Considerados
como un problema habitual de todas las comunidades –grandes
y pequeñas– en Latinoamérica, los perros callejeros
se encuentran en una situación que parece no tener solución;
esto podría estar cambiando con la iniciativa de los miembros
del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana
(UV), quienes, en palabras del investigador Genaro Coria Ávila,
realizan un proyecto único en el mundo que busca reintegrar
a estos animales a la sociedad.
El proyecto surge de una tesis de Maestría en Neuroetología
y consiste en adiestrar a perros callejeros que habitan en un albergue
para su posterior reintegración a la sociedad como perros de
servicio, explicó Fernando Joaquín Irabien Uco, quien
es el universitario que busca obtener su grado de maestría.
El albergue en cuestión se denomina “Centro veterinario
y de convivencia Sergio Pitol”, se ubica en la carretera Xalapa-Veracruz,
a la altura del poblado Palo Gacho, y pertenece a la asociación
“Amigos de los Animales, A.C.”, que al saber del proyecto
brindó apoyo total para su realización, señaló
Genaro Coria.
“Se escogieron 10 perros al azar, se les hizo una prueba de
temperamento que se denomina test de Campbell, que es para acercarse
al temperamento del perro; consta de cinco pruebas y dependiendo la
calificación que tenga podrá considerarse como dominante
agresivo, dominante, perro equilibrado, perro sumiso y perro inhibido”,
precisó Irabien Uco.
Irabien Uco explicó que adiestrar a un perro significa que
debe aprender a hacer algo para recibir una recompensa, la cual puede
ser un trozo de comida, una caricia o una frase como: “¡Muy
bien!”; así, el perro sabe que cada vez que su amo dice
un comando, debe interpretarlo y después viene la recompensa. |
Adiestramiento tradicional y clicker
Para este proyecto se utilizaron dos tipos de adiestramiento con los
perros; el primero se conoce como tradicional y el segundo se denomina
clicker, que es el nombre dado al dispositivo que emite un chasquido
al ser presionado después de que el animal cumple con la orden
solicitada.
El objetivo es demostrar cuál método es mejor para el
adiestramiento, detalló Coria Ávila: “El proyecto
en general incluye a 20 perros, 10 que serán la muestra del
método tradicional y otros 10 que serán para la muestra
con el método de clicker; además, se conformó
otro grupo igual y al finalizar su adiestramiento será el término
del proyecto de maestría”.
El método de “clicker” es diferente al tradicional
ya que es únicamente de recompensa, mientras que el otro es
recompensa si lo hace bien y corrección con collar por si no
lo hace bien, precisó el investigador: “Con el método
de clicker si no hacen lo que uno quiere nada bueno pasa”. Sin
embargo, encontraron en la investigación que dicho método
funciona muy bien con perros domesticados pero con algunos del albergue
hubo problemas en principio debido al entorno de donde provienen.
De los perros que se encuentran en el albergue no sabemos muchas veces
de su historia, si han vivido en otros albergues, si los humanos los
agredían, si era un perro de pelea o si había vivido
en la calle todo el tiempo, comentó al respecto Fernando Irabien.
“Nuestra hipótesis es que, por un lado, creemos que a
estos perros los recompensa más una caricia que un pedazo de
salchicha”, comentó Coria Ávila; así, aunque
el método clicker “ha sido reportado en adiestrados que
funciona mejor que el método tradicional; en nuestro caso es
exactamente lo opuesto: el tradicional funciona mucho mejor”.
El adiestramiento se realiza de forma individual, señaló
Irabien Uco: “Es uno por uno, son aproximadamente 10 horas”
y se les contiene en un corral diferente a donde está la mayoría
de la población del albergue, ya que “hay mucha agresión
por la dominancia en los corrales”.
