Y
cayó el telón. La vida del gran dramaturgo mexicano
del siglo XX se extinguió la noche de este lunes 11 de febrero
dejando una enorme pérdida en la cultura contemporánea;
sin embargo, he ahí su obra que resplandecerá irradiando
humor, frescura, ingenio y crítica a todo aquel que se acerque
a sus letras.
Fueron 82 años de vida que dejaron huellas visibles en su
piel y en su salud, mas no en su mirada pícara y mucho menos
en su sonrisa eternamente infantil. Su cerebro –siempre alerta–
permaneció lúcido hasta el final.
La Universidad Veracruzana (UV), el Gobierno del Estado de Veracruz,
el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), la comunidad artística
y estudiantil, familiares, amigos y el público en general
le dijeron no adiós, sino hasta siempre al caballero
cordobés de figura frágil y de corazón de acero.
Desde las 17 horas del martes 12 de febrero se comenzó a
llenar la Sala Grande del Teatro del Estado. Consternación
y dolor se apreciaba en la cara de los presentes. En los corrillos
se escuchaban comentarios sobre el escritor, anécdotas jocosas,
respetuosas, todas muy sentidas. Minutos después el cortejo
fúnebre colocó el féretro en el proscenio,
el silencio se hizo absoluto.
El Requiem fue interpretado por un solemne coro, parejas de hombres
y mujeres depositaban uno a uno rosas rojas rodeando el gran cofre
de madera color canela.
El rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, recordó con
sentimiento que la relación entre Carballido y la Veracruzana
fue siempre cercana y de colaboración, que ayudó a
engrandecer y enriquecer la obra literaria de su editorial. Mencionó
que desde este día, la Sala Grande del Teatro del Estado
sería llamada “Sala Emilio Carballido” y aceptó
sumarse a los organizadores del gran homenaje nacional que será
el próximo 22 de mayo en el Distrito Federal.
Esther Hernández Palacios describió a Emilio como
el segundo autor más grande tras Juan Ruiz de Alarcón.
Para la investigadora, el cordobés será inmortal por
nunca haber traicionado sus ideales, convicciones y sueños
que hizo realidad: “Y nos convidó a compartirlos”.
Hablaron además en la ceremonia Ignacio Escárcega,
coordinador general de teatro del INBA y el maestro Héctor
Herrera, compañero de más de 20 años del escritor,
quien habló de Emilio el ser humano:
“Le encantaban los aviones, no recuerdo a alguien a quien
le gustaran tanto los viajes largos; leía, escribía,
trabajaba dando sorbitos de ron. Tenía una capacidad de encantar
a la gente e involucrarlos en sus proyectos culturales. Recuerdo
que le preguntaron en una entrevista ‘¿Quién
es Emilio Carballido? ¡Yo mismo!, respondió, ése
era Emilio.”
Algunas voces amigas
Sergio Pitol, escritor: “Para mí, desde niño
hasta ahora el teatro es una cosa extraordinaria, cuando viajo lo
primero que hago es ver qué piezas teatrales hay para ir
a verlas. Conocí a Emilio en Córdoba cuando yo estaba
estudiando la preparatoria. Hubo una vez un recital de piano en
la escuela y su madre era la intérprete; después del
acto estuvimos hablando un grupo de alumnos y maestros y Emilio
nos habló de teatro. Él era muy joven, era por 1948
ó 49 y en el 50 fui a México a la Universidad y a
veces lo veía y hablábamos de teatro y de ahí
nació nuestra amistad. Me gustaba ir a su casa porque siempre
estaba escribiendo, él hablaba y yo preguntaba y así
fue nuestra amistad”.
Mario Muñoz, escritor: “Su obra va a permanecer para
siempre. Ha sido un dramaturgo que marcó nuevos caminos del
teatro no sólo en México sino en Hispanoamérica.
En los principales teatros del mundo se representaron sus obras:
Francia, Polonia, Rusia e Italia; esto nos da una idea de la enorme
dimensión teatral de nuestro personaje veracruzano”.
Boris Schoeman, co-director de la ORTEUV: “A los 20 años
cuando me vine a vivir a México ya había oído
hablar de él. Llegué a Xalapa porque sabía
que aquí era un semillero de muy buenos teatreros. Ya tenía
la fortuna de haber leído algunos textos de Carballido traducidos
al francés, pues fue uno de los primeros dramaturgos mexicanos
en ser conocido en el mundo. Emilio ha hecho mucho para el teatro
mexicano, para decirle al mundo que México no sólo
eran playas y pirámides sino que había una gran cultura
en este país; él fue una de las razones por las que
estoy viviendo aquí”.
Domingo Adame, director de la Facultad de Teatro: “El maestro
Carballido constituye uno de los ejemplos más notables de
la escritura dramática en México. Por su capacidad
de manejar distintos géneros y su estructura, se ubica en
el nivel de los grandes dramaturgos que han seguido el paradigma
del teatro occidental contemporáneo. Su capacidad creativa
y agudeza para identificar los problemas sociales, su ingenio para
mostrar al ser humano en sus últimas facetas siempre con
un sentido crítico muy agudo pero sin dejar de reconocer
las cualidades de lo humano, son características que difícilmente
un escritor puede alcanzar”.
