Dentro
del ciclo dedicado a los zombies por el Departamento de Cinematografía
de la Universidad Veracruzana (UV), se han proyectado clásicos
como La noche de los muertos vivientes (1968, de George A. Romero),
El retorno de los muertos vivientes (1985, de Dan O’ Banon)
y Braindead (1992, de Peter Jackson), titulada en España
Tu madre se comió a mi perro.
Esta semana veremos una rareza de Joe Dante titulada Cuando los
muertos caminen la tierra (Masters of Horror: Homecoming, 2005),
cinta oportuna en el contexto de las elecciones que se celebran
en estas semanas en Estados Unidos para elegir a los candidatos
presidenciales del partido republicano y demócrata.
También interesante por la alusión que se hace al
ejército, institución que en lo que va del año
de exhibición comercial ha merecido severas críticas
en dos producciones hollywoodenses: En El valle de las sombras (In
the Valley of Elah, 2007, de Paul Haggis), un veterano de Vietnam
masculla su dolor y contiene el horror al observar la conversión
de su hijo en un monstruo depredador que combatió como soldado
en la guerra de Irak; en Gangster americano (American Gangster,
2007, de Ridley Scott), un mafioso neoyorkino de color transporta
heroína de Camboya a los Estados Unidos en los ataúdes
de los soldados caídos en Vietnam de regreso a casa.
Ninguneadas en importantes rubros por parte de la Academia de Artes
y Ciencias Cinematográficas de Hollywood durante la entrega
de los oscares el día de ayer, ambas cintas mantienen una
mirada cáustica, terriblemente pesimista, sobre una sociedad
que en ocasiones se hace cómplice de las atrocidades perpetradas
por su gobierno en aras de la libertad, la democracia y los derechos
humanos allende las fronteras nacionales.
Como si Joe Dante se anticipara al desastre que ha significado la
guerra de Irak y dejando de lado los géneros que permiten
la crítica incisiva a las instituciones (en el caso de las
cintas señaladas, el thriller policiaco y el cine de gangsters),
su filme Cuando los muertos caminen la tierra lo inscribió
en la vertiente terrorífica de los zombies con resuelta mala
leche y gozosos exabruptos visuales espetados sin tibieza al espectador.
Todo inicia con los estupendos créditos de un paisaje goteado
por sangre donde la cámara va registrando un lobo, muñecos,
ojos y hasta una gárgola; elementos que anticipan una historia,
pero sobre todo una bizarra puesta en imágenes que invita
a la curiosidad y el divertimento.
Cuando un analista político visita con su madre el cementerio
donde está enterrado el hermano muerto en la guerra de Vietnam,
repentinamente salen de sus tumbas varios soldados convertidos en
zombies porque demandan su derecho a votar en las contiendas donde
se elegirán a los gobernantes del país. Ya bastante
padecieron con las decisiones anteriores de los políticos
y militares en turno. Como si las estrategias en contra de ellos
fueran insuficientes, los muertos vivientes ocupan cada vez mayor
presencia y con sus impulsos agresivos ponen en riesgo la sobre
vivencia de los aún vivos. Con humor socarrón, Dante
divisa también la manipulación de los medios masivos
de información en temas tan decisivos como la guerra, tal
como ocurrió con la invasión a Irak y la reelección
de George W. Bush.
El complemento de esta cinta será Payasos muertos (Dead Clowns,
2003, de Stevie Sessions), obra menor que tiene su miga. Después
de transcurrir medio siglo desde que el vagón ferroviario
tripulado por unos payasos cayó de un puente y fue tragado
por el mar, los ex miembros del circo salen del fondo del agua donde
quedaron atrapados y empiezan a matar a la población de la
comunidad playera.
Amén de la baratura en la producción y el seguimiento
narrativo inútil de las horas durante un día, resulta
atractivo (por el regusto sádico) ver cómo las víctimas
casi ni se inmutan frente la embestida fatídica de los payasos
porque parecen asumir inconscientemente el complejo de culpa que
jamás enmendaron los ancestros al no rescatar los cuerpos
para darles entierro o levantar un monumento como recuerdo.
La primera cinta se exhibe en Juárez 55 este lunes y la segunda
el miércoles. La entrada es gratuita y el horario es a las
18 horas. |