar una forma más profunda. Es muy difícil
explicar esto porque la estética es la ciencia –si
se le puede llamar así– de enfrentar la belleza;
pero es muy relativa, hay cosas que para nosotros podrían
ser desagradables pero para otras culturas pueden
ser bellas.
Por
último, la pregunta obligada, ¿qué le significa
a usted recibir el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Veracruzana?
Es algo que yo no siento merecer del todo; uno no siempre está
solo, las cosas que hace las ha podido hacer porque ha habido
otros también que han contribuido para que esto se haga;
entonces, claro, me siento honrado, siento una emoción
muy grande, pero también quisiera que esto pudiera ser
compartido con otras personas que participaron en el trabajo que
yo pude desarrollar.
No estoy haciéndome –¿cómo le diré?–
un poquito tonto, con falsa modestia; se lo digo sinceramente:
me emociona, no sé, no sé ni que voy a hacer, estoy
pensando en eso y hasta tengo un poco de pecador, lo digo de verdad.
Es una distinción que agradezco muchísimo, que me
tiene hasta nervioso, ya ni duermo bien.