Tramoya,
una hazaña casi quijotesca
Promotor incansable del teatro, Emilio Carballido reconoció
en los 30 años de la revista Tramoya, de la cual fue fundador
y director: “Me siento ancho como pavo real paseándose
por el jardín. Ha sido un gran esfuerzo, pero agradable,
encontrar cada vez más cosas y ponerlas ahí, y ver
que no alcanza el papel y que se necesitan otros 30 años
para publicar todo lo que yo quisiera”.
Para el dramaturgo, la difusión y el rescate del teatro fue
una titánica labor que no terminará. En estos años,
Tramoya ha dado a conocer lo que acontece en el teatro de países
como Brasil, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Bélgica o Yugoslavia,
a través de números monográficos, y ha difundido
obras chilenas, argentinas,
griegas, rusas, alemanas, francesas y mexicanas, lo que ha permitido
abrir las puertas a nuevos autores y publicar con orgullo a los
famosos, a los que no lo son y a los que tendrán un reconocimiento
tardío.
Emilio
por siempre
Nacido en 1925 en Córdoba, el gran Carballido había
cumplido más de 55 años en el oficio teatral. Medio
siglo de ser un observador preciso de su entorno, un agudo crítico
de la idiosincrasia mexicana en cualquier acepción del término;
fueron décadas y décadas de retratar con su dramaturgia
de manera agridulce tragedias cotidianas que siempre acababan arrancando
del lector o espectador una carcajada involuntaria.
Figura clave del teatro mexicano y latinoamericano; escribió
argumentos para ballet, libretos de ópera, nueve novelas,
antologías de teatro mexicano y más de 50 guiones
cinematográficos, además de su prolífica obra
teatral. Considerado el segundo mejor dramaturgo mexicano, después
de Juan Ruiz de Alarcón, Carballido alguna vez dijo: “El
teatro es un acto de extremo amor a la realidad y a nuestros semejantes”.
Durante sus años de vida, sin duda alguna los principales
beneficiados en esta intensa pasión por la dramaturgia fueron
los estudiantes de teatro a quienes tanto tiempo dedicó y
quienes tuvieron la oportunidad de convivir muy de cerca con el
dramaturgo, intercambiar ideas y escuchar sus atinadas e ingeniosas
reflexiones sobre el teatro.
Espíritu que supo reconocer lo mejor del ser mexicano, es
enorme su contribución al mundo de la creación y su
ejemplo por disfrutar la vida y el gozo por vivir. Inspiración
a seguir, pues hasta el último día de su vida siguió
con la creación literaria; aunque un infarto al corazón
le arrancó el aliento, quedará por siempre su legado.
¡Hasta siempre querido Emilio!
Carballido
por Carballido
En mayo del año pasado, Emilio Carballido recibió
en Moscú un homenaje por parte de la Unión Teatral
de Rusia, bajo el título “Celebrando a Emilio Carballido
en Moscú”; dentro del homenaje dictó dos conferencias
magistrales: “Cultura y teatro en México”, en
la Universidad Lingüística de Moscú, y “Dramaturgia
mexicana moderna”, en el Instituto Cervantes.
Algunas ideas sobre composición dramática y procedimientos
de trabajo, modos de concebir, relaciones entre ficción y
realidad de toda la “armazón” que es el telar
de sus productos fantásticos, son algunos de los temas que
abordó en Rusia; dicen que una historia se presenta como
un viaje que debe transcurrir: hay un momento oportuno para empezar
a narrar, otro para crear el desfile de acontecimientos que se han
presentado.
Éstas son algunas de las palabras que dijo entonces: “La
realidad es infinita, no tiene principio ni fin, y el autor es quien
va a escoger el momento en que los acontecimientos están
maduros para empezar a presentarlos tejiendo sus conflictos y progresando
hasta el punto en que lo ocurrido va a darse por terminado.
”Pienso que esto (escribir) debe asemejarse a la mediumnidad:
vienen los espíritus, hablan por la boca de alguien, dicen
cosas que esa persona no sabía, se portan independientes
a ella y se van cuando les da la gana; también llegan cuando
quieren y no son necesariamente educados. Igualito que las obras:
hasta pueden aparecerse en sueños. Aconsejo siempre en mis
talleres llevar una libreta donde se apunten los sueños en
cuanto acaban de sucedernos.
”El único modo de ser escritor, es escribir. El que
no halle placer en redactar páginas y páginas, más
vale que no escriba”.
A raíz de este viaje cinco obras suyas serán traducidas
al ruso y se montará Orinoco; asimismo, se traducirá
al español la obra de Alexander Vampilov, para la revista
Tramoya que dirigía Carballido.
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