Los entrevistados comentaron que en cuatro meses de adiestramiento
se están teniendo resultados que habían sido programados
para un periodo de seis meses, registrando cambios importantes en
el comportamiento de los canes, tanto que ahora ya se pueden dar en
adopción. El
caso de Eber
Eber, que era un perro muy tímido, ahora es el más
avanzado; es un perro relativamente joven que ahora puede comprender
muy bien el lenguaje humano y seguir su adiestramiento, en cuanto
a temperamento el perro ha recobrado confianza, potencialmente puede
aprender lo que sea, destacó Fernando Irabien.
“Este adiestramiento es una excelente evidencia de que no
importa la raza, no importa la edad, tú puedes hacer que
un perro aprenda muchas cosas, un perro tiene una capacidad de aprender”,
recalcó Coria Ávila; “por ejemplo, si vas al
supermercado, le puedes decir a tu perro ‘Quieto’, y
con toda confianza dejarlo afuera y sabes que no se va a ir; es
un perro que en teoría podrías llevar sin cadena en
el centro de Xalapa sin que te causara ningún problema, es
un perro que no haría caso a algún tipo de distractores”.
Cambio
de mando
Ya adiestrado, se requiere hacer un “cambio de mando”
en caso de que el perro sea adoptado, agregó Irabien Uco,
en este periodo el nuevo dueño lo recompensará: “Tiene
que haber un reconocimiento de la voz y del comando ya que el perro
tiene que aprender que son las sílabas y no la voz lo que
debe atender”.
De acuerdo con los resultados obtenidos, los universitarios dijeron
que sería posible acortar el proceso de adiestramiento hasta
tres meses, con sesiones diarias de 20 minutos, considerando también
que no se les puede enseñar a los perros más de lo
que están dispuestos a hacer.
Añadieron que se tiene la intención de realizarles
otra prueba llamada “Canine Good Citizen”, utilizada
para saber si puede ser sociable con humanos, es una prueba de temperamento
que se hace a los perros de exposición.
“Ésta fue la oportunidad de nuestras vidas para hacer
la investigación de este tipo, que no es invasiva, no consiste
en darles ningún medicamento ni pruebas de laboratorio, todo
está basado en la enseñanza”, destacó
Genaro Coria.
Reincorporándose
a la sociedad
La parte de análisis de datos comenzará con este primer
grupo y dentro de seis meses se completarán los datos y se
contempla publicarlo en alguna revista científica internacional,
abordando los aspectos de cognición y aprendizaje ya que
los resultados se relacionan directamente con las teorías
de la motivación y el aprendizaje, además de ser aplicable
directamente a la situación en la ciudad de Xalapa, precisó
el investigador de la UV.
“En Xalapa tenemos adiestradores y veterinarios, gente que
le interesaría saber sobre teorías del aprendizaje,
que se conozca que en el Instituto de Neuroetología no sólo
se trabaja con ratas y monos sino también con perros, también
nos interesa vincularnos con las facultades de Veterinaria tanto
de la UV como de otras universidades de México”, agregó.
El proyecto brinda datos desde el punto de vista psicológico,
datos que pueden ser aplicados por los adiestradores y a nivel veterinario
para comprender el comportamiento animal, y promueve un cambio importante
en la vida del perro que deja de vivir en la calle para ser potencialmente
adoptado, señalaron los entrevistados.
A largo plazo se ha considerado implementar de manera constante
y como un ciclo este tipo de adiestramiento, este tipo de programas
puede adoptarse en universidades y en ciudades, pensando que en
unos años los perros que habitan en albergues pueden ser
reincorporados a la sociedad como perros de servicio”, manifestó
Fernando Irabien.
Incluso las aplicaciones de este proyecto pueden impactar en seres
humanos ya que personas con adicciones, que sufren de depresión
o ansiedad, al estar en contacto con un animal y tener que hacerse
responsables de él, que está en una fase de aprendizaje,
puede funcionar como terapia para integrar a personas con este tipo
de padecimientos, comentó Genaro Coria. |